La Plaça

He pasado muchas veces por este rincón y me sigue recordando a mi infancia. El Horno «la plaça» está en la calle del Arzobispo Olaechea 32 justo al final de la principal calle del barrio de San Marcelino. Siempre que veo este horno y entro, vuelvo a mi infancia y al aire de un horno antiguo de barrio. En concreto, este horno no os puedo decir cuánto tiempo lleva abierto pero tiene una estética «cuéntame» que me gusta mucho.
Su fachada es muy retro y la entrada con esas cortinas antiguas le dan el punto que le falta a un horno antiguo. Os lo juro que tiene esa estética tan sencilla que me recuerda a los años 80. Además os tengo que decir que esta panadería no hace una gran presentación en su mini escaparate. Únicamente pone siempre dos o tres panes de estos de pueblo: grandes y semi cuadrados como los de toda la vida.
¿Qué os vais a encontrar dentro? Bueno no hay que ser adivino para saberlo. Pan, mucho pan. Pan de todos los tipos, tamaños y sabores y al precio de toda la vida. Es cierto que también tienen un pequeño rincón dedicado al dulce, a postres y tartas elaborados por ellos y que están buenísimas. Pero para mi gusto lo mejor es ese olor de pan recién hecho en la entrada. Mi prima siempre viene a este horno de toda la vida y además del pan, muchas veces para determinados encuentros familiares, nos trae algunos de sus dulces.
Desde luego, yo os puedo decir que es un auténtico regreso al pasado pero conservando también lo mejor. El sabor artesano, el pan de toda la vida y un trato cercano y agradable alejado de los grandes supermercados donde el pan se convierte en chicle y es insípido.