Sitio agradable y amplio para pensar en un plan en terraza. Este bar tiene todas sus mesas al aire libre, es estupendo para el entretiempo, noches de verano y tardes al solecito. Se puede tanto merendar como tapear, carta sencilla, de barrio… Recomendable ensaladilla y el solomillo al wiskey. Recomendable para ir con peques, por las tardes y fines de semana ponen un castillo hinchable.
Jaime S.
Rating des Ortes: 4 Milán, Italia
Venir aquí es chocarte de frente con cientos y cientos de recuerdos de la infancia. Prácticamente todos los que vivimos en los alrededores del Parque Amate tenemos nuestras vivencias en este sitio. Yo recuerdo haber venido aquí a cumpleaños de los entonces amigos del colegio, acompañando a los padres a tomarse la cervecita de la una de la tarde bajo el agradecido sol de invierno tras jugar el partido de fútbol de todos los sábados con el equipo del barrio, corretear y echar las pachangas de fútbol en el césped de alrededor, escabullirte del recinto del bar por tu cuenta para intentar escalar algún árbol que se prestaba a ello, ponerte perdido de agua poniendo el dedo en la fuente que hay dentro del recinto tratando mojar a los coleguillas… Tantas y tantas cosas. Claro que entonces era el Marisco Rojo, e imagino que la concesión habrá cambiado de manos, porque ahora tiene otro nombre, pero parece que siguen un estilo similar. La verdad es que me sorprendió volver al lugar tras unos cuantos años y encontrarlo tan vacío; de hecho una de las terrazas(la que está elevada, y que a mí siempre se me ha querido parecer a la cubierta de un barco) no tenía ni las mesas colocadas. Las cosas cambian, claro. El mostrador de helados ante el que los niños nos agolpábamos hace unos años también había desaparecido, aunque ahora hay un castillo inflable que, aunque decían que lo montaban sólo sábados y domingos, estaba funcionando el jueves. El bar es autoservicio, hay que acercarse a la barra a pedir, aunque los camareros acercan las comandas a la mesa. El lugar es bastante famoso por su pescaito frito, y en efecto, el otro día pedimos una de esas bandejas de frito variado(muy buena, aunque el adobo podría estar más conseguido) que, aunque no parecía demasiado grande, se hizo bastante larga, y eso que era a compartir entre cinco. Además de pescaito frito, del que tienen variedad, podemos encontrar lo típico, desde montaítos a ensaladillas. Si no ha quedado claro, el espacio del bar tiene amplísimas terrazas, no tiene zona de interior(así que si hace un mal día, ni lo intentes, seguro que te lo encuentras cerrado) y se encuentra rodeado de árboles y vegetación, propia de un parque por el que se encuentra rodeado, aunque se encuentra a pie de la Calle Amor.
Ruben V.
Rating des Ortes: 4 Sevilla
Igual que decía en otra reseña, éste es otro de los clásicos en mi vida, desde que tengo uso de razón recuerdo venir aquí a tomar adobo y calamares, y como no un «frito variao» porqué ante todo es una freiduria, de esas que saben a antiguo, de las de toda la vida, pero encajada en un marco tan espectacular cómo puede ser un parque, con su vegetación, su frescor, y porqué no decirlo, también sus mosquitos, pero que a pesar de ellos, hacen que en especial, verano tras verano, siga, al menos una vez, viniendo a cebar aquí con los padres. Sus pros, está en un parque, y por supuesto, a quien no le gusta una cervezas fría con una de adobo, su aunque no te guste el pescado te la vas a tomar. Sus contras, mosquitos y unos precios un tanto altos para la zona hacen que tampoco quieras venir todos los dias, no obstante, merece la pena.
Lucía V.
Rating des Ortes: 4 Sevilla
He ido un par de veces a este bar situado en el medio del Parque Amate con mis amigos vecinos de Rochelambert y me parece un sitio estupendo para cenar o tapear en las noches de verano. Resulta muy agradable por estar rodeado de vegetación, tiene una gran terraza llena de mesas y sillas, con lo que es bastante fácil encontrar sitio y sus tapitas de pescado están bastante ricas. La gente que atiende en la barra lo hace también con mucha amabilidad y simpatía, ya sea en la barra de tapas cocinadas o en la de la marisquería(tienes que pedir aparte en los dos sitios, aunque pertenezcan al mismo negocio). El ambiente familiar y de barrio, que tanto me gusta, suma los puntos necesarios para pasar una velada acogedora y animada.
Carmen C.
Rating des Ortes: 5 Sanlúcar la Mayor, Sevilla
Nunca me he llagado a plantear si hay alguien de la zona que no conozca este sitio, lo creo casi imposible. Está ahí desde que yo puedo recordar, situado en el Parque Amate, en la zona más cercana a Santa Aurelia. Hablo de mis tiempos de instituto, que ya ha llovido, cuando cruzaba el parque tanto para ir como para volver, siempre me llamaba la atención la marisquería. Al principio me parecía un sitio raro para poner un negocio de comida, en medio del parque, pero cuando comprobé de que manera puedes disfrutar el rato que estés allí sentado, me pareció una idea genial. Tranquilidad para los padres de los más peques, allí hay para que se entretengan y también ellos estén a sus anchas. Ni que decir tiene, lo bien que sienta comerse unas gambitas con tanto verde alrededor. La alegría que puede ofrecer un parque, con toda esa gente paseando, los niños jugando, el estupendo paisaje que puedes ojear, el puro aire que respiras, incita a relajarse estando allí sentado. Gracias al buen clima que tenemos por esta zona de España, se le puede sacar el máximo partido a las terrazas como esta, y que conste que no sólo lo digo por el beneficio de la marisquería, sino por el del propio cliente.
Marta G.
Rating des Ortes: 5 Sevilla
El Parque Amate es el sitio más emblemático de Sevilla para mi. Puedo repasar mi vida entera paseando entre sus árboles: mi abuelo llevándonos en carrito a darle de comer a los peces, paseos nocturnos en familia cuando éramos pequeñas, el día en que mi chico se declaró, nuestro primer beso… Cuando necesito replantearme mi vida, reflexionar o estar sola me siento frente a ese mismo lago en el que dábamos de comer a los peces con mi abuelo. Este parque debe ser el más infravalorado de Sevilla. Es muy rico en variedades de flora, es enorme y en conjunto ofrece un paisaje muy bonito. Pero, por algún motivo, se le relaciona con ciertos tipos de delincuencia. Nada más lejos de la realidad, llevo muchos años paseando por el Parque Amate de día y de noche sin encontrarme nada de eso. Lo único malo del parque es que el que no lo conoce se lo pierde. Cuento todo esto porque de toda la vida ha existido una cervecería y bar de tapas dentro del parque. Y de toda la vida le hemos llamado El Marisco Rojo. De hecho juraría que hace dos semanas cuando fui por última vez seguía poniendo El Marisco Rojo en los letreros… pero parece ser que el nombre oficial lo han cambiado por Bar Parque Amate, supongo que para terminar con la centenaria confusión entre este negocio y el otro El Marisco Rojo, muy cercano. Nunca he sabido si son de los mismos dueños o no, el caso es que mientras que el otro no me gusta este me apasiona. ¿Por qué?: 1º El parque te rodea mientras te tomas tus tapitas. Todo el establecimiento huele a parque, se ve el parque mires donde mires… Y, claro, es ideal para familias porque mientras que los mayores comen los niños pueden correr a sus anchas porque es amplísimo, está vallado pero ¡es un parque! El entorno es precioso sobretodo para cenar. Además en verano estás más fesquito que a plena calle por la vegetación, la sombra de los árboles y tal. 2º El ambiente familiar y de barrio. Era y es el punto de encuentro de las barriadas colindantes. De hecho, tanto es así que una vez vinieron de un programa de éstos de sorpresas a buscar a una sorprendida a esta cervecería. ¡Todo el barrio nos enteramos ipsofacto! 3º Los precios, competentes y acordes con un negocio de barrio. Cierto es que hubo un momento en el que estaba muy solicitado y que se colaron un poco con los precios pero luego ha seguido manteniendo un buen ritmo de clientela mientras moderaba los precios. 4º No le afecta el paso del tiempo. Siguen estando los«cacharritos» en los que mi padre echaba un euro y yo me subía. Cuando veo que ahora se sube mi sobrino de dos años más de 20 años después, me llego a emocionar. Por todo esto y mucho más, sus helados en verano, El Marisco Rojo del Parque Amate es un sitio que merece la pena conocer.