:-) Comienzo este comentario sonriendo porque es lo que me surge cuando pienso en este bar. Era una noche muy calurosa de verano, de estos días que a las 23.00 puede perfectamente hacer 36 grados, y con sensación de bochorno. Horrible. Estábamos sentados en el Tolola intentando refrescarnos interiormente con cervecitas bien frías y degustando algunas de sus tapitas y de pronto se levantó un poco de aire, ¡corriente!, por unos segundos se pudo respirar. En ese momento sucedió lo más inesperado, lo más increíble, lo más sorpresivo que he visto ante una situación similar: la gente comenzó a aplaudir. Sí, todos los que estaban/ábamos sentandos en la plaza donde se ubica este bar aplaudió, en señal de bienvenida al tan ansiado aire, como súplica para que se quedara… algo fuera de lo común y difícil de describir. Es verídico, ¿eh? Pues anécdota aparte, hablábamos del Tolola y solo puedo comentar aspectos positivos. Me gustan sus tapas(la paella, las gambas al ajillo y los montaditos están riquísimos), cómo atienden, el que sea un bar de barrio pero con una pizquilla de «gracia diferente». Un 8, vamos. A nosotros, clientes asiduos, hasta nos ponen un detalle de la casa, un plato de postres helados que ¡es un gusto! ¡Cómo se agradecen estas atenciones!!!
Priscila G.
Rating des Ortes: 4 Sevilla
Este bar del tardón, a diferencia de muchos otros del barrio, no está tan escondido. De hecho, se ve desde López de Gomara. Al estar situado junto a un espacio bastante amplio, cuenta con una terraza grande en la que siempre puedes elegir entre sol o sombra. Además, a unos 15 o 20 metros hay un parquecito de juegos para niños pequeños, con lo que si vas acompañado/a de diablillos es un buen lugar para tenerlos entretenidos y vigilados mientras te tomas una tapa. Bueno, vigilados… para un niño pequeño 15 metros de distancia equivalen casi a 15 km para un adulto… le da tiempo de hacer la trastada mayor mientras llegas. En fin, vayas como vayas y con quien vayas, este sitio te pone unas tapas que están muy buenas. Sí que es verdad que el precio es ligeramente elevado con respecto a otros sitios del lugar, si una tapita de solomillo al whisky te cuesta la adorable media de 1,80−2,00 € en muuuuchos bares de triana, aquí te cuesta 3,00 €, pero te la sirven bien y además que se está tan a gusto al solecito en invierno y tan fresquito a la sombra en verano, que no pasa nada por ese eurito de más. El camarero es muy buena gente, aunque suelen tardar un poco en poner la comida, el señor llega todo apurado y con prisa, pendiente de que no falte nada y de que todo esté en orden. Es un sitio para sentarte tranquilo/a. Si tienes algo de prisa, mejor cruzar la calle y pasar por alguna franquicia.