Ne Do Kwan

Llevo practicando artes marciales desde los catorce años. Empecé con karate y tengo que decir que cuando conocí el Hapkido y al maestro Quino he descubierto realmente la esencia de las artes marciales.
Esta muy bien de precio, porque puedes ir a cualquier horario.
Por otra parte en la misma escuela se imparten otras disciplinas como yoga. Una vez al mes se imparte una clase gratuita de meditación.

Conocí esta escuela de artes orientales a través de la madre de una amiga, y no precisamente por las artes marciales. Resulta que la profesora de yoga de la madre da clases en esta sala, que es la que queda más cerca (de entre todos los sitios en los que imparte yoga) de mi domicilio anterior. La sala está muy bien, confortable y bien climatizada, tiene un tatami de cien metros cuadrados, sin columnas y con un gran espejo, alfombrillas de yoga y cojines para meditar.
Lo que más me gustó de las clases de yoga es la ambientación del lugar y el ritmo de la clase. Se realiza toda la sesión con una luz muy tenue, prácticamente con velas y como la duración es de una hora y media, cunde y te da tiempo a transportarte y olvidar todo lo que pasó en el día. Y además, el silencio es casi total.
El estilo de la profesora me gusta, el ritmo es tranquilo y siempre dedica una parte al principio y al final, para compartir alguna reflexión sobre desarrollo personal. Quizás, para las personas que no estén acostumbradas, esa parte puede resultar demasiado mística (le pasó a una amiga).
Puedes elegir tu horario de lunes a jueves, hay clase dos días por la mañana y dos por la tarde. El precio de dos clases semanales de hora y media es de cuarenta años. Normalmnte hay que pagar una matrícula anual.

Siempre he admirado las artes marciales y de niña no hacía más que pensar en acompañar a Karate Kid en sus aventuras, pero en cuanto fueron pasando los años dejé al pobre «kid» a un lado y en cambio me pareció más práctico pensar en apuntarme a clases de Defensa Personal. Por eso conocí este sitio y por el panfleto amarillo que algunas veces pegan en el barrio anunciando las últimas promociones de la semana.
La Escuela está un poco escondida en la zona de Nervión, en una de las tantas bocacalles detrás del Corte Inglés, y se ha logrado mantener en el mismo lugar desde su fundación en 1986. El profesor es un experto de las artes orientales y tiene un montón de reconocimientos en cada una de sus variantes.
La Escuela en sí no es que sea muy grande, pero tiene un ambiente agradable en cuanto entras, decorada al estilo oriental de una manera sencilla y discreta. Consta de una sala de espera, cuartos de ropa para hombres y mujeres, y una sala amplia donde se desarrollan todos los talleres.
Hay clases de Hap Ki Do, yoga, pilates, reiki, masajes y terapias corporales para jóvenes y adultos. Al principio me llamó la atención especialmente el Hap Ki Do, que según recuerdo significa «El camino de la unión de la energía», un arte marcial de origen coreano que se fomenta en la superación personal. Lo imparten en diferentes niveles y en categoría infantil también. Para los niños organizan diferentes actividades y salidas donde aprenden, practican y se divierten con este deporte.
Estaba dispuesta a inscribirme pero el precio superaba mi presupuesto y el horario no me venía bien, así que opté por apuntarme a las clases de Yoga donde además tenía una semana de prueba gratis. Estuve todo un mes practicándolo y me encantó la relajación que llegué a manejar; sin embargo, todavía tengo la espinita del Hap Ki Do, que algún día me la tendré que quitar…
Envidiaré a todo el que se apunte. pero no puedo más que recomendar esta Escuela en la que seguro encontrarás más de una cosa interesante que aprender…