Jardí Botànic

AUDITORIO DEL JARDÍN:
En mi caso no voy a hacer la reseña del jardín sino de su auditorio, ese gran «desconocido». Al menos yo vivía al lado y nunca había ido, así que cuando me invitaron a ver un festival de Jazz, ahí que me fui.
Al auditorio se entra desde el acceso que da con la plaza donde está la sede del PP. Es una sala eminentemente de madera y la acústica es muy buena. Está preparada tanto para conciertos como para proyección audiovisual y su capacidad no debe de ser de más de 500 personas, calculo. No es enorme pero es funcional.
Cuando fui me sorprendió ver un grupo de señoras apelotonadas junto a la entrada esperando para la reventa. Había llenazo, no sé si es siempre así pero fue curioso. Además, la organización no dejaba pasar a nadie durante la interpretación, sino que los rezagados se unían entre tema y tema. Me pareció muy correcto.
Los asientos confortables, la inclinación adecuada y el tamaño perfecto para verlo bien desde cualquier punto a pesar de estar en un lateral. Sólo había un nivel.

I’m sorry, but the expectations from the visit were higher, I was disappointed. The feeling of neglect. no irrigation, freshness, purity. Botanical Gardens in Moscow, for example, is much more aesthetic, green, fresh, beautiful. The same Jardín del Real liked much more.

Bonito lugar para ver un ratito… Quizás por la época no pude ver muchas flores, sin embargo esta muy bien para apreciar distintas plantas. Tiene unas instalaciones bonitas y modernas, aulas de clase muy cómodas para realizar actividades de formación.

Un jardín botánico de tamaño medio, dependiente de la Universidad de Valencia, con gran variedad de plantas y un diseño bastante cómodo de pasear; de hecho parece que hay mucha gente que, a pesar de que haya que pagar entrada, viene aquí a tomar el sol en un banco o a dar paseos a diario, y lo entiendo perfectamente.
Como puntos flacos le pongo que los invernaderos están un poco envejecidos y me da la sensación de que las plantas que tienen en ellos están menos vigiladas que las de fuera porque hay espacios que son prácticamente intransitables a causa de la profusión de hojas que tapan los pasillos. También lo recordaba con más gatos, pero supongo que ellos mismos se autorregularán su colonia, y vi un cartel de un mercadillo que se hacía a su favor, ¡allí viven como marajás!
Otro detalle que no me terminó de parecer muy correcto es que tenían una exposición interesantísima sobre un pueblo africano tradicional y el impacto de las tecnologías modernas sobre su vida actual con una crítica interesantísima, pero absolutamente todos los letreros estaban exclusivamente en valenciano. No es que a mí me moleste esto porque es un idioma latino que se entiende perfectamente, pero es probable que otras personas no lo entiendan y tampoco entiendan que no esté en castellano.

Lo unico que puedo lamentar es que en la tienda no tengan tantas plantas carnivoras como antes… Mi ilusion es tener una, me encanta ir a verlas… Son tan cuchis!!! Y los gatetes… Siempre acabas haciendote amiga de alguno! Ir al
Botanico es ir a pasar un ratito agradable y yo como lo tengo cerca de casa y paso gratis con el carnet de la uV pues en ocasiones me voy a estudiar ahi!

Breathtaking. An oasis of peace and beauty in Valencia.

Parece que no, pero ahí está, y es una maravilla tener este jardín en la ciudad. Su precio es totalmente simbólico, 2 euros, y aún hay días (como el del árbol) en que puedes entrar gratis a pasar un rato de relax entre las múltiples especies e invernaderos que alberga en su interior. Fuimos una tarde a hacer «geocaching», o sea a buscar un mini tesoro que está allí escondido (y que quien lo encuentra deja su nombre y fecha en un papelito) y disfrutamos de cada planta, flor, árbol y arbusto; recorrimos piedra por piedra el jardín y pudimos observar la maravilla botánica que esconde.
Había estado otras ocasiones pero no recordaba lo bonito que es adentrarse allí e imaginarse que estás en una selva tropical de Brasil (dentro del invernadero de especies de climas tropicales), ver las plantas carnívoras o saber cómo es un árbol del kiwi ¿te ha picado la curiosidad? Pues por menos es nada te plantas (nunca mejor dicho) allí y puedes disfrutar de un día maravilloso rodeado de verde ¡que ya está bien de coches y semáforos! Este soplo de aire fresco requiere de cuidados y no creo que sea nada barato mantenerlo.
En ocasiones se hacen propuestas desde el Ayuntamiento para llevar a coles y que los niños hagan un recorrido (que ya está establecido) para encontrar al asesino del botánico, es decir en cada esquina hay carteles que te cuentan una historia y te van dando pistas para ver quién fue el o la asesina del Botánico. Nosotros lo hicimos y pasábamos todos la veintena (algunos con más ventaja que otros), así que traer a tus niños también puede ser una forma divertida de pasar un rato agradable con ellos y despertar sus sentidos y lógica siguiendo pistas y buscando tesoros…
Nada más entrar, a la derecha hay una zona de sillas y mesas donde puedes llevarte el bocata y comer tranquilamente. Si trabajas por el barrio o te pilla cerca es una opción fantástica para relajarte, además hay máquinas de café y bebidas y servicios limpitos. ¡IOjalá se multiplicaran los Jardines Botánicos por toda la ciudad!

Otro de esos jardines únicos en en centro de la ciudad donde puedes ir a disfrutar de la naturaleza, descansar, jugar y aprender.
Pero mucho más transitado por el interés botánico que entraña. Colegios, institutos, investigadores, etc… Siempre encontrarás grupos descubriendo este impresionante jardín, como en su día tuve yo este privilegio.
Palmeras, entre las que se encuentra la «Carcasa» (porque imita a una explosión de fuegos artificiales), una palmera datilera de treinta y ocho brazos, árboles milenarios, jardines de cactus, plantas medicinales, plantas autóctonas, invernaderos, el umbráculo (para resguardar del sol a las plantas que no lo necesitan tanto).
Pero también hay un centro de investigación, con uno de los mayores herbarios del mundo. Hacen exposiciones de arte y conciertos de jazz.
Vamos, que está aprovechado al máximo, incluso por los gatos, que aquí parecen ser muy felices. No me extraña.

El Jardí Botànic es sin duda uno de los mejores sitios de la ciudad. Pertenece a la Universitat de València que hace ya 200 años construyó este espacio para mejorar las condiciones de cultivo de las plantas y que sirviese también para suplir las necesidades de científicos y docentes.
Pasear por sus inmediaciones es una visita casi obligada. Una gran variedad de plantas y árboles que harán de tu estancia una experiencia para recordar en un futuro.
Organizan talleres para los colegios, charlas sobre botánica e incluso sirve también como escenario para eventos dándole ese punto especial con tan agradable decorado. Además el último domingo de cada mes organizan visitas guiadas gratuitas.

A Patricia le gustaba ir todos los miércoles al Jardín Botánico, con su mochila repleta de cerveza. Iba a las seis de la tarde, ya casi la hora de cerrar y se escondía.
Se escondía hasta que cerraban y entonces era feliz. Era feliz pasando toda la noche en el botánico. Era feliz estando rodeada de plantas, sin nadie con quien hablar.
Lo primero que hacía era ir a abrazarse al ginkgo. Era su árbol favorito. Se abraza a él y cerraba los ojos fuerte. Pensaba en el árbol, traído de china. Viejísimo. Sus parientes, iguales a él, eran devorados por los dinosaurios hace millones de años. Le encantaba notar la corteza en su mejilla.
Después se iba al final del jardín. Y saludaba a los gatos. Gatos abandonados que la gente llevaba allí. Gatos heridos, que habían sido curados y ahora vivían tranquilos en el botánico. Gatos con cicatrices, a algunos les faltaba un trozo de rabo, incluso una pierna. Pero ahí estaban, tranquilotes y felices. La gente apadrinaba a esos gatos.
Y por último, antes de que se fuera la luz de todo, se quedaba mirando las plantas carnívoras, esperando ver si alguna conseguí atrapar alguna mosca incauta.
Luego, simplemente se sentaba en un banco a pensar y beber cerveza hasta quedarse dormida junto al ginkgo.

Es este una maravilla de la botanica en general.
El Jardín Botánico fue inaugurado a la mitad del 1500 como huerto para la enseñanza de la Botánica.
En 1987 se recuperó el Jardín Botánico como centro docente y de investigacion de la Universidad de Valencia y se realizaron una serie de obras de adaptación que concluyeron en el 2000.
Actualmente el jardín consta de más de 3000 especies vegetales distintas de las más variadas latitudes.
Destaca la colección de palmeras adultas como la del cactus o plantas del desierto.