Dhaba

Hace tiempo que quería ir al Dhaba y que mi estómago, que con el curry es muy troglodita, gritara «yabba-​dhaba-​duuu».
La cosa promete: al mediodía hay varios menús, uno de ellos muy gracioso, con siete cacitos de degustación servidos en bandeja circular con pan naan en medio. Pero como voy en buena compañía, nos acogemos a otra fórmula (entrante y curry a elegir de la carta) y compartimos los platos.
Y la cosa empieza bien: la samosa con garbanzos, el mejunjillo de lentejas amarillas y las patatas picantes (que no pican) tienen sabores ricos y caldos espesos en los que refregar el naan, servido en cantidad generosa y gustoso por sí solo.
¡Yabba!
Llegan los currys, de ingredientes seductores: coco, lima y lemongrass para el de gambas; espinacas, comino y cilantro para el de cordero; y almendras y mango para el de pollo.
Y llega la decepción: el de gambas sabe a gambas, el de cordero a cordero, y el de pollo… a algo suavecito. No hay picante, ni nota fresca o toque ácido a los que agarrarse. Lo menos esperable de un hindú, una de las comidas más especiadas y ricas en contrastes del mundo.
¿Esto es el Dhaba?
Pues… Yabba-​dhaba… Buh.

He de decir que la comida que hacen en este restaurante hindú está muy buena.
Es un lugar pretencioso, muy fashion si lo comparamos con el resto de restaurantes de este país asiático que podemos encontrar, por ejemplo, en Ruzafa.
La estética es otro rollo. Nada de música hindi, ni la tele con las interminables películas de Bollywood y ni siquiera habrá rastro de personas de la India por este restaurante. ¿El cocinero al menos lo será? Pues no tengo ni idea, pero si no es así, chapó por la comida que da el pego totalmente.
Yo me pedí el plato de mango chicken y una tapa de champiñones y especias. Pero los camareros te pueden recomendar perfectamente dependiendo de tus gustos, sobre todo, si es de las primeras veces que pruebas la comida hindú. Yo, que ya se algo, fui directa a lo que me gusta.
A pesar del estilo del restaurante, los precios no son caros. Los platos de curry rondaban los 10 euros, las tapas alrededor de 6 … tienen cartas de vino pero no os puedo decir que tienen ni precios porque yo me pedí, como no podía ser menos, un lassy, ¿se nota que me gusta el mango?
Bueno, al final resultó ser una sorpresa de sitio. No daba ni un duro por el local precisamente por las apariencias, que parece de todo, menos un restaurante de comida hindú, pero al final la experiencia salió muy bien.
Lo recomiendo.

Si te gusta la comida hindú, sus picantes, sus notas dulzonas, sus sabores exóticos, sus lassis, sus tandooris, currys y demás… pero a veces te echa pa’tras la estética del típico restaurante indio, así un poco viejuna y en algunos casos ya no solo eso, sino que parece que el restaurante se te fuera a caer encima mientras comes…
O, te interesa también un sitio donde puedas tomarte unos cócteles, un buen café o un té…pásate por dhaba, por dentro parece más un lounge-​bar, además que tiene el puntazo a su favor de que la cocina se ve desde la sala y puedes ver las condiciones en las que te preparan lo que te vas a comer…
A que apetece… pos añádele la simpatía del propietario y que no te vas a dejar una pasta comiendo…

Platos indios clásicos y de nueva cocina, frescos y creativos, con un local muy bonito y moderno!
Muy buena atención.
Menús de medio día a muy buen precio.