A mi madre y a mi nos pasa una cosa muy curiosa con la ropa. Me suele gustar la ropa que se compra pero luego no me gusta lo que a ella le gusta para mi y viceversa. Así que estamos condenadas a ir a comprar siempre juntas si queremos acertar la una con la otra. Una de sus tiendas favoritas es Embrujo. Y, curiosamente, a mi también me encanta. Hay otras tiendas con prendas del mismo estilo en Sevilla pero son tremendamente caras. Aquí en cambio de puedes permitir salir de allí con un look totalmente nuevo, complementos incluídos. De hecho por menos de cincuenta euros yo salí con dos vestidos, un pañuelo y unos guantes monísimos que me pongo cada vez que tengo oportunidad. Nos gusta tanto la tienda que todos los años en navidades a mi madre le cae algún regalo de allí. La dependienta ya hasta nos conoce y nos suele tener preparadas cosas que cuando ha ido mi madre le han gustado. La gracia es que como somos cuatro hermanas nos turnamos y nunca le regala la misma ropa de allí dos años seguidos. Además la intentamos engañar haciéndole creer que ese año no hay regalo de allí. Es divertidísimo aunque a ella no suele hacerle mucha gracia. Por esos precios ¡merece la pena hacer feliz a una madre moderna!
Pablo G.
Rating des Ortes: 4 Sevilla
Lo reconozco. Soy de ese tipo de hombres que se mete, sin ningún tipo de pudor, en las tiendas de ropa de mujer a bichear lo que hay. Tengo amigos a los que esto le da corte, que si quieren mirar algo de ropa femenina para hacer un regalo, se van a un gran almacén donde pasar más desapercibido. Yo no. Yo entro, y miro, y pregunto, y me voy con compra o sin ella. Pero sin marujeo, eh, no te vayas a equivocar tú. Pues un día aciago, gris, tristón, iba yo buscando algo original para una amiga original, y bicheando y bicheando, aburrido ya de bichear sin encontrar, entré en esta pequeña tienda de ropa… original. ¡Se me iluminó el día! ¡Ay, qué ropa más mona y más original, tú!, me dije, pero sin marujeo, eh. Mucho color, mucha vaporosidad, mucha alegría en los cortes, en las formas y en las tonalidades, mucha variedad en una tienda tan pequeñita, mucha hipilinosidad pijorrilla, no sé si me entiendes, medio hipi, medio piji, ¿ahora sí?, mucha gasa y mucho de idealidad monísima, es decir, mucho de ¡ay, no me digas que no es ideal!, y mucho de ¡ay, qué mono, por favó! Me encanta. Y aunque suene a guasa, lo digo muy en serio. Pero sin marujeo, eh.
Soledad T.
Rating des Ortes: 5 Sevilla
El mes de abril de éste año conseguí un trabajo de guía acompañante, claro le siguió la euforia de conseguir curro y de que me gustara. En el anterior(muy parecido al que conseguí) no era uniforme propiamente dicho pero sí que tenía que ir de oscuro. En la entrevista me preguntaron si era alegre, de carácter extrovertido y tal y pascual –yo por supuesto que sí lo soy, vamos que si hay que hacer de «cheerleader»…- Y yo que soy muy propia, tras la entrevista me fui directamente a buscarme unos atuendos que fueran muy sureños(tenía que trabajar con turistas, creo que con eso lo explico todo). Sí, con lunares y colorido. Pues creyendo que había fracasado con el cometido de ése momento, yendo para casa por la calle Alcaicería veo a las tres de las tarde ésta tienda abierta. Y entro con ya poca esperanza –pensaba que seguro sería caro– y ¡co**, llegar y pegar! Unos vestidos de marcas tipo«Paramita». De lunares, vaporosos, fresquitos y de colores ¡Toma, lo que buscaba! ¿Precio? menos de 20 euros por pieza. Resultado: triunfazo entre los«cenquiu feri mach y gasias»(Thank You very much y gracias). Yo casi cegada con el éxito a punto de pagar, me fijé en los anillos de cristal, pendientes y broches de la tienda que también compro ahora aquí. Por cierto, no he visto por ahí modelitos iguales.