Parada técnica para«redesayunar» antes de empezar mi habitual compra de productos frescos en el Mercat de Russafa y mi estreno en el bar del Mercado ha sido intrascendente. La media tostada de tomate estaba muy buena y el café con leche(en vaso, al estilo madrileño) también estaba bien. Pero me ha parecido caro, lo ya mencionado más un croissant y un batido de chocolate ha costado 4,60 euros. Teniendo en cuenta que no hay servicio de camareros, no sé… quizá la próxima vez me meta un bocata de medio brazo entre pecho y espalda y me resarce de este desayuno que me ha sabido a poco.
María Q.
Rating des Ortes: 5 Valencia
Directo a mi lista de bares para no perderse en el barrio ¡qué almuerzotes, mareeeeee! Bocatas así te devuelven la sonrisa un día de tormenta, te hacen feliz el día que te han dicho que tienes muelas del juicio, te dan luminosidad, te quitan arrugas… ¡Qué maravilla, por Dios y por la Virgen! Llegamos agotados de patear el mercado carro arriba, niño abajo, con bolsas de verduras y fiambres como si en casa no hubiera ni agua en el grifo, pero es que venir al mercado es lo que tiene ¡sales cargado como un burro marroquí!(allí los llevan que no se les ve ni las orejas, a los pobrets, palabrita de viajera). La verdad es que el bar no llama mucho la atención, la tragaperras que tiene al lado de la barra, sí. Menudo festival de colores y luces, la feria ambulante señores. Me hizo tanta gracia que tuve que hacer foto y subirla(ya lo véis), me pareció total. Un bar cualquiera con una tragaperras curiosa(cualquiera), pero unos bocatas descomunales y buenísimos, además de una atención eficiente, amable, rápida y con sonrisa ¡toma! Eso no lo tiene cualquiera. Cualquiera tiene cosas normales, aquí todo tiene un cariño y un amor entre el pan que hay que probarlo. La clientela es gente del barrio que hace su parada a tomar el cafetito, tenderos de los puestos del mercado que van a llevarse bocatas y cafés para llevar, reuniones de abuelitos y –tas matutinas. Se nos sentó una mujer al lado que debía tener unos mil años. Muy agradable, ella, no paraba de decirnos lo buena que era la lactancia materna y que le diera todo lo que pudiera al bebé(le estaba dando pecho en el bar). La verdad es que me sentí como en el pueblo, que en cuatro calles ya te han dicho cómo hay que arropar al niño, que si lo llevas muy fresco, que cómo se parece a su padre… Y así es el bar Mercado, un lugar de encuentros ocasionales que te hacen sentir como en un pequeño pueblo. Ahhh, los bocatas van en papel de servilleta, como en los años 80. No hay servicio de camareros en las mesas y te has de levantar, es la única pega que le pongo(odio tener que ir yo a por las cosas), pero lo más curioso del lugar es que se comparten las mesas, así que igual un día se os sienta la señora que conocimos(de mil años) y os da unas charlas sobre la posguerra, la reconoceréis de lejos.
Samuel M.
Rating des Ortes: 5 Valencia
Se sale este bar. Bueno, barato y perfectamente colocado para hacer una parada de avituallamiento entre compras. Nada de diseño ni innovador ni gaitas, bocatas de toda la vida con un servicio muy eficiente. Yo probé el de tortilla de patatas y aún me relamo cuando me acuerdo. Una cosa curiosa es que las pocas mesas que hay se comparten. Y otra las dos máquinas tragaperras que, protegidas por una persiana exclusiva, presiden el local.