Aviso para navegantes: fui a este restaurante con uno de esos cupones que te descuentan una parte considerable del precio final. Dicho esto, ya puedo ensalzar las virtudes del Maïmar, que no son pocas. Empezando por el sitio, he de decir que el local es muy agradable. La decoración es clásica, sin riesgos, pero creo que se adapta perfectamente al tipo de cocina del Maïmar. Además, el trato de los camareros también fue genial, estuvieron muy atentos con nosotros y nos sirvieron rápido y bien. Y ahora la comida. Yo ese día, gracias a mi cupón, insisto, me comí un arroz con bogavante de los que hacen historia. Estaba buenísimo, en su punto, meloso, con consistencia… Pedimos también una ensalada que estaba muy correcta, para mi gusto un poco exigua, pero que nos dejó el estómago preparado y listo para el arroz que creo que era su objetivo. Respecto a los entrantes creo que en este sitio son famosos por las anchoas que preparan. Yo no soy muy amiga de ellas, pero a la gente que le gusten pues ea, que no deje de probarlas. Por supuesto, esta experiencia gastronómica no hubiera sido lo mismo sin el increíble tiramisú que me pedí de postre. Estaba muy bueno, era casero, caserísimo, y para mi fue lo mejor de la comida sin dudarlo. Mi acompañante se pidió un gin-tonic porque nos dijeron que eran especialistas en prepararlos. También estaba bueno, pero entre el gin-tonic y el tiramisú, me quedo con el tiramisú.
Esther M.
Rating des Ortes: 3 Valencia
Cuando aún iba al cole, un grupito de amigos hicimos una excursión improvisada a este restaurante. Nos dieron de comer paella por una peseta(puff por un momento me estoy sintiendo muy mayor). Así es, por una peseta tuvimos un plato de arroz cada uno. Era una promoción, evidentemente. Y es que por ese dinero no se come en ningún restaurante y mucho menos, en este. Porque el Restaurante Maïmar puede hacer muy buenos arroces, muy buena carne y lo que queramos pero barato hay que reconocer que no es. Eso sí, si buscas un sitio romántico donde tener una cena especial, es una buena opción. Es un sitio muy elegante. Puedes empezar degustando unos entrantes de anchoas con tomate natural o jamón ibérico con foie. Elegir un primer plato de carne o de pescado. Catar el vino(o hacer como que lo catas) y disfrutar del postre(literal o figuradamente. Eso ya lo dejo a gusto del consumidor). Lo dicho, si es una vez al año y para una fecha especial, merece la pena. Pero para ir todos los días… Bendito el bolsillo que se lo pueda permitir.