Mar d’Avellanes

Hemos tomado el menú de 20 euros y la verdad es que muy completo, 3 primeros para compartir y un segundo a elegir (en mi caso terrina de cordero). De postre buñuelos de calabaza, que estamos en fallas :) volveremos

Un sitio excelente con un buen menú a mediodía con un precio razonable para la cantidad de platos y la calidad. Amen de un servicio exquisito .
Te miman y te sientes muy bien atendido.
El sitio es pequeño. Pero en el centro es Lo que hay

Prepara la cartera porque esto, barato barato o va a ser. En la propia web ya te avisan que la factura media por persona va a ser sobre 35 €. (el menú diario son 25 € sin bebida y una botella de vino está sobre los 15 € así que haz cuentas…).
A partir de ahí, todo lo que te encuentras son cosas buenas. La comida es excelente, intentando darle un toque de autor (concepto tan de moda ahora) pero sin servirte una ración minúscula. Por supuesto bién presentado, pero eso ya lo daba por entendido.
Luego nos encontramos con dos «ambientes». Una pequeña sala dividida por la rampa de entrada y, tras un pasillo otra sala para un grupo reducido (así a ojo cabrán unas 5 parejas) que ofrece tranquilidad absoluta y total (de hecho apenas hay cobertura de móvil).
RECOMENDABLE ALl 100% si no te toca pagar la cuenta.
MUY RECOMENDABLE como sitio donde compartir con tus allegados noticias importantes (embarazos, bodas, nuevos trabajos…)
POCO RECOMENDABLE jugarte cenas aquí con amigos por apuestas estúpidas.
Acordaos de reservar si queréis ir.

Este restaurante se podría decir que está muy de moda ahora. Mi amiga, una exagerada, me dijo que había que reservar mesa con dos semanas de antelación. La verdad es que hace unas semanas, un lunes llamó y el sábado estábamos cenando en él.
Llegar hasta allí es divertido, pues está en una calle casi escondida, perpendicular a la Carrer del Mar… El lugar en si es original, las paredes blancas de la recepción te dan un cierto aire de limpieza y pureza, luego te vas dirigiendo estancia abajo, como entrando en un sótano… pues nos tocó la última mesa del restaurante, en la última estancia…
Por el camino vimos que había otras estancias con más mesas, algo apelotonadas… El conjunto daba un poco de claustrofobia, pero al pasar unos minutos y viendo la decoración, para nada recargada, se te pasa.
El menú esa noche fueron unos 25 euros por persona, sin contar la bebida.
Entrante más cuatro platos de escaso contenido, pero de muy buen gusto y calidad, cocina mediterránea y buen género. Lo que suelen llamar ahora «cocina de autor».
Comimos ensalada de raya, un huevo escalfado que estaba muy bueno, entrecot y otro tipo de pescado muy raro del que no me acuerdo el nombre… Todo servido a su tiempo y en una vajilla original y sencilla a la par.
Tienen una buena carta de vinos y también de Gin-​tonic, pues me tomé un Martin Miller con tónica Fever Tree, algo difícil de encontrar en un sitio que no sea cool…
Muy recomendable, original… y algo carillo.

¡Este restaurante me encanta! Es de los lugares en los que más a gusto me gasto el dinero. A pesar de que vale más de lo que me suelo gastar en una cena, soy consciente de que el precio se corresponde con la calidad de los platos.
Uno del los valores añadidos de este restaurante es que utiliza productos de mercado, por lo que son de buena calidad y frescos, del día, y eso se nota. Los platos están muy bien elaborados y tienen un sabor mediterráneo, muy de aquí.
Recomiendo el plato de chipirones en su tinta. Cuando te lo ponen en la mesa asusta, porque es completamente negro y parece de todo menos comida apetecible. Pero hay que vencer esa primera impresión y saborearlo. Está realmente bueno. También pedimos huevos con virutas de jamón y la patata que llevaba se deshacía en la boca.
Con un par de entrantes y un plato principal es suficiente. La cuenta fue unos 30 euros por persona, como he dicho algo caro, no es para ir todos los fines de semana, pero para alguna cena especial vale la pena ir. Además, el local está decorado así con un estilo minimalista y la atención es muy buena, siempre con un camarero pendiente de que todo esté bien.
La única pega que puedo poner es que las mesas están demasiado juntas y eso le quita intimidad a la velada.