Categorizar este negocio como tienda de moda es un poco eufemístico… La verdad es que moda moda, lo que se entiende por moda, ¡no es! O bueno, en todo caso, «moda vintage» ;-) Para que me entienda quien nunca haya pasado por aquí diré que es la típica tienda de la Triana antigua donde siguen vendiendo prácticamente lo mismo que el día que la abrieron, hace más de treinta primaveras… Hay chándales que son auténticas reliquias, batas de estar por casa y lencería que bien podían llevar nuestras abuelas en su luna de miel y un largo etc. Sin embargo, el hecho de que exista en nuestra calle San Jacinto permite que esta no lo haya perdido aún todo…, nos ayude a recordar lo que un día fue; así como ofrece muchas facilidades a las personas mayores que se resisten al cambio. Ya sabes, si tu abuela está buscando una bata, o si tienes en mente una despedida de soltera y quieres gastarle una broma a alguna amiga regalándole braguitas tipo Bridget Jones, pásate por Tejidos el Pasaje, seguro seguro que no te defrauda.
Priscila G.
Rating des Ortes: 3 Sevilla
Este escaparate es un espectáculo. A mi es que me encantan estas tiendas de siempre, con esas tallas de ropa interior que parece mentira que existan, esas batas ahí bien gorditas con sus costuras en forma de rombos, esos bañadores de cuello vuelto… Tienen un poco de todo. Cosas de señora más que nada. Yo, en mi eterna pelea con las mercerías, me he pasado por aquí alguna que otra vez, a preguntar si tenían fieltro, elástico o alguna de mis pamplinitas que suelo necesitar para teatro o para confeccionar regalos. Es que yo veo unas medias en una tienda y me creo ya que van a tener un cajón mágico con todos los botones que yo necesite. Y no, aquí esas cosas no las venden y encima, si hay alguna señora de las que suele frecuentar la tienda te mira con cara de «hay que ver las preguntas que haces…» El caso es que esta tienda se ha resistido al cambio y allá que van las que también lo han hecho. Dí que sí. Cosas de toda la vida. A mi me gustan mucho… cuando tenga que usar esas tallas espero que sigan abiertos este tipo de lugares porque las pienso querer comprar blancas, de algodón y con el «caladito» reglamentario. ¡Hala!