Volapié

La verdad es que me gusta mucho la cocina creativa, pero cuando se encuentra comida tradicional bien hecha, como es el caso, no sabría yo con qué quedarme, porque estos sabores de toda la vida siguen triunfando por algo.
Esta taberna jerezana de tintes taurinos bien merece una visita a esta frontera entre Triana y Los Remedios. El ambiente es bastante mezclado, acogiendo amantes de los toros, del flamenco, habitantes de los barrios que lo abrazan o simplemente gente que va allí atraído por su buena y contundente cocina.
Aparte de pedir alguna chacina, tenemos sus maravillosos platos, todos ellos bastante contundentes. Sus albóndigas o su filetito volapié están muy buenos, pero mis dos paltos favoritos son los riñones al jerez y las mollejas guisadas, que son el plato estrella a mi entender. Un bollo de pan y su salsa son todo un peligro, no digo más.

…Eje toro!
Ubicado entre Triana y los Remedios se encuentra esta pequeña taberna estilo taurino.
La «guasa sevillana» la podemos encontrar en sus camareros, amables y sevillanitos de pro, con to el arte del mundo que te lanzan una fresca y encima te hace gracia.
Un día de solito, paseando por el barrio, llegamos hasta aquí. Como el reloj ya apuntaba a la hora de la cervecita nos decidimos hacer parada en este lugar.
Yo me pedí una copa de tinto natural de la casa (tó buena!) y Dani una cervecita.
Acompañamos nuestras bebidas con una tapa de albóndigas con tomate y otra de filetito al Volapie… Decidimos tras este día que teníamos que repetir pero para probar más tapas. Madre mía como estaban esas albóndigas!
Un sitio más que recomendable por su ubicación, cerca de la calle Betis (para dar un paseito y tomarte otra cosilla por alli), por la calidad de su comida, una buena atención al cliente y el precio, nada desorbitado.
«Volapie: Suerte de matar al toro echándose sobre él cuando se encuentra parado».
e él cuando se encuentra parado”.

Pages del Corro. Ahí, justo a la vera. En el borde que baila entre Triana y Los Remedios.
Madera por dentro, fotos de corridas de toro en las paredes y luz acogedora. Buen lugar para pararte tanto si andas por Los Remedios como si andas por Triana. Tapas baratas, de calidad. Los camareros, para que se hagan una idea, típicos señores jerezanos, de pañuelo en el cuello y chalequillo. Berzas gitanas y albondigas en salsa. Exquisito.
Ya no tengo que decir más, me falta una estrella para éste.

Cerquita de la Plaza de Cuba, en esa frontera imaginaria que dibujamos entre Triana y Sevilla, encontramos el Volapié, nombre torero donde los haya para una taberna con aires jerezanos, ya que sus propietarios vienen de la cuna del buen vino que es Jerez de la Frontera.
Aunque a veces bromee sobre el tema, a mí Jerez siempre me ha gustado, me gusta la mezcla que siempre lleva consigo, señoritos y gitanos; chaquetas y lunares… combinaciones extrañas pero que causan efecto y le dan a la ciudad el enorme atractivo que tiene para el visitante. Al hilo de esto mismo, he de decir que me encantan las tabernas en las que se entremezclen personas de toda condición, es curiosísimo ver como los bares unen a la gente por distinta que sea, y este bar por su ubicación es capaz de conseguir a este público heterogéneo que tanto despierta mi atención.
La cocina del Volapié es clásica donde las haya: cola de toro, sangre con tomate, tortillitas de bacalao, potaje de garbanzos, menudo, cazón en amarillo… platos que nos recuerdan a nuestra infancia porque todos –o casi todos– hemos comido eso en casa alguna vez de la mano de nuestras abuelas.
Una cerveza y una buena tapa en El Volapié es un gran opción siempre, y una alternativa a la cocina de diseño que viene imponiéndose en los últimos tiempos.