El Raconet de Richard

Este lugar siempre estuvo muy, pero muy bien …
Ahora con su lavado de cara tiene más espacio y más moderno, pero lo más importante es la calidad de sus productos que siguen como siempre.

Ya tenía yo ganas de hincarle el diente a este lugar y la experiencia ha sido de 10.
Aprovechando un ratito que tenía para poder comer me dirigí rauda y veloz a los brazos de Richard ¡qué tio más salao!
La verdad es que tiempo lo que se dice tiempo no tenía mucho pero no importó ya que el servicio fue rápido y eficaz, sin esperas ni demoras. Iba con la idea de pedirle un bocata épico de esos que tanto había oído pero al ver ESA fuente de arroz al horno recién hecho no pude resistirme y tuve que comerme un platazo ¡de categoría estaba! Además, también me encantó el detallazo de servir una tapita con su jamoncito (del de sustancia, nada de chichi molla), su aceitito y su pan pan. Y para rematar la jugada fruta fresca ya preparada para tomarla rápidamente y con la mayor comodidad. Y todo a buen precio.
Vamos que el Richard es un crack

El Raconet de Richard, ya no es un raconet.
Ahora ha ampliado su pequeño cubículo tirando un tabique y cogiendo el bajo de al lado, dándole un aire de «coffee» por fuera y de garito «chic» por dentro
Sigue dando lo mejor y con la mejor cara, como siempre.¿Sabíais que muchos días le da de desayunar al consejer? ¿Que a veces le sirve en su despacho? ¿Que hace caterings para la Generalitat? Claro, es que tiene un café buenisímo y bollería de alta calidad.
Bueno, todo en su local es de calidad: los bocatas, las raciones de comida, la fruta, el pan, etc.
Espero que siga muchos años llenando el vacio de nuestros estómagos.

Micro-​local que debería ser nombrado por la OMS parada obligatoria a media mañana. ¿Hace mucho que tu madre no te prepara un buen bocadillo para el recreo? ¡Richard es el ama de casa que echas de menos!
En su raconet, literalmente, tiene tres metros cuadrados dedicados a dar amor y quitar el hambre al mundo. Tiene bollería, que le traen de los hornos cercanos; tiene fruta fresca, que te corta y prepara al instante; tiene café, que está riquísimo y es lo único que te puedes tomar allí mismo, en una mini barra de madera con taburetE; tiene zumo de naranja natural recién exprimido (de verdad) y te sirve un vaso por tan sólo 1 €; si tienes hambre, te prepara un almuerzo completo por 3,90; si es ya mediodía, puedes llevarte un plato de comida preparada… Pero vayamos a lo importante:
BOCADILLOS RECIÉN HECHOS.
He visto dos variantes:
1. Bocadillo frío: Richard te corta el pan y te lo rellena con aquello que tú le digas. Todos los ingredientes posibles y siempre un chorrín de aceite y sal al pan. Dos euros.
2. Bocadillo caliente: elige una de las especialidades que veas o te apetezcan. Te la calienta al momento en el micro. Te cubre toooodo el interior del pan con tomate restregao, sin ni siquiera haberlo pedido. Yo me zampé por 2,50 media barra rellena de un revuelto de ajos tiernos y jamón serrano que casi me desmayo del gusto.
Todo lo hace con una sonrisa, bien rico, por cuatro chavos y llamándote ‘carinyet’ aunque te acabe de conocer. Quiero abrazarle mucho.
Debo volver a probar esos crepes tostados de queso y esas bolitas rellenas de morcilla. Todo muy light, sí, pero ¿cuándo un auténtico bocata de madre lo ha sido?

Richard trabajaba en el cercano bar de la esquina, hasta que decidió darse un giro vital y regentar este localito.
Es un sitio peculiar, no conozco otros igual en Valencia… una mezcla de colmado/​bar/​panadería/​sitiodecomidaparallevar. Da servicio al barrio y a los trabajadores del entorno.
Le traen bollería, entre la que destaca las miniempanadillas (las de queso y las de espinacas están de vicio), tiene también unos creps enrollados finitos (tomate natural, tortilla de patata y jamón… necesito decir como está?) y también hace bocadillos en el momento.
Tiene para hacer café si quieres estar de xarreta (si cabes, es muy pequeño) y también algunos productos básicos por si lo necesitas para casa o para beber.
De la comida para llevar no puedo opinar, pero lo tengo pendiente.
En fin, que si pasas por delante y te entra hambre, os lo aconsejo.

Descubrí esta pequeña panadería/​cafetería, que podéis encontrar cerca de la Catedral, en la calle de Palau (ojo, no es que esté escondida, pero debéis fijaros un poquito para verla) gracias a un amigo, con el que había quedado para hacer gestiones en Comisiones Obreras. Tras una reunión con una abogada, por temas laborales, salimos bastante abatidos (las noticias no eran demasiado buenas) y las tripas de mi compañero rugieron, como tantas otras veces, pidiendo ser atendidas. Con su sexto sentido para localizar sitios para comer, rápidamente encontró El raconet de Richard y se compró una napolitana. El local es muy sencillo, pero sin duda para una urgencia, como comer algo de dulce tras un varapalo, es idóneo. También sirven café.

Un local reducido a mero mostrador en que sirven café (capuccinos también) y bollería, para llevar o para tomar sobre la pequeña vitrina. Semeja la típica tienda de donuts americana que comenzará a popularizarse aquí a medida que la gente desacostumbra a hacer cualquier consumo alimentario en casa (incluso el desayuno).
Ofrece desayunos y almuerzos en packs populares con diversas opciones: zumo (natural el de naranja) + café + bollería (más o menos presuntamente casera) y las parcas combinaciones que se desprenden. Paralelamente, a modo de pequeñísimo colmado, en sus estantes puedes proveerte de paso de los productos básicos de consumo (ojo a los precios) como leche, azúcar, agua, vino o de bebida refrigerada (en lata).
Hay bastante trasiego a primera hora del día con los oficinistas acudiendo a toda prisa a sus puestos de trabajo y recalando aquí a veces en desorden y bastante tumulto. También abre por las tardes, por si los apresuramientos (y el hambre) de oficinistas y trabajadores de la zona continúan en horas vespertinas.

Ahí, al lado de la catedral de Valencia, de las plazas de la Reina y de la Virgen, pero lejos, lejísimos del mundanal y muchas veces insoportable ruido de las mismas, está esta pequeña panadería, bollería cafetería…
Un rinconcito donde encuentras lo básico de la panadería y bollería valenciana y quizás una que otra novedad, a mí me gustan sus empanadillas de espinacas; un sitio para entrar, almorzar rápidamente o tomarlo para llevar… pues el café te lo puedes tomar ahí o donde quieras…
Pues eso, pensado más como una panadería de barrio, pero que por su ubicación se ha convertido en un sitio de desayunos, almuerzos y meriendas rapiditos…