Metamorphosis

Voy desde hace años viva donde viva. Siempre genial. Ahora no consigo contactar y el teléfono que tengo me dice que no existe. Si alguien puede facilitarme algún número de contacto, eternamente agradecida.

No se porque pensé que ya había recomendado esta pelu. Sólo decir que me gusta mucho. He ido ya 3 veces y las 3 veces he salido super relajada y contenta. Yo era la típica «yo.siempre llevaré el pelo largo» hasta que conocí a Maribel. Ahora lo llevo ni
largo, pero siempre tengo mono de ir. A ver si voy antes que acabe el verano. Me gusta mucho que no estén vendiéndote el shampoo carísimo y los tratamientos hiper caros. Nada de eso. Por el contrario te recomiendan optar por lo natural y sencillo. La música que ponen mola. Y si no están seguras de que te guste te lo preguntan. La decoración. …me fascina, vamos! Que soy fan. Jeje

Acudí a Metamorphosis alentado por Unilocal y animo también mucho a los chicos a ir. Primero un lavaito agradable, un corte tranquilito y… corta bien.
Eso sí, pide cita porque la lista está llenita

Su nombre lo dice todo. Allí podrás encontrar el cambio radical, y no sólo de tu corte de pelo e imagen, sino incluso de la perspectiva de la vida aunque te vayas con el mismo corte de pelo con el que entraste o incluso aunque sólo acompañes a una amiga o amigo y estés sólo escuchando y mirando la peculiar decoración y estilo de esa peluqueria. No es una peluqueria mas, es un sitio para relajarse, para conocer gente diferente, un lugar de diálogo y de silencio si lo prefieres.
Maribel, tu anfitriona perfecta en aquel lugar sabrá perfectamente lo que quieres y cuando toque tu turno, te va a dedicar todo el tiempo que necesites, sin prisas, con mucha dedicación a tu imagen y tus necesidades. Merece la pena esperar tu turno porque disfrutas tanto en la espera como durante tu metamorfosis.

Soy una entregada y fiel cliente de Metamorphosis. Bueno, yo y casi todo el barrio de la Alameda, por eso hay que esperar bastante para que te den número. Por si no lo has deducido, la peluquería es unisex, y la única cuestión que me genera algún reparo (será envidia cochina) es que los chicos paguen menos por el corte de pelo que las chicas, aunque lo llevemos igual de corto.
Salvando la tristeza por la ausencia de Antonio, que era un personaje muy interesante y con muchas cosas que enseñar –en una de las paredes podrás ver un enorme retrato que Maribel ha hecho de él-​, mi adhesión incondicional a la peluquería es por las estupendas manos de Maribel. Es verdad que trabaja sin prisas, pasa contigo todo el rato que considere necesario, e incluso te recomienda de vez en cuando que no te cortes el pelo, cuando sabe que quieres dejarlo largo pero no aguantas ese fastidioso periodo de transición en el que hagas lo que hagas pareces una marujilla descuidada (con todo mi amor a las marujas).
Tanto Antonio, cuando abrió el local, como Maribel ahora, son partidarios de la naturalidad en el tratamiento del cabello. Te aconsejarán que no te lo laves tanto y que no uses muchos productos especializados, tipo champús anticaspa, antigrasa, etc., que sólo consiguen restar fuerza y defensas al ecosistema que tenemos sobre el cuero cabelludo.
Mis gustos musicales no coinciden tanto con los de Maribel o Begoña, que es quien ahora le ayuda, pero al menos escogen ellas la música y no te ponen cualquier basura de radiofórmula.
En fin, que se está bien allí, aunque sea esperando, y siempre sales contenta, Maribel consigue hacer un corte distinto cada vez, aunque sea siguiendo un mismo estilo. Una estupenda elección para esos necesarios cambios de imagen con los que a menudo nos metamorfoseamos también por dentro.

Aquí otra fan de esta peluquería tranquilizadora. Ese periodo de transición donde las horquillas no dan a basto, si yo me lo quiero dejar largo pero… ¡me lo corto!
Llegué por casualidad y acompañando. Se me pasaron los males ¿Qué puedo decir? Allí hay un tempo diferente, más bien una mujer que hace que el espacio te convierta, aunque sea un ratito. Sabe tratar a las personas, al menos a las que llegamos y de pronto, sucumbimos.
Mi experiencia fue la de una tarde de lluvia, donde una galga en celo iba y venía mientras Maribel pelaba a mi amiga y yo, me dejaba llevar. Y encima, Jamiroquai. Esta peluquería me inspira.

«Tienes que llevarle a Salva Walls urgentemente la copia de los estatutos de la Asociación»
Era mi amiga Eva.
La depresión o la tristeza me andaban rondando, me acababa de separar y aunque había sido una elección, el cambio era demasiado drástico.
«Hola Salva, dónde estás»
«Estoy en Metamophosis»
La primera vez que oía ese nombre. La primera vez que lo visitaba. Me encantan los descubrimientos casuales.
Metamophosis era (y es) una peluquería.
En aquel momento el dueño era Antonio que, desafortunadamente, ya no se encuentra entre nosotros.
Cuando Antonio me vio me dijo que me soltase el moño que llevaba para mirar mi pelo y su comentario fue aplastante: «Hombre, para ir al Mercadona no estás mal…»
Ese día me cortó el pelo y curiosamente me deslastró con ello de bastantes sensaciones negativas.
Ahora lleva el negocio Maribel, la que era su ayudante. Persona encantadora y especial en la misma medida que Antonio. Y lo lleva con la misma filosofía, sensibilidad y creatividad que él.
Ir a Metamorphosis no es ir a una peluquería, es una experiencia. Ya el lugar en sí es absolutamente peculiar y único. Prefiero no dar demasiados detalles para no romper la magia del primer encuentro.
El trato es totalmente personal, no hay prisas, hay buena música, hay buenas charlas, hay cuidado y atención. No vayas a este lugar si eres de los que te haces mechas con gorro… a este lugar se va a pelarse, a encontrar un estilo, a comenzar una amistad, a descubrirlo.
La cita hay que pedirla con bastante antelación (una semana antes al menos) pero merece la pena esperar.
Es uno de mis lugares favoritos.