Pabellón de la Navegación

Si podemos hablar de un rincón olvidado de Sevilla, tristemente el Pabellón de la Navegación tiene muchas papeletas para convertirse en el injusto ganador. Ubicado en el, digamos, inicio de la Cartuja (precisamente junto al monasterio), este espacio engaña muchísimo desde fuera, ya que cuando pensamos en él no solemos imaginar el recorrido tan fantástico que alberga en su interior.
Aunque el lugar sea uno de los grandes olvidados, el Pabellón de la Navegación consta de una exposición permanente que hará las delicias de cualquier crío o de aquellos otros a los que el niño interior nos sale con facilidad. Por su nombre ya se puede decir la temática: un repaso histórico a través de la navegación con especial foco en la etapa del Descubrimiento de América, pero… ¡OJO! En contra de la idea del museo tradicional repleto de vitrinas y laaaargos textos en sus paredes, el Pabellón es un museo yo diría que 100% interactivo, moderno y cuidado en el que descubrir la historia se convierte en un juego.
Personalmente, me maravilló cuando hace un par de años descubrí esta maravilla de lugar al que llevo un tiempo pensando en volver, ya que por desgracia lo visité con poco tiempo y fue muy express. Lo ideal es ir con el tiempo suficiente como para regodearse viendo las diferentes maquetas y, cómo no, el gran videojuego mural que hay al final de la exposición.
Además de esta exposición permanente, uno de los grandes atractivos del Pabellón es el acceso al ascensor o torre Schindler, el cual gana muchos puntos a última hora de la tarde gracias a la preciosa panorámica que ofrece de Sevilla desde una perspectiva alternativa a las que realiza todo el mundo desde la Giralda, las Setas, etc.
Por último, más allá de reseñar las exhibiciones temporales que suelen montarse allí, quiero terminar la reseña explicando por qué le doy una puntuación de 5: el personal. He conocido a gente servicial, pero cuando los comparo con los guías del Pabellón de la Navegación subo mucho el listón. En la visita que realicé tuve el placer de que uno de los trabajadores se acercase a ofrecerse como guía gratuito de la exposición y, sinceramente, me rompió el corazón cuando me dijo que se pasaban tardes y tardes sin recibir ningún visitante, de ahí que se volcasen cuando llegábamos alguno.

Ayer fue el Día Mundial de los Museos y hoy quiero escribir sobre uno de los que más alegría me dio cuando lo abrieron: el de la Navegación. Me gusta por diferentes motivos.
Porque es un antiguo pabellón de la Expo 92 que se aprovecha a las mil maravillas, porque su contenido es diferente, porque está pensado especialmente para niños aunque también está bien para adultos, porque la navegación es importantísima en la historia de Sevilla, porque tiene una torre mirado absolutamente maravillosa, porque está en un entorno muy bueno y que pronto se va a revalorizar mucho más, porque el diseño interior es precioso, porque no es caro, porque tiene espacio para acoger otras exposiciones temporales o eventos a orillas del Guadalquivir, porque su arquitectura es fascinante y, por qué no, porque a mí me gusta.
Recomiendo venir, disfrutar de la torre, del contenido, se echa un rato la mar de agradable y en un momento estamos en el centro para tomar una cervecita :)

La verdad es que la función didáctica de este pabellón es encomiable. Con un enfoque directamente planteado para ser objeto de visita de colegios y familias con niños, eso no quiere decir que merezca una visita reposada y adulta sin niños… pero… pero no, seamos sinceros, el pabellón es para ir con niños, de edades sobretodo superiores a los 6 años para que entiendan bien todo aquello que se les cuenta, que es mucho y muy chulo.
La visita comienza, si se quiere, con una subida a la torre mirador, construida en su día como forma de publicidad de la marca del pedaaaazo de ascensor que la rellena. No he visto ascensor más rápido y suave, en serio, parece una chorrada que elogie un ascensor, pero es que el de la torre lo merece y la vista desde arriba también. Se suelen poner exposiciones fotográficas en la bajada por lo que recomiendo que se haga a pie y no se utilice el ascensor.
Salvo que hayan reconfigurado la exposición permanente, cuando yo fui se planteaba como un viaje en un galeón del siglo XVI hacia las américas, con sus piratas, sus esqueletos y demás.
El hecho de poseer muchas zonas interactivas en las que proyecciones se activaban de forma automática al tocar o acercarse a instrumentos de navegación de época, hace que se mantenga el interés durante todo el trayecto, haciendo que el gran final sea aún más especial.
Tras pasar por una zona de maquetas espectaculares, llegamos a una donde los niños (y no tan niños) pueden desde izar una vela o manejar el timón hasta disparar un falconete (cañoncito), viendo las evoluciones de tus acciones en unas pantallas gigantes situadas frente a los distintos aparejos.
Tras esto la típica tienda de regalos (carillos) y la posibilidad de seguir la visita con una de las interesantísimas exposiciones temporales que alberga el recinto, desde los restos del Titanic hasta, la actual en el momento de esta reseña, sobre dinosaurios y fósiles de todo tipo, donde los niños pueden incluso buscar sus propios dientes de tiburón prehistórico en arena de fosfatos del Sahara.
En resumen, un sitio perfecto para una visita muy agradable.

Pues primera visita que hago a este icono de la EXPO 92 que aún conservamos en Sevilla. La verdad es que es ese tipo de sitios al que nunca me había planteado ir, pero bueno, Unilocal creo evento y allí nos plantamos.
La torre Schindler, uno de los baluartes que ‘defienden’ el Guadalquivir tiene unas vistas simplemente impresionante. Diferentes a las que ofrecen las Setas o la Catedral. Vamos, como todo lo que es ver Sevilla desde los aires, una maravilla.
Por otro lado tenemos el Pabellón y su exposición permanente, obra del escenógrafo checo afincado en Sevilla, Boris Micka, que me gustó bastante. El conjunto de luces LEDs imitando las olas del mar está mu guapo. Además me parece un sitio genial para visitar con los más peques de la casa.
Para terminar la visita nos adentramos en el templo de Abu Simbel, digo en el mismísimo Egipto, o más bien en una copia a escala realizada por un arquitecto egipcio y que ahora está de paso por Sevilla. También recomendable. Vamos, entre una y otra cosa, echas tus 3 horitas si no vas con mucha prisa.

Su ubicación merece una estrella, su torre mirador merece dos más y le pongo una cuarta estrella por ser un pabellón que ha sobrevivido al tiempo y al éxito cosechado en la Exposición Universal de Sevilla en 1992. 4 estrellacas que desde luego lo hacen digno de ser uno de los pabellones a visitar en La Cartuja junto a mi favorito, el Pabellón de Marruecos (sede de la Fundación Tres Culturas).
Desde hace un tiempo a la actualidad le han dado un lavado de cara tanto en uso como en estética al pabellón. Ahora acoge una exposición permanente sobre la historia de la navegación en la planta superior que sin ser una maravilla sí que debe ser una delicia si vas con niños, y varias temporales como la recreación del templo de Abu Simbel en la actualidad o la del Titanic de hace unos meses que suelen ocupar la parte inferior del recinto pegada a la orilla del río.
Otro de los elementos estrella (junto al mar de LEDs de la exposición permanente) es la torre mirador del pabellón, también llamada Torre Schindler. La subida a la misma es una pasada si utilizas los ascensores panorámicos, un trayecto cortito pero que te dejará boquiabierto, cuando estás arriba tienes la completa sensación de estar a bordo de un gran barco por varios motivos: la estructura de la torre tiene forma de popa, dirigida hacia el norte y metida en pleno río Guadalquivir y el viento que sopla podría mover varios grandes veleros. Si la subida es entretenida gracias a sus ascensores, prueba a bajar por la rampa, el interior de la torre es muy llamativo y la cartelería con motivo de la Expo 92 es muy curiosa e incluso a algunos les producirá cierta nostalgia.
Como recomendación final te diría que llevases bien cargadas las pilas de la cámara ya que tanto en el espacio museo como en la torre las ganas de realizar fotografías serán irresistibles! ¿Aún no te he convencido para que vengas?

Visita totalmente recomendable para niños.
El pabellón de la navegación de la expo 92 alberga una exposición sobre la navegación y su relación con la ciudad de Sevilla desde el siglo XV.
A partir de información del Archivo de Indias se ha construido un recorrido que nos permite conocer cómo se desarrollaban los viajes desde Sevilla hasta el nuevo mundo, las aventuras y penurias que sufrían las tripulaciones de los barcos.
La musealización de este espacio se ha realizado a través de nuevas tecnologías que permiten realizar la visita sin necesidad de un guía. Es un museo para disfrutarlo con los sentidos, ya que puedes tocar, ver, oír, incluso oler.
En el último tramo del recorrido se encuentran una serie de juegos interactivos donde los peques, y también los grandes, pueden disfrutar de la vida en el mar sin mojarse: P
Perfecto lugar para pasar una mañana en familia.

Junto con el grupo de Unilocal Sevilla descubrí este gran lugar que es A MUST para cualquier Sevillano o turista que quiera aprender un poco sobre la evolución e historia de la navegación. Con instalaciones interiores muy buenas, una gran ambientación, un diseño de primera y exhibiciones interactivas que te hacen sentir como un niño. De verdad fue un placer y me gustaría volverlo hacer. #yelp

Las dos veces que he visitado este lugar, me han recalcado la idea que El Pabellón de la Navegación no es un museo naval de la ciudad, para eso ya tenemos la Torre del Oro, sino que en él se pretende mostrar la evolución de la historia de la Navegación desde el s. XV hasta la actualidad, a través de maquetas de los distintos barcos (naos, galeones…), temas acerca sobre la conquista de América con especial hincapié a la labor evangelizadora de San Bartolomé de las Casas, o temas concretos sobre los utensilios uilizados en navegación, los problemas que se podían encontrar para sobrevivir en travesías tan dilatadas en el tiempo o el concepto de honor (entre otras cosas).
Dejando de lado el contenido y pasando a la instalación de la exposición, es interesante encontrar los audios en inglés, ver que son contenidos muy didácticos e interactivos (incluso hay una zona de juego para similar que eres tripulante), por lo que la visita es también ideal si vas con más pequeños. Esta vez además, hemos ido con Unilocal y hemos tenido la suerte de ir con visita guiada, por lo que hemos aprendido el doble!
A ello hay que añadir que al comprar tu entrada, puedes visitar uno de los edificios más emblemáticos de la Expo’92, por su altura y diseño, como es la Torre Schindler, que te permitirá tener una genial panorámica de Sevilla (sin vértigo, aunque con mucho aire ;)
Y por último, este lugar siempre van incorporando exposiciones temporales: hace una temporada le tocó al Titanic, ahora puedes ver una copia del templo de Abu Simbel a escala (que está bastante bien conseguida), o recreaciones de distintas épocas con clics, por lo que la visita es digna de ver en su conjunto.

Legado de la Exposición Universal de 1992, el Pabellón de la Navegación es, de todos, el edificio que más dialoga con el río, y no podía ser de otra manera: ¡va sobre la navegación! O eso intentaba.
Por partes. El edificio tiene el sello de Guillermo Vázquez-​Consuegra, arquitecto sevillano muy cotizado, que también por ejemplo hizo la ampliación de FIBES o la reforma del Palacio de San Telmo. Plantea el edificio con la forma del casco de un barco invertido, crea una terraza abierta al río que evoca la terraza de un transatlántico, proyecta una torre mirador que tiene la planta de un barco… Todo ello, para albergar un repaso de la Navegación desde el S. XV hasta la actualidad en la Expo, convirtiéndose en uno de los más visitados y más aclamados arquitectónicamente. Los contenidos del pabellón en 1992 se mantienen unos años más hasta que cierra en el año 99, no volviendo a abrir hasta 2012.
En 2012 abre totalmente renovado. Y esa renovación es lo que hace no darle las cinco estrellas o, incluso, haberme planteado darle tres. Hoy en día es un llamativo mar de leds con un recorrido demasiado lúdico, poco museístico (más allá de algunas maquetas) y enfocado, principal –por no decir únicamente– a niños. Una pena con lo que hubo allí antes. La planta baja es diáfana y ahí se acogen eventos de vez en cuando (desde bodas al centro organizativo de las Elecciones Andaluzas, por ejemplo) así como exposiciones itinerantes (la del Titanic, sin ir más lejos, que tanto dio que hablar).
Junto a él, la Torre Schindler, con un espectacular ascensor panorámico que da al resto de la ciudad con unas impresionantes vistas. Los accesos son chungos, de momento, pues cuando acabe las obras el complejo de la Torre Pelli aquello debe dar un subidón tremendo.

Un edificio espectacular, recomendado para todo aquel que sienta interes por la arquitectura, como todo cuesta dinero pero menos de 5 euros, tienen una exposicion sobre la historia de la navegacion muy currada e interesante genial para echar una tarde con los amigos o la familia (siempre y cuando os guste la cultura)

Visité el fin de semana pasado el pabellón de la Navegación con motivo de la exhibición sobre el Titanic. Dado que teníà la opción de entrada combinada de exposición y pabellón, decidí aprovechar el momento para rememorar esos recuerdos de la Expo92 :)
La entrada para visitar el pabellón junto a la torre Schindler es de 4.5 € la tarifa normal y 3.9 € la reducida (creo recordar). La torre en sí merece la pena subir porque las vistas de Sevilla son espectaculares y, además, puedes apreciar la tan discutida torre Pelli más de cerca.
El pabellón, por su parte, me decepcionó bastante. La infraestructura está genial, pero lo que han montado la verdad es que me esperaba algo bastante mejor. Se trata de un recorrido con una especie de historias de tripulantes que descubrieron el «Nuevo Mundo», a continuación unas maquetas que muestran la evolución de los barcos, una zona de juegos de simulación en un barco y finalmente unas imágenes de archivo de la evolución de la ciudad de Sevilla.
La verdad es que creo que podrían haber montado algo mejor en lo referente al recorrido con historias. La parte de las maquetas está interesante y la zona de simulación está bastante conseguida. Si vais con niños se lo pasarán bien!

Si te gusta andar por los pabellones y visitarlos, no te puedes pasar este en concreto, abierto al público para enseñarte las historias de la navegación. Maquetas de barcos, historias de capitanes de la epoca y mucha historia, si eres curioso y te gusta estas cosillas te va a gustar visitarlo, aaaaa y no te olvides de sentarte a la orilla del río y relajarte!!! Es mi consejo.