Imposible no remarcar el hecho folk-sórdido de que este bar fuera inaugurado«oficialmente» por Fernando Esteso –por desgracia, sin Pajares y sin bingo– hace un par de años. Su pro y su contra es el mismo: terraza infinita en la plazoleta semiinterior de un bloque residencial. Perros, niños, y otro tipo de mascotas a todas las horas del día ladrando y correteando de aquí para allá; en las mesas, sus respectivas madres pasando del tema porque la cañita está bien fresca y encima, si pides un pinchazo para acompañar, no te lo cobran, como en los buenos manchegos. Preparan pseudomariscadas y también algún que otro plato para llevar, sin embargo, lo más parecido a esto que compré fue una barra de pan –para una emergencia, es un detalle saber que tienen– que lamentablemente estaba más tiesa que los pies de Cristo. La camarera ni fu ni fa. Su boca es siempre una línea recta y a veces es hasta torpe, la última vez que estuve tiró en la misma media hora una copa al suelo y mi pincho de tortilla catapultado hacia la mesa, así que ya no sé si pensar que no me lo cobró por vergüenza –y acierto hostelero– o porque realmente lo ponen gratis, como en los buenos manchegos. Para cerrar esta hecatombe de desdichas daré tres datos favorecedores: — Vermú a 2,50 — Wifi gratis — Cervezas raras del mundo No lo voy a dejar sin oportunidades. Con ese triple combo, obviamente, seguiremos intentando.
María G.
Rating des Ortes: 4 Valencia
Este es uno de los pocos locales que han abierto y sobrevivido en mi barrio. El lugar en si ofrece un montón de cosas. La verdad es que mis visitas hasta el momento se habían reducido a entrar a comprar tabaco y poco más. Un dato curioso es que más de una vez me he encontrado con ¡Fernando Esteso nada más y nada menos! se ve que vive por aquí e incluso fue él quien inauguró el local, hay una placa, con frase célebre incluida, que atestigua el momento. El otro día nos apetecía tomar algo por la tarde y fuimos a probar. Nuestra elección fueron dos vermuts y unos pinchos de tortillas, en realidad pinchazos, ya que eran gigantes. La verdad es que tienen un menú diario muy asequible y una mesa donde hacen cosas a la parilla. También, tienen una gran terraza, que depende de la hora a la que vayas es más o menos tranquila, ya que da a una plaza y está justo enfrente de un colegio, así que las mamis encuentran en este un lugar perfecto para tomarse un cafetito mientras nos niños se lo pasan en grande jugando a sus anchas. Salimos más que encantadas ya que pagamos por todo 5 euros. Ahora ya sé dónde ir a tomarme un vermutito cerca de casa