El sitio merece la pena la visita por ver ese suelo de barro irregular y gastado, esa barra desconchada, las paredes forradas de plástico, y todo lo demás que hace que sea un bar tan auténtico y peculiar. Los caracoles para mi gusto no están mal, pero no me parecen tan buenos como se comenta y están bastante lejos de ser mis favoritos.
Patri A.
Rating des Ortes: 3 Sevilla
Para alguien que está descubriendo la ciudad, como es mi caso, el Mariano Camacho es uno de esos bares que casi todo el mundo conoce, según me han dicho por los caracoles y en los que es fácil quedar con la gente. Como aún no estamos en temporada yo me he limitado a la cervecita de mediodía y es un bar de los de siempre, con precios muy razonables y camareros de los de verdad, de los que se acuerdan de lo que has pedido a la primera.
Raúl B.
Rating des Ortes: 4 Sevilla
Tal como llega mayo Mariano Camacho es una parada obligatoria para los que amamos el arte de comerse unos buenos caracoles con unas cruzcampito bien fresquitas. Posiblemente sean de los mejores de Sevilla a la hora de cocinarlos. El ambiente es tremendo ya que el Pumarejo se llena de gente dispuesta a meterse entre pecho y espalda una buena dosis de caracoles. Además, el resto de tapitas que tienen están de lujo. Un buen sitio para hacer una parada antes de continuar con el día que nos espera.
Enrique H.
Rating des Ortes: 3 Sevilla
Visitar la Bodega Mariano Camacho en el Pumarejo supone viajar en el túnel del tiempo. Todo parece cosa del ayer en esta tasca de las de toda la vida. Si curiosa es la tipología de sus parroquianos habituales, no lo es menos su interior, prácticamente intacto desde los lejanos tiempos en que abrió sus puertas. A mí, y a casi todo el mundo, me gusta ir por allí en temporada de caracoles, ya sabéis, cuando comienzan las primeras calores. Manolito, el encargado de guisarlos diariamente, les da un punto perfecto, distinto al de cualquier otro lugar. Fuera de la época propicia para disfrutar de este gasterópodo, os recomiendo sus magníficos chicharrones. Otro de los grandes alicientes de Mariano es su buena cerveza, siempre fresquita y excelentemente tirada. Mi última visita fue un mediodía, en el largo tramo final de este verano, en el que una de estas maravillosas«Rubias del Humilladero» alivió mis sudores de regreso a casa.
Lucía V.
Rating des Ortes: 4 Sevilla
El Mariano es, junto al Umbrete, uno de los dos bares que animan la plaza del Pumarejo y lugar de concurrida vecindad, estupendo para tomar la cervecita desestressante después de un día duro o de una reunión en la Casa Palacio que está justo al lado. Suele estar bastante lleno, sobre todo cuando llega el buen tiempo, pero los camareros son rápidos(no sé cómo pueden después de toda una vida trabajando en eso). Tiene, frente al Umbrete, la gracia de los bares antiguos, con una nevera antediluviana en donde apuntan las cuentas con tiza, sillas de madera plegables de esas que ahora se imitan, el suelo de cerámica irregular y un servicio para chicas inexistente(esto no es tan gracioso). Bueno, rectifico, sí que tiene, lo que pasa es que sólo lo cubre una cortina y tienes que pedir a los camareros que te dejen pasar por la barra para entrar en él. La cerveza se sirve muy bien, super fría como nos gusta a los sevillanos y también puedes sentarte fuera, aunque las mesas escasean y seguro que terminarás en un banco de la plaza o en el bordillo del árbol. Para comer, no es que haya mucha cosa: chacinas, queso y el montadito con rebanadas de pan de barra con melva y pimiento, pero sirve para aplacar el hambre y amortiguar el efecto de las bebidas, porque difícilmente te tomarás una sola. Y de estrella, el guiso de caracoles. Resulta difícil decir si están más ricos que los del Umbrete, los de ambos bares son muy buenos y para gustos, ya se sabe; en cuanto empiece el verano, no dejes de pasarte, es uno de los lugares más conocidos para probarlos.
Patricia M.
Rating des Ortes: 4 Sevilla
Vino dulce y torreznitos. Y caracoles. Esta bar tiene solera y muchos años. Ese sábado de frío y sol, a la hora del aperitivo sentándote donde se puede, porque el suelo a veces también es una opoción. Si te gusta la Plaza del Pumarejo te gustará este bar, que forma parte de la casa palacio junto con algunas viviendas y el centro vecinal. Eso sí, para ir al servicio, me cruzo al Umbrete. Si entras entenderás por qué.