Sala Russafa

Preciosa Performance sobre la vision de la vida en imagenes y palabras de Gurdief en su busqueda por encontrar la verdad, con piano en directo, y mi madre entre las bailarinas haciendo honor a uno de nuestros origenes y f

La primera vez que me senté en esta sala, el presentador dijo que la obra se desarrollaría por todo el local, que debíamos pasear por él. «Qué gracioso», pensé, hasta que me di cuenta de que todo el mundo se levantaba. En efecto, el espectáculo consistía en un circuito de representaciones cortas que se repetían en bucle, de manera que ibas de rincón en rincón según el orden que te viniera en gana.
En ese rato conocí a fondo la fisonomía de la Sala Russafa, con su estética industrial (matiz siempre positivo para mi gusto), de fábrica vacía. Mientras tanto, cada pieza de esta obra (creada por varios dramaturgos con motivo del festival Russafa Escènica) arrojaba alguna cuestión sobre Valencia: sobre su política, su sociedad, sus artes escénicas. Esas cosas que hay que decir más a menudo.
Salí sonriendo, viendo la fábrica aparentemente abandonada echar humo creativo. A esta nave vacíà la han llenado de contenido. Y todo sin necesidad de llamar a Calatrava.

Impagable la atmósfera de verdadera profesionalidad que se desprende de las instalaciones (tan recientísimas como contemporáneas) al servicio de una programación rigurosa (también programan espectáculos infantiles y juveniles en horario variable de fin de semana) y con una estética arquitectónica muy atractiva (el proyecto de señalética que remata los ámbitos es genial) y también funcional: te sentirás cómodo, pagarás a gusto tu entrada y lo creerás formar parte de algo.
Hay que aplaudir cuando se va y hay que aplaudir por el hecho de poder ir: cuesta creer que alguien se animé a abrir una sala de teatro en valencia, con las subvenciones a la baja y con una desidia institucional que pone los pelos de punta.
Esta sala abre, encima, con verdadero tesón y con una propuesta de programación veraz y espléndidamente profesional: espectáculos de factura local (también en valenciano), nacional e internacional, con un criterio ampliamente comercial y muy buen rigor artístico.
Una propuesta que parece acudir al rescate del barrio de Ruzafa (tan espléndido en bares y restaurantes pero apenas pujante en propuestas culturales de empaque) y para levantar un poco el decaído ambiente cultural valenciano, o al menos para aportar algo a la oferta de ocio del barrio.

Después de muchos años dedicándose a la representación teatral de obras, de perfil y personajes clásicos pero que tiran de moral actual, la compañía de teatro Arden decidió compartir algo más con el público. Decidió enseñarlo a estar y hacerse presente en una representación teatral, sin importar la edad. A aplaudir y a disfrutar delante del escenario y a participar aprendiendo a actuar o a danzar sobre él.
De nuevo un grupo de teatro que abre las puertas de su espacio no sólo a representaciones, también a los que hayan sentido alguna vez la vocación y quieran desarrollarla o simplemente a todo el que quiera acercarse a participar o a compartir algo, aunque sólo sea tiempo. Bien porque tiene algo qué decir, o bien porque sabe que, tanto si lo tiene como si no, aquí podrá aprender a hacerlo, a expresarse.
El espacio de la Sala Russafa, es utilizado de modo polivalente también para impartir cursos y talleres de teatro y de danza. Para adultos y para niños. Hay dos salas de exhibición. El bosquet es la sala especializada en teatro para bebés, del que se puede aprender mucho también a través de los cursos. La otra sala es para el personal de más de 3 años.
Además de estas dos salas, hay otra dos destinadas al trabajo práctico: ensayos, danza, teatro, grupos, conferencias y, como no, exposiciones de escultura, de pintura, fotografia o hasta de grafitti.
Aunque lleva sólo unos meses abierta, todo el mundo la llama Sala Russafa. Es el diminutivo cariñoso para acabar rápido, porque el nombre de pila completo de este espacio es casi tan largo como el de Picasso. Si lo dices todo entero y del tirón:
CENTRO CULTURAL DE ARTES ESCÉNICAS SALA RUSSAFA
Además de faltarte el oxígeno al final, tendrás claro enseguida por donde van los tiros y cuales son sus dramáticas intenciones.

Los conozco, he tenido la suerte de trabajar con la gente que lleva esta nueva sala, y tengo que desearles la mejor de todas las posibles suertes, porque se la merecen, no sólo por ser personas extraordinarias, sino, porque además son profesionales magníficos, extraordinarios, estratosféricos, únicos, honestos y trabajadores, en definitiva, buenos trabajadores.
Que la sala funcione o no, condicionará a medio plazo la suerte de las compañías teatrales de Valencia. Una ciudad necesitada de un cambio de timón cultural en cuanto a cultura teatral se refiere. Hace poco unos amigos compañeros de profesión me comentaban que las salas de teatro de Valencia se están llenando, es más, que se estaban agotando las entradas, pero al mismo tiempo, cada vez, ellos cobraban menos y cada vez eran menos, y cada día que pasa sin que nadie haga nada por salvar teatralmente a una ciudad como Valencia, es un día sin retorno, un día que se va al limbo, y porque no decirlo a la mierda.
Hace poco, en octubre de 2011, la Sala Russafa ha abierto sus puertas y desde aquí animo a todo el mundo a que se acerque y se interese por lo que se hace, y por lo que se va a hacer.
Por último decir, que no se trata sólo de un espacio destinado a la representación, también hay enormes huecos para la formación. Así que si eres espectador o actor, o simple amante del arte de Talía, acércate, porque el teatro, te está esperando.

Hay un halo de esperanza en la ciudad al ver que, pese a que salas de teatro pequeñas e independientes cierran, otras nuevas van surgiendo. Peor sería que todas cerraran y fueran acabando con el circuito teatral de la ciudad.
La Sala Russafa es de reciente creación. Aún es un bebé pero creo que tiene unas buenas pretensiones y se le auguran buenos resultados. De tan joven que es, aún no he tenido la ocasión de asistir a ningún espectáculo pero estoy al tanto de su programación porque en breve sí seré un espectador más. Ofrecen producciones adultas y también para un público infantil y arrancan desde ya con cursos y próximamente con talleres.
La oferta cultural que tantos vuelcos está dando parece que tiene un apoyo con esta nueva sala de artes escénicas. El barrio de Ruzafa cuenta ahora con ella y se convertirá, en sólo cuestión de meses, en un punto de encuentro para los usuarios y espectadores de este circuito de teatro no tan para grandes masas.
Lo mejor para visitarla es entrar en la web y ver su programación mensual o de temporada; o acercarte directamente a ella, ver sus instalaciones y coger un folleto informativo.