Una de la cosas que me gustan de este sitio(independientemente del café) es la sensación de calma, de paz y tranquilidad que se respira en la cafetería, tanto por parte de los camareros, como por la clientela que frecuenta este sitio. Los colores, la música… Todo está orientado a crear ese ambiente para disfrutar del café. Un detalle muy curioso: no tienen ningún reloj en el establecimiento, con el objetivo de que el cliente no tenga prisa, no mire el reloj y se relaje y disfrute del café. Simplemente maravilloso lugar