Éste mi restaurante favorito, me encanta la berenjena rellena y el bacalao glaseado al horno con ajitos tostados. En cuanto a carnes, está la presa ibérica a la plancha y los canigós, pequeños filetes de solomillos ibéricos empanados con jamón. No dejes de probar su jamón ibérico que es de los mejores de Sevilla.
Lucia V.
Rating des Ortes: 5 Sevilla
Desde mi más tierna infancia he acudido a comprar carne de ibérico a Santa Olalla del Cala, donde tienen su fábrica de productos cárnicos. Como no, es un lujo tener en pleno centro de Sevilla una barra donde poder degustarlos y unas mesas y pequeño salón donde celebrar reuniones familiares. Recomiendo su tabla de carne con salsa Triana, para comenzar. Pero no se marche sin haber probado sus chacinas y sus tapitas. Los guisos para llevar a casa son un auténtico lujo esos días en los que no apetece cocinar. Los venden al peso y a muy buenos precios. Solo para calentar al llegar a casa. Sin duda, el mejor establecimiento del entorno de la Plaza de la Encarnación.
Enrique H.
Rating des Ortes: 4 Sevilla
El Olalla es otro de esos bares que me ha dado una auténtica lección. No se puede juzgar ningún negocio por la apariencia, ni siquiera por una primera experiencia que no resulte lo suficientemente satisfactoria. Solo había ido una vez, a desayunar en una amanecida de Viernes Santo antes de ver la Macarena, y no me convenció absolutamente nada. Por entonces acabaría de abrir. Pasado un tiempo, me hablaban maravillas de sus tapas en general y de su chacina y su carne en particular, pero yo permanecía cerrado en banda. Una noche lluviosa regresé junto a Ana, era lo que había más a mano y no estaba la cosa como para elegir. Recuerdo que pedí una copa de Solera 1847 y una tapa de san jacobo a la pimienta, pequeñito pero muy rico; probé también un montadito de lomo que me pareció un auténtico manjar. Después de aquello hemos vuelto muchas veces, hasta el punto de que la pasada Semana Santa se convirtió para nosotros en el bar más visitado a la hora del tentempié nocturno. Tras descubrir sus revueltos, su pan de mechada con salsa Triana, su montadito de presa con jamón o, simplemente, su caña de lomo es muy complicado no ir con cierta frecuencia. Es carito porque sus productos cárnicos y chacineros vienen de la sierra de Huelva, pero os aseguro que lo merece porque todo está muy requetebueno. Eso sí, no es el reino de la abundancia, de hecho para los desayunos sigo sin recomendarlo. Respecto al local, es bastante grande, hasta el punto de tener un mostrador lateral como tienda para la venta de chacinas y una barra bastante cómoda. Cuenta con mesas dentro y fuera y con un salón al fondo para reuniones más numerosas. El servicio, ni fu ni fa, no suelen tardar en atender, pero tampoco destacan por su simpatía; ni falta que me hace mientras se coma bien.