Casa de las Quesadas Obrador Primín

Dada la inmensa oferta de dulces típicos que hay en las dos calles principales de Santillana del Mar, dudamos un poco a la hora de elegir. Algunas anunciaban orgullosas el haber aparecido en televisión y otras desprendían un olor a bollo recién hecho que sin duda atraía a los turistas que por allí pasaban como el queso a los ratones.
Sin embargo, nuestro espíritu de aventura nos hizo optar por este modesto obrador que disponía en un minúsculo espacio una nevera-​vitrina donde mostraban su especialidad: las quesadas. Pero yo quería sobaos, una de las pocas maravillas de la repostería española, con perdón para los que se sientan aludidos. Sin duda, el sobao pasiego se impone como rey en mis preferencias frente a muffins, magdalenas, plumcakes y cualquier tipo de bizcocho, sobretodo aquellos que, al meterlos en el vaso de café o cacao, absorben la mitad del líquido como auténticas esponjas de mar. Eso iba buscando y lo encontré. Compramos dos paquetes que han durando unas semanas, porque tampoco como tanto. El sabor era bastante artesanal, igual que su textura y me encantaron.