Wonkandy

La tienda es muy bonita, toda de rosa, solo verla y entran ganas de comerse todas la gominolas que no me he podido comer por culpa del maldito régimen.
Visitar Sevilla en verano sin comerse un helado en cada rincón de calle es para mí imposible. Y sobre todo en esta calle que está llena de helados por todas partes.
La decoración esta muy bien, el helado también, el precio carito pero entrando más o menos en la media.
Lo único que falla son los caramelos (bastante malos) que ponen por encima del helado. Azúcar + azúcar = too much.

La decepción en forma de nube dulce. Tenía muchas muchas ganas hacía bastante tiempo de entrar en Wonkandy y comprar nubes (también llamadas «esponjitas» en Sevilla) de todos los colores y tamaños. Día tras día, camino al trabajo, me quedaba prendada por el gran surtido que parecían tener…
Así que un día, de Semana Santa para más señas, me animé. Entré y lo primero que me sorprendió es la desidia de la empleada… Era mi primera vez y tenía un par de dudas sobre las bolsas y los precios. Perdonándome la vida me contestó. Pero ¡no pasaba nada, yo quería nubes! Pasé lo primero por la parte del merchandising, prohibitívamente caro. De no ser así me hubiera animado a llevarme algo, tienen cajas y juegos de mesa muy chulos y alguna cosa de Los Beatles.
Daba igual, iba a tener mis nubes-​esponjita… Busqué y busqué en todas las estanterías pero no las encontraba. Había «chicharitos» así que cogí unos pocos, un par de platanitos… Dos o tres bolitas de chocolate… A ver si parándome en cada estante encontraba mi tesoro… Ya desesperada busqué a la amable (nótese la ironía) dependienta para preguntarle. No la encontraba pero si al chico que estaba en la nueva zona de bollería, rollo cafetería. Este muchacho si fue exquisitamente amable y me explicó que… ¡no venden nubes-​esponjitas sueltas! Si las quieres tienes que comprar sus bolsitas (alguna de ellas se nota por la composición que llevan desde navidades expuestas, lamentable). Aunque el precio de las bolsas era caro probablemente me hubiera gastado lo mismo en esponjitas sueltas pero ¡si las hubiera podido elegir yo!
Una gran decepción sin duda. Total que pasé por el aro porque tenía bastante antojo y cogí una bolsa de nubes. Pero, claro, pagar las nubes y las chuches que había cogido (pensando que las iba a poder complementar con nubes-​esponjita) se salía de mi presupuesto. Así que le dije a la chica que me iba a perdonar pero la bolsa surtida no me la llevaba y le conté mi decepción. Me disculpé pero lejos de ser cortés me miró de arriba a abajo y me dijo el importe a pagar…
No le pongo una estrella a este negocio porque, pese a todo, el concepto me parece innovador, la decoración es excelente y el otro chico me atendió bien. Pero desde luego si quieren permanecer abiertos tendrían que darle una vuelta a su política de precios, comunicación y productos.

De unos años para acá están proliferando mucho estos negocios en los que fundamentalmente importa la presentación y la imagen, quedando el resto en un segundo apartado. Desde luego en Wonkandy lo han conseguido. Nada más entrar tienes la necesidad de comprar algo o, al menos, llevarte una gominola a la boca. Todo está impecablemente presentado, te preparan cestas variadas y tematizadas, hacen ramos de flores con diferentes chucherías, venden chocolates variados y hasta palomitas. Personalmente creo que donde fallan un poco es en el sabor, aunque con eso no quieo decir que esté malo, solo que podria ser mejor; sobre todo pars el precio que tienen.
Para mi esta tienda es perfecta si quieres hacer un regalo bonito y especial, para comprarte una bolsa de chuches te recomiendo ir al puesto de al lado que seguro sale más barato ;)