La verdad es que es entrar y pensar que estás ante el surtidor en decoración de la Duquesa de Alba. Dios como puede haber cosas tan súmamente repipi. Da miedo. Yo creo que quedaría muy bien para una película de Jaume Balagueró, de esas en la que se abre una puerta que lleva años sin abrirse y te encuentras con pequeñas figuras de imagenieria llenas de telarañas y polvo. Ésa fue la imagen que me vino a la cabeza cuando entré en esta tienda. Puede ser un buen sitio de atrezo para este tipo de películas o bien aquellas que estén inspiradas en la época dieciochesca. A mí personalmente me da un poco de mal rollo esos dorados y esos abanicos con encajes. La tienda es toda así. Y cara, muy cara. Lo único relativamente bonito eran unas cerámicas de Lladró, pero que no bajaban de 200 euros, normal.
Pepa L.
Rating des Ortes: 4 Sevilla
Decir Juan Foronda es decir mantón de Manila, es decir abanicos, es decir tienda de guiris. Recuerdo esta tienda desde que tengo memoria. He ido allí con mi abuela a comprar abanicos, a ella le gustaban negros y con flores en tonos malvas o azules. Aún puedo oír el abanico cerrarse y abrirse con un movimiento de la mano de mi abuela que me encantaba observar. He ido con mi madre a comprar algún mantón para Feria. A ella le encantaba llevarlo en la noche. Le gustaban los negros grandes con flores de colores o en color marfil bordados en el mismo tono. Y allí me compré unos peinecillos de nácar con los que adorné el moño que me hizo la peluquera cuando me casé. La tienda es muy bonita porque es muy antigua. El escaparate tiene foto y puedes quedarte mirándolo durante un rato ya que además de los abanicos, los mantones o los palillos hay muchas figuritas de Lladró y algunas piezas de bisuteria. Es de esos lugares con un kitsch encantador y regional.
Clara M.
Rating des Ortes: 4 Sevilla
Este es uno de los varios locales del mismo propietario en la calle Sierpes. Venden abanicos, complementos varios y distintos artículos de regalo de temática, digamos, ‘sevillana’(valgan todas las objeciones) y mantones valiosísimos. Y por tanto carísimos. Lo lógico sería que, dedicándose a ese negocio y estando en una calle turística, hubieran caído en la tentación de vender productos más baratos y peores. Pero no. Se mantienen fieles a su línea. Cuidan muchísimo el escaparate y lo cambian a menudo. Durante el Corpus, muy celebrado en Sevilla y no tanto en otras provincias andaluzas, se forman atascos de peatones en la calle Sierpe por la gente que se para a ver la decoración de los escaparates de Foronda, preparados(te sientas de cerca de esas expresiones de religiosidad o no) con cuidado y cariño.