Kiosko Hombre de Piedra

Buen sitio para pasar la tarde si estás por la Alameda. Tienen caracoles y están bastante buenos, la única pega que le he encontrado al sitio es el personal. El camarero que nos atendió era un poco sieso, seriote, antipatiquillo… pero la verdad es que traía las cosas bastante rápido.

Nos sentamos en este quiosco en medio de la Alameda de Hércules con el solo propósito de tomar unas cañas al fresco. Pero hemos probado algunas de sus tapas y nos hemos llevado una sorpresa por su calidad y buen hacer. Añadiendo un servicio atento y rápido que no suele se lo habitual en este tipo de locales hacen que me lo apunte como recomendado para esta zona

Come un montón en el centro por casi nada. Si vas con amigos mejor que mejor, es un planazo para ir de tapas.
En plena Alameda, con u pedazo de terraza, solecito de primavera u otoño, o noche refrecante de verano, lo que quieras.
Las tapas son grandes de comida tradicional, tienen variedad y están muy buenas.
Tapeo y cañeo asegurado si quieres en pleno centro de Sevilla

Nos echaron del lugar literalmente porque tenían que hacer caja (un sábado a las 22,30h). Y la carne que me pusieron estaba cruda, de haberle dado una vuelta en la plancha y listo. Quedé bastante decepcionada.

What’s great about KHDP is you can sit outside and watch the folks (and dogs) stroll by on the Alameda de Hercules. As can be the case in Sevilla, the view and the vibe are better than the food itself. The tapas menu is fairly standard, and the food is more blah than exciting. The one theme that united everything we sampled was mayonnaise, which gave our meal a kind of homogeneity that I didn’t care for. We had slightly limp patatas bravas, shrimp salad, tasty cod croquettes, and a surprising chicken and mushroom noodle dish. But if you want to nurse a beer and watch the afternoon go by, this isn’t a bad place to do it.

Cuando esta muy lleno se hace dificil pedir, sin embargo merece la pena la espera. Platos muy ricos, variados y con un toque diferente muy apetecible.

Una leyenda del S. XV nos cuenta que Mateo el Rubio tras haber estado bebiendo en una taberna con otros amigos, pasó por la puerta de la capilla del Santísimo Sacramento donde era obligatorio arrodillarse por orden del rey Juan II. Todos hicieron lo establecido menos Mateo que no sólo no se arrodilló si no que blasfemó al Santísimo Sacramento y se burló de todos aquellos que hacían la reverencia. En aquel momento un rayo fulminante cayó sobre él, arrodillándolo y convirtiéndolo en piedra.
Su torso aun hoy se puede contemplar en la calle que lleva su nombre: Hombre de piedra.
Frente a esta calle y en plena Alameda de Hércules se encuentra este kiosko que toma su nombre de la calle y por ende de la leyenda.
En la reciente remodelación de la Alameda se han vuelto a habilitar los kioskos que permanecían cerrados. Multitud de mesas para disfrutar de una terraza en un lugar inmejorable.
Cuenta con una estupenda oferta gastronómica de la que puedes disfrutar por tapas o raciones. Insuperables el rebozado de setas, las croquetas caseras, las mini hamburguesas caseras o el solomillo. Todo está muy, muy rico. Buena relación calidad/​precio.
La terraza está atendida por camareros muy simpáticos y puedes acudir no sólo a tapear, es un lugar estupendo donde disfrutar de un café y un libro.