Vaporti Montoya!

Esta tienda, en el Salvador, está situada junto a los bares donde se pide una la cervecita de rigor. Porque al Salvador se puede ir a muchas cosas, pero apuesto a que irse de cervezas es la actividad estrella. Y el que diga que no, que tire la primera piedra…
Pues este local está allí muy bien pensado, con toda su maldad. Detrás del mostrador no puedes más que imaginarte a un tendero frotándose las manos con mirada maligna mientras murmura «Ex-​celente…»…
¿Por qué? Muy fácil. Cuando te vas con tus amigos a tomarte «una» (eso no se lo cree nadie…) a las ocho de la tarde, todo va ok. Te conformas si acaso con unas aceitunillas o una bolsita de papas. Pero cuando te dan las más de las diez, y llevas dos horas y pico bebiendo cerveza, mucho jiji mucho jaja, pero con el puntito entra la hambruna. No hambre, sino hambruna. Entonces notas que tus ojos se van como para un ladito y no entiendes por qué… ¡ah! ¡sí! tu subconsciente, que antes vio el escaparate de Vaportí sin prestarle mucha atención y ahora ¡¡quiere un bocadillo!
Los tienen allí ya hechos, y medio abiertos expuestos, muy bien iluminados, para que todos los Barneys (repito guiño a los Simpons) que circulen por el lugar los vean bien. Y claro, más hambre te entra. Por buena o mala pinta que tengan los bocadillos, como poco, abres un debate con tus amigos de si os lo coméis o no. De si compráis algunos a medias o qué («a medias no, que es de mariconas!!»)… En fin, que están allí los bocadillos mirándote y los de la tienda lo saben porque los han puesto a conciencia… y en algún momento. ¡Zas! Bocadillo al canto. Inevitable.
Y ni son los mejores bocadillos del mundo, ni los más baratos. Pero están muy bien puestos.

La primera vez que lei el llamativo rótulo de esta tienda de alimentación pensaba que era un nombre italiano («Vaporti») pero cuando me paré a leerlo con más detenimiento me di cuenta que era Va-​por-​ti Montoya. O sea que va por Montoya, dedicado a Montoya. Que gracioso!
He entrado muchas veces cuando estamos de compras por el centro, ya que mi hija Sara es habitual que tenga sed o hambre de pronto y para ello es genial esta tienda.
En Vaporti Montoya! lo que encontramos son muchísimas latas de refresco (los amantes de la Coca-​Cola no busqueis esta marca, sólo hay Pepsi) de cerveza, litros, botellas de vino y agua, bocatas, patatas fritas, empanadas, dulces… comida take away y a buenos precios.
Es por ello que suele ser muy visitada por los guiris.
Lo de vender litros en la Plaza del Salvador también tiene su punto. Cuando los bares están muy llenos y es imposible acercarte a la ventanita de cualquiera de ellos a que te pongan una cerveza, esta es una alternativa y además económica. Los venden a 2 euros. El único inconveniente es que no suelen estar muy fríos.
Hay otro Vaporti Montoya! en la calle Sierpes.

Es una de esas tiendas perfectas en las que puedes decir: hago una paradita rápida y continúo.
Tienen bocadillos, paninis, bebidas… los productos perfectos para reponer fuerzas y seguir con el intenso día de compras.
No es que sean los mejores bocadillos del mundo, pero me conformo con que quiten el hambre… sólo con decir que lo que más me gusta es el nombre de la tienda lo digo todo…
El chico que me atendií fue muy amable, incluso recuerdo que le puso un poco de chispa a la compra e hizo una gradia sobre mi bocadillo.
Una tienda rápida, para un descanso rápido!