La Rollerie

Un robo! No volveremos. No lo recomiendo. Unos sinvergüenzas! Lugar típico para atrarcar a los turistas. Pasad de largo. Hay muchas opciones en la zona. Hemos pedido 2 menús para compartir entre 4, unas croquetas y unos tequeños. Nos toman nota de las bebidas primero, le decimos que nos traiga la cerveza que entre en el menú, ninguna especial y nos dice que entran todas. Mentira, nos las han cobrado aparte. Han tardado casi 1h en traernos los segundos platos, que en realidad eran los primeros, porque habíamos pedido 2 menús a compartir, es decir, 4 platos, para 4 personas. Todo esto después de reclamar en varias ocasiones al camarero italiano, que ha sido muy amable, de él no tenemos queja. El remate de la comida ha sido cuando hemos pedido la cuenta: 62,70.- e ¡Estamos locos o que! Hemos pedido revisarla y ya hemos visto el atraco. Tenía un buen recuerdo de este sitio, hace unos años íbamos bastante a menudo a comer, con amigas y compañeras de trabajo. Una decoración y ambiente preciosos. Por desgracia, al parecer ha cambiado la gerencia.

Croissant au beurre, pain aux raisins et sauchons aux pommes para una francesa como yo se aprecia encontrar el sabor de la bolleria francesa! Industrial si! Pero el sabor de mi tierra!
Una merienda tranquila, rápida, para llevar, para ir con niños… El lugar es grande, dos pisos, aunque la planta baja es más acogedora que la primera planta pero casi siempre está llena!
A mí me encanta para tener un trocito de mi tierra cerca!

Subir un carro de bebé al piso de arriba con la promesa de que hay sitio.
No lo hay.
En serio.
Una organización nula.
Dos mesitas tamaño tapa de váter para 6 personas.

Las apariencias engañan. El sitio es precioso!
Me encantó desde que lo vi por primera vez, cualquier excusa valía para quedar en un sitio tan cuqui. Y después de varias visitas (durante el año) creo que no merece mejor valoración.
Al principio calentaban la bollería y el servicio era amable. Casi un año después, te dejan bollería reseca en la mesa, y si pides que la calienten (la cara que te hacen es un poema).
El servicio cada vez es más lento: más de 30 minutos tardaron en tomar nota, larga espera para servir 2 cafés y una napolitana, y otra larguísima espera hasta que te acercan la cuenta (bueno, no, al final acabé acercándome a pagar al mostrador. Desesperada!)
Sus productos son variados y buenos. Los croissants me encantan. Además tienen un surtido de pan bastante amplio. Disponen de terraza y también hay mesas en la parte superior.
Desde mi punto de vista, se han acomodado y no mantienen la calidad de sus inicios. Es una pena :(

Había pasado varias veces por delante pero nunca me había animado a entrar! Ayer me apetecía tomar un café tranquilo y la verdad que estuvo muy bien! El café muy rico y el lugar con mucho encanto.
Me estoy aficionando mucho a este tipo de cafeterías donde se puede estar con amigos, solo, trabajando, lo que sea! y siempre te encuentras a gusto, rodeado de gente que te atienda genial y con productos de calidad.
Sin duda, repetiré!

Me encanta LA IDEA de este sitio: nombre chulo, cafés con leche grandes y espumosos, incontables tartas, bollos sin fin, tostadas ricas, ¡desayuno inglés! Dos sillones junto a la ventana de los de yometomoenseriomitiempopalcafé y un arbol mágico dentro de la cafetería que aparece nevado en invierno.
PERO…
Resulta que se han dejado otra vez la puerta abierta y ya no estás tan agusto junto al arbol que en esta epoca del año pierde sus hojas. Así que decides irte al enorme piso de arriba, donde no hay ni sillones, ni arboles mágicos, ni tartas, ni camareros.
Entonces, te dices a ti mismo que aunque te guste mucho la idea de este sitio puedes vivir sin él.

Me tome un café y un roll de canela. Desde cuando el rol se calienta? No sabe igual! y encima al calentarlo en microondas queda un poco chicloso. La decoracion bien, el rol caliente fail!

Cafetería con una decoración ideal, monísima ubicada en la calle Ribera en pleno centro de Valencia.
Me gusta una mesita que hay con dos sillones al lado de la ventana para tomarme un café y organizarme el resto del día. El ambiente es acogedor e invita a relajarte un ratito o mantener una agradable conversación, la calidad de los desayunos es adecuada y la bollería y pasteles pues hay variedad pero los he comido mejores.
La planta de arriba es grande con lo cual aunque parezca que está lleno arriba es fácil encontrar una mesa. También sirven menú de medio día, aunque para mi gusto demasiado enfocado al turista por eso lo probé pero no he vuelto.
Le pongo tres estrellas porque no puede ser que haya tantos camareros y reine el caos, tardan en tomar nota y como pidas algo más de un café llénate de paciencia porque la necesitaras toda. Entre los propios camareros, a veces, se enfrascan en discusiones que a mi como cliente no me interesan nada. Y tampoco es que sean la alegría de la huerta, son correctos pero algún detalle de amabilidad pues no estaría de más.
Por eso sólo entro si los sillones, que cómodos son cómodos, están libres y puedo relajarme diez minutos sino elijo otras alternativas.

La decoración es bonita, llama la atención y hace que te apetezca sentarte a tomar algo. Hasta aquí lo único positivo que tengo que decir de este sitio.
Para empezar estuvimos una media hora esperando que vinieran a tomarnos nota, y eso que estaba medio vacío y además había tenido que acercarme a la barra porque daba la impresión de que no querían ver que estábamos sentados esperando. .
Una vez se tomaron nota tardaron cerca de otra media hora en traer dos cafés con leche y dos rollos de canela. El café normalito, el rollo de canela… bueno los he probado mejores sinceramente, para rematar no nos traen cucharillas para el café se lo digo a la camarera y de no muy buen modo me dice que ahora las trae, el ahora son diez minutos.
Cuando acabamos decidimos ir a la barra a pagar para no tener que seguir esperando, ¡que ilusos! Allí estuvimos plantados al menos diez minutos más sin que nadie se dignara a cobrarnos. No creo que vuelva.

Un buen sitio para hacer un alto en el camino, tomar una cervecita y un pinchito.
Tienen las tapas a 1 € tomando cualquier bebida.
El precio un poco alto, pero al ser zona centro es de esperar.
Un tercio 2,60 € y lo dicho por otro euro eliges entre una buena variedad de pinchos.
Entre hamburguesas, perritos, tablas de patatas con morciza, jamón…

Me parece uno de los lugares mas fantásticos del centro para desayunar, suelo ir un par de días a la semana para tomar un delicioso café con leche y un croissant exquisito. Por lo que he podido ver, tienen menú para comer, aunque nunca lo he probado.
Me gusta que la encargada de caja ya sabe lo que quiero y me lo canta cada vez que me ve con una sonrisa.
Solo recalcar una cosa negativa, a la que no le doy mucha importancia, pero me parece que es un detalle a tener en cuenta. Tienen una oferta que por 2,30 euros tomas el café con leche y croissant, pero es hasta las 12:30. Un día acudí a las 12:35 y a la hora de pagar me dijeron que ya no me podían hacer la oferta… Si hubiese sido un cliente de paso, ni me habría dado cuenta.
Pero siendo cliente habitual pienso que 5 minutos no van a ningún lado y quedas bien, ademas pienso que ese tipo de comentarios hay que hacerlos justo para contrario, para decir «la oferta es hasta las 12:30, pero como eres cliente habitual te la respetamos» y sirve para que me entere de los horarios de las ofertas…

Buen lugar, preciosa decoración y encima tienen rollitos de canela (muy fan)… Pero no sé si fui en mal día o que, pero, no tenían casi nada de lo que queríamos y ya por fin, después de pedirnos un mega rollito de canela… Estaba durillo. De sabor muy bueno y caliente pero chicloso. Hmmmm no se si repetiré la verdad que me decepcionó ya que, tenía muchas ganas de ir.

Sitio normalito.
He probado una cookie que estaba pasable y un café tirando a regulero. Había un fallo en la cuenta (al menos nos han avisado que estaba mal antes de ir a pagar).
Nada destacable. Al menos está bien ubicado.

Retiro todas las maravillas reseñadas de La Rollerie. Hacía tiempo que no veía tanta incompetencia junta.
Hemos quedado allí porque es muy grande y la parte de arriba es idónea si vas con niños. Se está muy bien y el interior es una monada.
Hemos subido directamente sin mirar que había abajo. Hemos pensado pedir unos smoothies y al preguntar por los sabores nos han respondido que sólo tenían de dos de los que ponían. Vale bien, nos amoldamos. Mi amiga le ha preguntado por batidos y dice: son con helado, si quieres bajas y los miras, pero no con demasiadas buenas formas. El caso es que hemos pedido 18:15 y a las 19:15 después de reclamar a otra camarera, porque la nuestra nos giraba la cara cada vez que pasaba cerca de nuestra mesa, han traído los «smoothies», que más bien era un zumo de bote regulero que no tenía nada de especial. A todo esto, la camarera a la que he reclamado me dice: ay si hay gente pues es normal que no os lo hayan llevado… Perdona? Un zumo señores, un zumo! Ni que hubiéramos pedido un menú completo de Nochebuena…
Y sí, había gente, pero al ver que tardaban como media hora en atender, a nuestro alrededor se han ido unas 4 mesas.
Después ha venido mi hermana y le ha preguntado qué tenía para comer aparte de batidos y demás. Le dice ah pues no sé, creo que no queda casi nada (???). Al final ha pedido un batido que ya os lo dirá ella, pero era un vaso de leche fría malo con Nesquick del palo.
No nos explicamos cómo un sitio tan ideal, tan bien situado, con tanto espacio y con productos que en origen eran buenisimos se ha convertido en un bar tan pretencioso y malo. Es que no me quiero acercar a menos de 3 metros y más después de ver la cuenta. Cada zumo de bote, 4.20 señores!!! Y el batido 3.80.
Mientras pagábamos he sido testido de la calidad de los panes que tienen a la venta que bien podrían venderse en una tienda de chicles por tener las mismas características.
Muy muy muy mal, fatal. No sé cuánto durarán, yo por si acaso no repito para comprobar. Os cedo mi ducado ;)

First of all, this place looks lovely. The setting of the rooms looks so vintage and cute it’s easy to smile no matter where you look. But, and there’s always a ‘but’… The staff takes your smile away as soon as they come in, because the more crowded this place gets the more unprofessional the staff members get. I’ve been there with almost no customers besides me and my friends and the staff members were quite nice, but I’ve also been there when it was crowded and I felt incredibly unattended by the staff members, getting wrong stuff we didn’t order or even not getting something we actually ordered and having to ask the staff members about it, getting a cold and rude «yes, wait» as a reply.
That being said, for a breakfast or an afternoon snack you probably won’t find a better place in Valencia. The cinnamon rolls are amazing, and there are some other things in the menu that are really good. I even had dinner once and I got served an incredibly tasty burger, although it’s more of a breakfast-​brunch restaurant so if you want to have lunch or dinner your choices will be a bit limited.
Overall it’s a perfect place for a cold Winter afternoon, either with friends or alone.

He ido a la Rollerie tres veces y para mi es sin duda mi sitio preferido para desayunar. Si quieres un desayuno normalito tienes por dos euros el desayuno andaluz que está super bien y me pido siempre y lleva un café con leche o té y tostadas con tomate riquísimas. Mi chico como es muy dulce se pidió el desayuno francés, un croisant y un cola cao. Para celebrar mi cumpleaños pedimos un desayuno que podía considerarse brunch porque llevaba panecillos para tostadas, 4 piezas pequeñas de bollería un café con leche para cada uno, bueno para mi café y para mi chico cola cao, jejeje y un zumo de naranja natural. Todo riquísimo! El precio 10 euros, para mi vale la pena para una ocasión especial claro. Totalmente recomendable

Una mañana de domingo cualquiera, con la tranquilidad de encontrarnos solos mi marido y yo, sin niños, mano a mano, decidimos ver si el dulce recuerdo que teníamos de los cinnamon rolls americanos de la Gran Manzana, sabrían igual de bien que los de las fotos de este sitio y de los que también hablaban otros Unilocalers.
Entramos dudando un poco, ya que dos Unilocalers amigos lo calificaban muy bien, y otros dos más normalito. Ya de entrada, según la planta donde decidas quedarte debes hacer el pedido. Decidimos quedarnos en la planta baja y, mientras mi marido Juan V subía a ver cómo era la planta superior, yo me quedaba bajo esperando que nos sirvieran y saludando a unos amigos que allí nos encontramos atraídos también por la novedad.
Local remodelado con mucho acierto después de haber pasado por él tres negocios bien distintos. Wifi gratis, lo cual se agradece. Expositor que te hace perder el norte, aunque nosotros teníamos muy claro qué era lo que buscábamos: ¡los cinnamon rolls!
Café bueno, muy bueno para ser en una pastelería y donde la tónica general suele ser hacerlo largo y malo. Peeeero el cinnamon roll dejó mucho que desear. Sí, nos lo calentaron, lo cual al principio piensas oh, qué bueno. Pero conforme pasaba el tiempo y, por culpa de estar hablando y no comiendo, notabas que no era recién hecho y que más bien parecía del día anterior y que paraba un poco gomoso. Por desgracia, tampoco era como recordábamos.
Así que ahora, después de probar y pagar 4,80 € por dos cafés solos y un rollo de canela, ya puedo decir que no creo que merezca 4 estrellas ni tampoco las 3, así que, al no poder poner un 3,5 prefiero pecar de estricta y quedarme solo con 3 estrellas. Tal vez en futuras ocasiones cambie la puntuación, pero de momento no.

Descubrí La Rollerie estando de compras navideñas. Así que después de dar tumbos y con el estómago vacío, fue un grato descubrimiento.
Muy bien situado, en la calle Ribera al lado del Ayuntamiento, se agradece un sitio de esa estética en pleno centro.
Variedad de productos dulces y salados, bonita decoración, dos pisos (sitio asegurado), el personal es muy atento y muy agradable. Las dos veces que he ido he podido roll de canela (soy muy fan de este dulce) y aquí lo tienen muy bueno (más les valía llamándose asi).
De precio está bien. Recomedado 100% !!

¡Menudo descubrimiento!
Este lugar es una delicia en todos los sentidos, desde que lo vi siempre me había llamado la atención entrar al menos a tomar un café, pero entre una y otra cosa lo había pasado por alto y el día menos esperado entramos.
Debo confesar que tome la carta solo por cortesía, pues solo me apetecía un café y hacia poco menos de 2 horas que había desayunado y leyendo entre lineas me he encontrado la mayor de las sorpresas, algo que tenia meses saboreando pero sobretodo extrañando, EMPANADAS, otro plato muy típico venezolano con un sabor muy parecido a la arepa pero con otra forma.
Aun con un poco de duda al acercarse la camarera trate de preguntarle a que se refería con aquello de empanada, pero a mitad de la frase se atravesó una gran y simple pregunta que aclararía de inmediato mis dudas -¿De donde es el dueño? –venezolano me responde la chica, y acto seguido y sin terminar la pregunta anterior exclame con la mayor felicidad que puede tener un extranjero al reencontrarse con un plato tan típico después de tanto tiempo –Pues yo quiero una de pollo.
La empanada como ya les comente es parecido a la arepa y de igual forma tiene relleno, pero aquí solo se decantan por lo tradicional (pollo, carne y queso) pero en venezuela la rellenan hasta de pabellón que es otro plato muy típico, para que se den una idea.
Supongo que para buscarle salida al plato, pues no sera muy conocido, la presentación es un tanto peculiar, con cubiertos incluidos, pero las empanadas se comen con las manos y así fue como deguste mi tradicional plato, a lo que resumo con «Nada que envidiarle a las de casa» :)
En cuanto a lo demás pues tienen gran cantidad de bollería, el rol de canela esta muy bueno, y también tienen menú de comida por 10 €, el café muy parecido al estilo americano, bastante suave ¡A mi me encanto!
Y una sorpresita que quería dejar justamente para el final es que también tienen HALLACAS y todo el año, así que si alguno se quedo con la ganas de probarlas en diciembre pues lo invito a que vaya y le de su visto bueno, eso si en la carta las tienen como «tamales» nos dijo el dueño porque así es mas comercial así que no se confundan que no son mexicanos sino ¡venezolanos!
De volver… volveré siempre pues también tienen otro platito muy venezolanísimo que aun no he probado pero ya esta en la lista de mis pendientes.

De compras por el centro se nos ocurre tomar un vinito antes de la cena. Pero ya se sabe, hora punta y todo lleno.
Haciendo esquina, este local de dos plantas que une a la vez el concepto de ‘panaderia-​heladeria-​cafeteria-​restaurante’ no parece tan abarrotado como sus vecinos, asi que nos decidimos a entrar.
Y nada mas hacerlo notas como él mismo te invita a quedarte. Una decoración cuidada se agradece y hace en ocasiones maravillas. Y es que tomar una copa de vino rosado en una butaca, junto a la ventana, en pleno centro, sin tener que hablar a ‘grito pelao’ un sabado noche, pues si, se agradece.
La verdad que del vinito no pasé, pero me apunto el sitio para la siguiente ocasion. Ya sea cenar, o simplemente una paradita para café y picar algo. Y luego estan esos helados al lado de la caja que me llamaban a gritos… Vamos, que si. Decidido. Que yo vuelvo :) :)

«Ni fu ni fa», ese es mi opiniòn sobre este sitio. Realmente me parece caro para lo que es. También es verdad que no o he probado todo y debo darle otra oportunidad (que se la daré), pero me parece que para ser un lugar tan de paso podía estar mucho mejor. No creo que se llegue a llenar porque la parte de arriba es muy grande. Quizá si hacen ofertas la gente se animé más. Pero el otro día me decanté por las napolitanas 3×1’50 y francamente, la he probado mil veces mejores.

Local de esos que siempre vez, te llama la atención, pero por cosas de la vida nunca entras, hace poco haciendo algunos papeleos y diligencias con mi esposa, decidimos entrar y averiguar que se trae el local.
A la hora que entramos, gracias a dios no había mucha gente, a diferencia de la experiencia de Natalia C. la atención fue rápida y muy amena; el local con una decoración muy peculiar y acogedora; como dice la canción de Arjona «…solo quería un café…» y en la carta he conseguido algo mas preciado que la búsqueda de El Dorado, por lo menos para un Venezolano en el exterior, mi esposa ha leído que tenían empanadas, no argentinas, tampoco chilenas, simplemente empanadas de maíz al mejor estilo de casa; lo cual causo curiosidad a mi esposa, por lo cual no pudo dejar de preguntarle a la chica que nos atendía, que de donde era el propietario del local, y la mayor sorpresa, pues es venezolano.
Nos dimos mas vueltas, y nos decidimos a pedir 2 empanadas de pollo acompañadas de aguacate, acá guacamole, en Venezuela gusacaca, he de decir que la presentación del plato no me la esperaba, puedo decir que fueron las primeras empanadas gourmet que nos comíamos, su consistencia y sabor sin palabras para describirlo, eso si nada que envidiarle a una empana hecha en Venezuela.
El local sirve en si, gran variedad de comidas, postres y productos de pastelería, todo con muy buena pinta, quedamos en volver para poder degustar algo mas de la gran variedad de productos que tienen, en relación a los precios, no nos pareció fueran elevados, así que puedo muy abiertamente recomendarlo.

Fuimos a este local a merendar el día de Navidad, no se sí fue porque era un día especial y estaba lleno de gente, pero la atención fue bastante mala, tuvimos que pedir la cuenta tres veces hasta que la camarera la trajo y cuando fuimos a pagar nos dijo que teníamos que ir a la barra (me pareció un poco raro) nos lo podría haber dicho antes y hubiéramos ido a la barra a pagar directamente y no hubiéramos esperado tanto rato.
Por lo demás todo correcto, el local es bonito, aunque para mi gusto un poco grande, lo que hace que pierda el encanto que pretende la decoración y lo hace frío. La bollería están buena, y el cortado me pareció un café con leche, no se sí se equivocaron o es que los hacen así.
En conjunto esta bien, pero no se pasa, hay locales del mismo estilo con más encanto y mejor bollería.
De todas formas volveré ya que puede ser que el día no fuera el más adecuado.