Pik Pan

Cuando mi mujer dice las palabras mágicas «¿Vamos a por un jugo?» ya sé que los planetas se han alineado y la noche va a terminar, quiera o no, en calorías. Deliciosas calorías.
Pik Pan es la otra mitad de este colombiano chaflán. No fue el primero de los dos que probé, pero sí fue con el que me quedé. Al principio me dio la sensación de que era más bien un horno, ya que si no entras del todo sólo accedes al mostrador con toda su exposición de bollería. Si estáis pensando en bollos industriales, olvidadlo, porque aquí todo es tan casero como autóctono como… que engordas con sólo mirarlo, vaya. Si te pica entrar y no quieres salir rodando, te recomiendo que al menos no te vayas sin probar sus jugos, unos batidos de frutas tropicales que te preparan al momento (con agua o con leche) y por un par de míseros euros puedes tomar allí o pedir para llevar. Mi favorito es el de mango, pero el lulo (una fruta que conocí aquí) está muy ácido y sabroso.
Si ya te atreves a más y has venido a por todas, terminarás enfrentándote a un plato (que suele ser más bien tamaño bandeja) lleno de los manjares más exóticos, que no tienen más misterio que parecerse a la comida de los pastores. Desde contundentes arepas que rinden honor a su nombre, rellenas de TODO, a calditos para entrar en calor, platos combinados de arroz con carne desmechada, patacón (plátano macho frito) con queso, bolas de queso, pan de queso, dedos de queso. No sé si lo intuís, pero esta gente ama al queso por encima de todas las cosas terrenales. Yo una vez pedí los «dedos», dando por hecho que serían algo similar a los «fingers» crujientes a los que estamos acostumbrados en el hemisferio norte, y resultaron ser unos mostrencos del tamaño de un fartón Polo. Repletos de queso derretido. En serio, gente a dieta: huid.
Los camareros son muy agradables sin llegar a empalagosos. Lo mismo que los dedos de queso. Va, venid. Todos, hasta los de la dieta, que esto hay que probarlo. Una vez al año no hace daño.

Nice Colombian place with great breakfast and nice variety of different snacks and tropical juices and «batidos», especially the guanábana flavor.

De todo el mostrador, voy a elegir un húmedo ladrillo (me dicen que lo llaman «borracho») que parece unir dulce de leche, coco, pasas y a saber qué más. No sé si es algo típico de Colombia o simplemente un recopilatorio de los gustos favoritos del repostero. Pero oye, está bueno. Raro, pero bueno.
El caso es que estos panaderos ponen el toque tropical tanto en sus productos tradicionales (dulces y salados) como en los que no lo son: la napolitana de jamón york y queso aquí también lleva piña. Los que entendemos la comida como agencia de viajes hemos de pasar por aquí de cuando en cuando.
(También hacen platos, pero esos los prefiero en el local de al lado; juntos forman un chaflán cien por cien colombiano.)

Pandebono, borojó, kumis, tamales, Postobón…¿Chino?
No parce… esas son exquisiteces de Colombia papá!!!
En fin, si has probado alguna, te gusta y no sabías donde conseguirlas en Valencia, ahora ya sabes…
Si no has probado, pos muy recomendables las empanadas, el pandebono y los tamales en fin de año.