Chez Vic

Restaurante francés con un menú a mediodía bien de precio. También hay un menú express por menos de 4 euros. El local es pequeñito así que es mejor reservar. Tiene una decoración sencilla con unos cuadros que se reflejan en el enorme espejo que hay en la pared de enfrente. El problema es que como es pequeño te enteras de todas las conversaciones. El trato está muy bien. La comida que probé estaba muy rica. Una quiche de atún, normalita, y un pollo rebozado con nueces que estaba bastante mejor. El postre bastante sencillo, masa brisa con chocolate fondant, nada espectacular pero seguro que los más chocolateros le darían el visto bueno. Probaré alguno de los otros «Chez» que hay por la ciudad a ver qué tal.

Al lado de la fuente de los patos en la calle del Mar se encuentra este pequeño bistró francés. Había pasado muchas veces por la puerta y me había llamado la atención así que un día me decidí a ir. El local es muy pequeño, a penas seis mesas, pero acogedor. La decoración me recuerda a la de la casa de mi abuela, tiene hasta un espejo con aparador. Las mesas son antiguas máquinas de coser. Para comer tienen un menú del día por 12 euros muy logrado. Si tienes prisa hay un menú exprés de un solo plato por 3 euros que te puedes comer rápidamente en la barra.
Pedimos el menú de 12 euros, yo comí quiché de ratatouille, muy sabrosa y nada pesada, y tajin de ternera con higos secos también muy bueno. Las raciones son correctas así que no te vas con hambre. El restaurante lo lleva un matrimonio joven, ella es francesa y es la cocinera y él se encarga del servicio. Tanto uno como otro lo hacen perfecto. La especialidad del local es el Steak Tartar pero hay que pedirlo por encargo, así que si tenéis decidido que queréis probarlo llamad antes de ir para reservarlo. Sólo 2 pequeños problemas. Uno que al ser tan pequeño estás muy cerca del resto de las mesas y dos, que sales con un poco de olor a fritanga.

Otro descubrimiento en pleno corazón de Valencia. Justo a unos pasos de la Plaza de los patos, en la calle Trinquete de Caballeros, está Chez Vic. Es un pequeño restaurante de comida francesa y con un aforo máximo de 20 personas. De hecho, solo tienen 5 mesas en su interior y dos en una terraza.
El servicio es simplemente magnífico. Su camarero David es muy simpático y agradable y el ambiente es muy tranquilo e íntimo. Hoy hemos decidido pasar a comer porque una amiga ya había visto el local varias veces y tenía curiosidad. Y la opinión es unánime: un gran descubrimiento.
El menú diario lo tenéis por tan solo 12 euros. Hemos tomado una quiché de ratatouille que nos ha encantado a todos. A todos nos ha venido a la cabeza el ratoncito de la peli pero realmente hace honor a su nombre porque era muy jugosa y deliciosa. De segundo, hemos probado un cuscus con ternera, no sé muy bien cómo lo ha definido pero estaba también muy jugosa la carne con higos que le daban un punto dulce.
Para rematar un buen postre. Aquí hemos pedido una tarta de chocolate casera que estaba contundente. Pero mi favorito ha sido un postre que es una mezcla de flan y pudín de chocolate blanco y melocotón. En una palabra, increíble.
En fin resumiendo, un rinconcito muy tranquilo y acogedor, con un servicio muy agradable y una comida muy sabrosa.

Son muchos los motivos por los que descubrir esta pequeña taberna francesa situada al lado de la comúnmente llamada Plaza los Patos.
Todo en su interior posee una historia particular, desde las fotografías en las paredes hasta las estanterías donde guardan las diferentes copas y vajilla, pasando por el antiguo espejo central.
Lleva tan solo 7 meses abierto, y se ha convertido en uno de mis restaurantes favoritos. Sus dueños, David y Gaëlle, proporcionan un servicio cálido y afectuoso, y cada plato de la cuidada carta está hecho con dedicación y cariño.
Te recomiendo que pruebes el foie-​gras casero y las bolitas caillette de castañas (que es una receta de la bisabuela de Gaëlle), maravillas de la cocina gala. Tienen una amplia gama de vinos del Valle del Ródano y especialidades en charcutería de la zona. Por último, no dejes de probar la tarta de peras, es deliciosa.
Este bonito y familiar rincón te transportará a la bella Francia durante unas cuantas horas.
Su aforo para apenas veinte personas invita a una cena íntima con una persona muy especial.