Mi amiga Maribel me utiliza. Ya me lo ha hecho varias veces. me tiene más harto. Os cuento, por ejemplo, quedamos para tomar un café en la calle Feria y viene con su hijo pequeño, hasta ahí muy bien, pero antes de tomar el café me dice que tiene que ir aquí y allí que por favor la acompañe, y lo que quiere en realidad es que le cuide al nene mientras ella se mueve libremente por las tiendas. Y después de tomar el café me vuelve a hacer lo mismo la petarda. Yo la entiendo a la pobre, pero tiene familia y un marido también. jajajaj, la tienda favorita de Maribel es sin duda Eva, allí ella se olvida de todo y empieza a comprar tintes y demás productos para ella y para su madre y se lleva un tiempo para mí eterno hablando o discutiendo con la señora de la tienda. ¿Cuán importante puede ser para una persona una tienda como esta? Yo no existo simplemente cuando entramos allí, es que ni me escucha. Luego al salir ya vuelvo a existir para ella y entonces me cuenta lo barato que es el cepillo o la suerte que ha tenido que se ha llevado el último tinte que había del color tal. Socorro!
Desiree R.
Rating des Ortes: 2 Sevilla
Cuando vivía en el centro y necesitaba comprar tinte para el pelo iba a esta tienda, ya que prefiero los de peluquería a los de supermercado. Cada vez que he ido me ha costado casi una discusión con la señora que lo lleva, puesto que siempre le pido un color y siempre intenta hacerme ver que es otro el que quiero o la mezcla de dos colores diferentes(lo que conlleva gastar el doble claro). Una vez que ya le he dejado claro a la señora que el color que quiero es ese y no otro, me toca otro ratito de rechazar los miles y miles de productos que intenta venderme para el pelo, cosa que nunca consigue. Si digo la verdad iba a este negocio, porque me pillaba cerca de casa, pero además de ser más caro que en otras tiendas de productos de peluquería, no me gusta ni que intenten engañarme ni que intenten presionarme para comprar algo que ni quiero ni necesito.
Lucía V.
Rating des Ortes: 3 Sevilla
He entrado una sóla vez en esta tienda, a recomendación de una amiga que decía que la señora dependienta era lo más… marujillo encantador y auténtico en su especialidad dentro del barrio. Y bueno, sí. Tiene una melena-rubia-platino-lisa-de-seda que seguro causará muchísima admiración entre sus amigas. En serio, muy conseguida. Yo iba para ver si tenía algo para aplacar los pelos de brujilla que se me están poniendo, con cientos de canas rebeldes poblando mi coronilla, qué digo, invadiéndolo todo. Porque hace tiempo que decidí no teñirme e ir de «madurita interesante», como los tíos de mi edad o mayores, en los que las canas son casi un signo de distinción. Me vendió un producto, caro, y quiso venderme otro, sin éxito… Con un «la próxima vez» salgo de esos engorros… El producto sería muy bueno y muy de peluquería pero no era lo que yo andaba buscando. Y la verdad es que me ha dado miedito volver a entrar. La señora es realmente muy simpática pero no quiero sucumbir a sus artes de venta.