Electro Peñaflor

…Así limpiaba, así, así!!!
Primer consejo: si te casas o te vas a vivir con tu novio y en su casa su madre nunca le ha dejado hacer nada, ponte una muchacha que os ayude, porque entonces la separación puede estar más cerca de lo que ustedes creéis.
Segundo consejo: si ponéis a una muchacha que os ayude con el polvo, a lavar, planchar, etc… Las herramientas de trabajo de ella deben ser al menos medio buenas.
En mi caso, puse una mujer que nos ayudara (mi marido gracias a Dios, es un marujillo de la vida enganchado a una aspiradora).
Yo llevo ya comprado en Peñaflor, varias cosas: una plancha de vapor, una lavadora y un frigorífico.
La lavadora un día de repente dijo que ya no limpiaba más. Llamé a un técnico y me comentó que el programa había muerto y que mejor me comprara una lavadora nueva… Estuvimos viéndolo por varios grandes almacenes y uno de esos días que estábamos dedicados en la búsqueda de una lavadora «buena, bonita y barata», nos acercamos a esta tienda de electrodomésticos.
El hombre charla por los codos, se conoce todas las marcas y te da mucha información sobre las ventajas de una cosa y otra.
Decidimos comprarla aquí, no sólo por la amabilidad, nos salía de precio algo más carillo que en otros sitios, pero aquí, nos la llevaban, la montaban, recogían la otra y a parte somos de al filosofía de que hay que dejar dinero en los negocios del barrio. Y si tienes problemas por lo menos le hablas a «algo» que tiene cara.
Después de este tan buen trato, hace dos años se nos estropeó el frigorífico y la plancha (que era del año tres antes de Cristo) decidí cambiarla. No dudamos los electrodomésticos lo compraríamos en esta tienda.
Toco madera, no se nos ha estropeado nada aún!

Hace ya un tiempecito que descubrí que eso de patearme los centros comerciales de la ciudad comparando precios, siempre que tengo que comprarme un electrodoméstico, no funciona. Al final, a lo mejor me ahorro unos euros, pero ¿y el tiempo y la gasolina que he gastado en dar tanta vueltecita?
Llegué a esta conclusión, entre otras causas, comprobando los precios que había en tiendas como Electro Peñaflor. Algunos productos pueden costar unos eurillos más que en algunas cadenas, pero otros ni eso, a veces son hasta más baratos… Por lo demás son todo ventajas: no tengo que coger coche y sufrir los atascos y la difícil búsqueda de aparcamiento; me ofrece confianza el hecho de que sea una tienda cercana y de que mis padres conozcan a los dependientes de comprar a lo largo de los años; tienen más o menos variedad y si no, te buscan lo que necesitas…
En definitiva, que cuando tengo que comprar algo de este tipo casi siempre me paso por aquí y otras tiendas similares. Mi última adquisición en Electro Peñaflor fue un tostador de estos que parecen hornitos, y me funciona genial, estoy yo más contenta que unas castañuelas…

Grata sorpresa me llevé yo un día en este lugar cuando, harta de dar vueltas por el barrio, no conseguía encontrar una tarjeta concreta para una cámara concreta. Y mira que hay tiendas de fotografía en la misma calle… pues sería casualidad, o no sé, pero allí la tenían.
Iba con un amigo y lo dábamos ya por perdido. Entramos por entrar, porque esta tienda es tipo «urende», «hipercine», en fin… esas cadenas en las que venden todo tipos de aparatos para el hogar (como yo los llamo).
Tienen ventiladores, microondas, planchas, tostadoras, etc. ¡¡Y tarjetas!
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