¡Más de 15 años viviendo en los Bermejales y aún me quedan rincones por descubrir! El Cano para mí era la zona de los campitos de fútbol, «donde los churros», donde está El Huracán, donde la Asociación de Vecinos… Pero nunca me percaté de este sitio y mira que está pared con pared con la asociación y el otro restaurante. He de reconocer que me encantó el descubrimiento(a través de un buen amigo que me acompañaba), porque me recordó la terraza al típico patio grande las casas de pueblo(el de mis abuelos) y las barbacoas y cenas que pasabamos en verano. El tiempo acompañaba, así que estaba llenísimo tanto dentro como fuera y es de estos sitios que no te importa esperar aunque sea en el poyete bajo de ladrillo, se estaba de maravilla, tanto que nos pensamos seriamente si cambiarno a la mesa cuando nos llegó la hora. Cerveza tras cerveza(en vaso de sidra y muuuu fresquita), caracoles para mi amigo, croquetas de setas tremendas, carrillada ibérica en su punto y papas alioli. Todo pa repetir y mojar pan, menos las patatas que no estaban muy allá, las hubiera preferido caseras ya que toda la comida es casera hecha por una vecina, la cocinera, y madre de uno de los camareros y dueños del local. Eso sí, el alioli… de los mejores caseros que te puedas encontrar, una pena que no se pueda terminar de disfrutar por las patatas… Aunque volveré para comprobar si eso fue solo por la cantidad de gente que había un martes a las 23:00 — 00:00 de la noche! Me encantó también el detalle de un par de cuerdas con farolillos y bombillas puestas de pared a pared cruzando el patio. Le dio un toque muy especial.