Chocomeli

Hasta ahora mis comentarios se han centrado en lugares con una relación entre calidad y precio extraordinarios. Y podría parecer que Chocomeli rompe esa rutina. Pero no es así. Hay ocasiones en las que tienes dinero y buscas dónde gastarlo saliéndote de las clásicas opciones de grandes arroces, carnes soberbias o comida exótica. Y Chocomeli es, para mí, la mejor opción de Valencia.
Su historia nace de cuando era apenas un bar normal hace ya 30 años, que por su capacidad de escoger una materia prima de altísimo nivel y de preparar platos comenzó a derivar hacia un tipo de clientela selecta. Su precio medio es de 50 euros, pero es de los lugares en los que vale la pena pagarlos.
Aunque, comenzando por los contras, el local es muy pequeño y con un espacio entre mesas insuficiente. Pero quien acude allí sabe a lo que va. Nadie puede ponerlo en el sector de las críticas porque el local es el que es y no tiene opción ni intención de expandirse.
Sin embargo, la experiencia para el recién llegado es sensacional. Un buen camarero, muy profesional, siempre te atiende. La rapidez en sacar los platos es la justa. Y, allí vamos, la calidad de estos es extraordinaria.
Cualquier entrante es recomendable, porque el producto es de primerísima calidad. Pero el plato que hay que ir a probar a Chocomeli tiene un nombre propio: caldereta de bogavante.
Se trata de una fuente de cerámica llena hasta los topes de un caldo sabrosísimo, un bogavante perfectamente pelado y desmenuzado y patatas. Pero, lejos de quedarse ahí, la sorpresa viene en la segunda parte: cuando te comes ‘la mezcla’ aparece el camarero con tres huevos fritos, los trocea y los introduce en ese caldo restante para que te los comas … ¡con cuchara!
Después de semejante experiencia, más allá de querer salir rodando, se puede probar si hay hueco su pastel ruso como postre. Pero para el novato será inolvidable esa fuente, que le dejará siempre la sensación de querer disponer al menos una vez al año de algo de dinero gastadero para pegarse un homenaje gastronómico en toda regla a un precio justo si analizamos la calidad del servicio y del producto.

Restaurante situado en Valencia.
Personalmente destaca por la materia prima de sus platos. Comimos muy bien, quedamos satisfechos y contentos con la comida.
Lo que si que fallo fue el trato del personal, algo frio y automático.El espacio entre mesa y mesa era escaso por lo que te enterabas perfectamente de todo lo que hablaba la mesa de al lado, había muy poca intimidad.
El precio una cosa normal, teniendo en cuenta sus cosas positivas y negativas.