La Bola

De lo peorcito que te puedes encontrar en La Cartuja, tiene una terraza bastante agradable pero no atienden los camareros en ella, por lo que tienes que andar haciéndote tú mismo el trabajo de camarero, cosa que no se ve reflejada en el precio porque no es para nada de lo más barato de la zona. Si tienes prisas para desayunar mejor escoge otro sitio ya que la lentitud es algo intrínseco a La Bola, las camareras van siempre a destajo pero aún así falta personal. La hora de la comida es algo más tranquila pero aún así la calidad deja mucho que desear, alguna que otra vez he pedido un bocadillo Vegetal y es una lotería, pues la lechuga suele estar amarga y pasada o el pan puede llevar cocido días.
Pero para los que tenemos poco rato para desayunar y es lo que nos pilla más cerca, no nos queda otra. Una pena.

En aquella zona que un día fue la Expo 92, plena Cartuja nos encontramos con un local, que si bien, no es lo más cool de Sevilla, ni lo pretende, es una opción más que destacable en la zona de la Cartuja.
Este nuevo local, enfocado en desayunos y almuerzos, se caracteriza, por un lado, por su amplia terraza, junto a las famosas fuentes de la cartuja, lo que le dan un microclima casi único y la famosa «Bola del mundo» que establecieron allí en la exposición Universal de Sevilla en 1992.
Un buen trato con el cliente, unos precios más que ajustados, y sobre todo, unos grandes desayunos.
En su oferta de desayunos, fuera parte del café, de bastante calidad, destacan unos desayunos casi pantagruélicos, vegetal, atún, carne mechada, pringá, surrapa…(Paro que me está entrando un hambre…), con un buen pan, y un tamaño más que considerable que han hecho que este sitio sea mi opción destacada en el caso de que quiera desayunar cuando tengo que ir por la cartuja.
Lo dicho, si quereis desayunar bien, pero bien del tipo, me planteo si hoy almuerzo o no y estais en la cartuja, este es vuestro sitio sin lugar dudas.

Prácticamente llevo unos 15 años por la zona de Cartuja y, la verdad, la oferta gastronómica nunca ha sido su fuerte. Parecía que todo tendía hacia la «media baja» y algún sitio que estaba bien, acababa tendiendo a bajar la calidad/​servicio.
Afortunadamente, llegan a Cartuja opciones interesantes como La Bola; un local reciente situado al lado de la famosa «Bola» de la Expo 92 (originalmente se llamaba la «Esfera bioclimática»). El local es espacioso y tiene terraza justo al lado de la fuente que hay junto a la bola, así que es un sitio agradable para desayunar y desconectar aunque sean 15 minutos.
Su fuerte son los desayunos, de hecho es algo que se nota en las horas de mucha afluencia. Buenos precios, café bueno (mucho mejor que el de otros lugares que hay alrededor) y las tostadas son también muy buenas (tanto en precio como en calidad): buen pan y buenas combinaciones (tortilla, atún, pavo, vegetal, etc.).
En época de trabajo «mañana y tarde» hay menús y también hay tapas, hamburguesas y montaditos para tomar algo después del trabajo (ideal para los viernes).

Buen sitio para desayunar en La Cartuja, ya que los pocos sitios que hay son de facultades o no tienen una terraza tan amplia.
Hay mucha variedad de productos y, aunque la rapidez no sea su fuerte, el trasiego de comandas las solucionan rápidamente. El problema principal es que siempre está lleno y la masificación no es mi fuerte, mas cuando tienes poco minutos para desayunar.
Los precios no son malos, ya que rozan la media en la zona, y el pan es del día (tostada). El café no marca la diferencia, pero poder elegir entre vaso de cristal y taza de porcelana ya es un punto.
En resumidas cuentas, es una opción más que notable y recomendable para desayunar en la Cartuja. Eso sí, si tienes tiempo.

Es de esos sitios a los que sólo vas porque la competencia en la zona es igual de normal o peor. No tengo nada en contra del sitio, sólo que es una zona más de oficinas que otra cosa, por lo que la variedad de locales no es su fuerte o no son sitios destacados como para ir expresamente un día no laborable.
El pasado viernes me sorprendió por el buen ambientillo que tenía de gente que salía del trabajo y quería despejarse tomando algo con los compañeros. En una pizarra, ponía que había degustación de arroz, pero a nosotros no nos llegó nada. Creo que porque pedimos y pagamos directamente en barra… Pero bueno.
Por lo demás, parecen eficaces, aunque la primera vez que fui fue superlento pedir, pero tengo que reconocer que estaba hasta «la bola». Parece un sitio bastante socorrido en la zona y, además, la terracita de fuera es bastante apañada. Y de precio genial, como muchos otros en la Cartuja.
Por último, me sorprendió ver algunas tostadas que parecían platos de mediodía o bocadillos. En plan vegetal o con variedades que no son las que encuentras en otros sitios más normales. Quizá eso sí que les haga destacar, aunque yo no soy de atiborrarme en el desayuno, sobre todo cuando tengo que trabajar.
Volveré seguro, porque está cerca de mi actual oficina, pero no porque sea para mí un sitio especial.