Azcona

Delicioso sitio en el que debemos hacer un #mibarriomola porque este sitio aunque escondido en Bellavista, merece muchísimo la pena.
Bonito, no muy grande, recomendable reservar, decoración original (yo fui en navidad y las típicas bolas navideñas eran cubiertos colgando de un hilo, muy chachi), trato amable… Si bien es cierto que tardan un poco, bastante en servirte la comida, cuestión de ir bien acompañado (eyyyyy Unilocalers!!!) y sin prisas.
No podéis dejar escapar el timbal de arroz con chipirones y alioli (cuando lo veáis y penséis que es un arrolito en blanco, relax, take it easy, que no, que os vais a chupar los deitos) y la parrillada de verduras con salsa de queso (es que de verdad, se me hace la boca agua…). Aparte de eso, todo lo que probamos estaba buenísimo!!!

Restaurante totalmente recomendable. Buenos platos, creativos y deliciosos. Se complementa con una buena carta de vinos y unos postres exquisitos. Nos atendieron con mucha amabilidad. Por hacer una critica constructiva, la acústica del comedor es mejorable.

La última vez que visité Bellavista, el Azcona ocupaba su anterior ubicación, en la que –coincido con las otras opiniones-​, se disfrutaba más del contraste entre lo «singular» de la decoración de taberna y la sorprendente elaboración y presentación de los platos. En la nueva ubicación, a pocos metros de la sede de la Peña Flamenca «La Fragua» de Bellavista (visita siempre recomendable) se sigue disfrutando de la excelente cocina del Azcona,​en un ambiente discreto pensado únicamente para que luzcan los platos. Nada de decoración a la última, ni minimalismo impostado, sino que es coherente con el entorno y es sencillo y cómodo evitando el pastiche, tan habitual en otros locales con cocina creativa.
Como decíamos, los platos son los auténticos protagonistas. La carta no tiene prejuicios con el cliente, pues también incluye serranitos, por ejemplo.
Como el tiempo apremiaba solo pudimos disfrutar del Taco de atún en salsa de mejillones y el solomillo a la mostaza crujiente, que estaba fuera de carta. Dos excelentes platos que cuando nos acordamos de fotografiar ya era demasiado tarde. La mostaza en efecto crujía levemente dando una sorprendente textura al plato, y el atún y el solomillo eran productos de primera calidad.
Para los cerveceros la cerveza es Estrella Damm.
Como decía otra opinión, la cocina del Azcona justifica por sí misma la visita a Bellavista.

Uno de los mejores locales de la zona. Cocina de autor con tapas muy elaboradas. Famoso su timba de arroz con chipirones en su tinta a la muselina de ajo.
Buena carta de vinos y postres exquisitos

Este restaurante me lo recomendaron en 2005 cuando estaba en la otra ubicación, y tenía mucho más encanto, un local curte de toda la vida, sirviendo comida de diseño por un señor en botines. Actualmente es un lugar moderno, correcto aunque un poco cateto en la decoración, en el que sirven las mismas tapas de antes pero sin el encanto que tenía, de las tres cosas que comimos, las croquetas eran un mazacote denso que no recomiendo para nada, el timbal de arroz estaba bastante bueno, y la otra cosa que pedimos no recuerdo que era (he puesto una foto) pero tampoco estaba conseguido al 100%. Eso sí, todo tenía una presentación estupenda.
Nos salió por unos 15 € por persona.

En una vuelta rápida por Bellavista puede parecer que todos los bares son de comida tradicional y que a la hora de tapear tu estómago se llenará con un buen serranito o similar, pero la cocina del Azcona está para esas situaciones en las que te apetezca algo más elaborado o más original.
Este restaurante se encuentra en un local tranquilo con terraza, muy apropiada para el buen tiempo y un interior de decoración sencilla. Pero más allá del local, lo bueno de aquí son sus tapas. En su carta encontrarás muchas cosas que te llamarán la atención, así que tal vez lo mejor sea ir con varios para pedir varias cosas y así pedir. El timbal de arroz con chipirones alioli puede que sea lo más rico de lo que he probado aquí, aunque todo lo que he probado me ha gustado. Las tapas, además, tienen un buen tamaño y el precio de las mismas es más bajo que en otros locales de tapas elaboradas más céntricos.
Si te gustan los postres, no te llenes con la comida, porque su carta es bastante atractiva. Y lo dice uno que no es muy dulcero.

Antiguamente el Bar Azcona estaba situado en otro local del barrio y era un sitio singularísimo. Tenía pátina de bar de pueblo de toda la vida, con la pared alicatada, llena de trofeos, miniaturas rocieras, cuadros de la Macarena y un camarero efectivo y profesional pero de trato seco, calzado con una J’hayber de toda la vida. Pero bajo todo eso, se escondía una cocina sorprendente y rabiosamente moderna. El contraste era tan brutal que visitarlos siempre era una experiencia sorprendente, aunque ya lo conociera.
Pero ocurrió que el camarero de las Jhayber –dueño del negocio– se jubiló y sus hijos, los artistas de la cocina, decidieron trasladarse a otro punto del barrio y actualizar el local. La decoración del actual es moderna y sencilla, más acorde con los platos que ofrecen. El local es más agradable, ya que no es tan ruidoso como antaño y las mesas y sillas son de madera en lugar de plástico. Y cuentan con terraza. Y sin embargo… sin embargo la pérdida de la contradicción entre el aspecto del bar y su cocina le resta emoción a la visita. La cocina sigue siendo exactamente igual de buena, más completa incluso, pero ahora los camareros van perfectamente uniformados y siempre tienen una sonrisa. Resulta contradictorio, lo sé, ¡pero era tan divertido llevar a alguien por primera vez al antiguo Azcona y observar cómo sus ojos se dilataban ante esa carta inesperada y al probar sus platos!
Porque todos los platos son recomendables aquí. Así de memoria podría recomendar el timbal de arroz con chipirones y ali-​oli, los mantecaditos de lomo rellenos de queso de cabra, las setas al oloroso y un atún que no recuerdo cómo lo ponían, pero que estaba de campeonato.
Y para rematar además ofrecen postres de primera categoría, como el iglú de yogur, el enrejado de chocolate y otras delicias. Así que si estáis por Bellavista y buscáis un lugar para disfrutar comiendo, ya sabéis dónde ir. No es el bar más barato del barrio, porque Bellavista es popular y económico, pero desde luego la relación calidad-​precio es excelente.

Estoy de acuerdo, absolutamente, con Fran.
Quiero que CuatroGatos me invite a cenar al Azcona YA.

Este bar restaurante y su oferta culinaria bien justifican una visita al barrio de Bellavista. Una propuesta poco habitual en la zona, con cocina creativa sobre base tradicional. Este bar, antes de ocupar su ubicación actual, se encontraba en otro local con un aspecto que nada tenía que ver con la carta, lleno de trofeos de galgos y dominó y medallas del rocío. Ese contraste resultaba característico. Ahora aunque las instalaciones son más adecuadas para un restaurante el aspecto del negocio es bastante menos genuino. Eso sí la carta esta llena de delicias.
Un consejo, dejad un hueco para los postres porque son irresistibles.