Sanchez Soriano Joaquin

Le voy a subir una estrella a Joaquín porque este hombre se las merece. No sé si algún día habrá conseguido tener las uñas limpias 100 por 100 porque con el trabajo que tiene es harto complicado, vaya ¡todo el día con las manos en las tuercas! Está especializado en Vespas y por eso confiamos en sus manos curtidas por los años de muchas, muchas motos.
Siempre que tenemos un problema con nuestra Vespa PK del año 85 (comprada de segunda mano), vamos a visitarlo y siempre hay una respuesta y nos vamos con la moto perfecta. Justo hace ahora un año que SS​.MM. me la trajeron nuevecita, restaurada, pintada y «niquelada» y parece que ser hasta los Magos confiaron en sus manos de artista de las motos italianas más codiciadas. ¡No me extraña, este hombre es una joya! De ser una vespa fea y algo destartalada (el color blanco sucio era criminal y el sillón tenía una raja que de verdad daba lastimica) a una maravilla del motor, envidia de todo el barrio y diría yo que algunos más, porque cada vez que me paro en un semáforo, la gente se queda mirando a la pequeña con ojos de querer gritarle ¡guapa! a la moto, repito. Y es que la ha dejado perfecta. Lo suyo costó, me consta, pero creo que ha valido muchísimo la pena ¡no la cambio por nada del mundo! Ahora, además, parece que va hasta mejor y todo ¡como corre la tía! A mí me da miedo ponerla a tope porque es de 125cc pero me parece comodísima para ir por Valencia, la verdad. Tiene el tamaño perfecto, la cilindrada le sobra y se deja en cualquier sitio.
La última vez que la llevamos, hace un par de semanas, fue para que nos la dejara perfecta para la ITV y nos costó 15 euros la puesta a punto (incluido el cambio de los pilotos de uno de los intermitentes que no iba bien). A mí me parece muy razonable, no sé a vosotros.
En cuanto a la atención es familiar totalmente, se acuerdan de nosotros desde e primer día. La mujer de Joaquín está muchas veces allí ayudándole con los papeles y encargos y aunque ella no arregla motos, sí que arregla situaciones y pasa lo recados. Hace poco nos preguntábamos por qué Joaquín no tendrá un aprendiz allí con él para aprender el oficio, si te gusta el mundo de las motos y la restauración creo que puede ser un trabajo de lo más satisfactorio y en el que siempre vas a tener clientes ¡mientras haya vespiadictos, y los hay a patadas!

Llevo varios años viniendo a este taller, desde que nos compramos una vespa del año 85 en Mayo de 2007.
Me gusta mucho este taller porque tiene la apariencia de taller de toda la vida. Todo lleno de herramientas, piezas por todas las esquinas, grasa por doquier… y sin embargo siempre que recojo la moto está impoluta.
Nuestra vespa ha pasado por el taller unas cuantas veces en estos casi 7 años y por motivos muy diversos: carburador obstruído, cables de embrague o de gas rotos, sistema eléctrico defectuoso y hasta para la reparación del manillar, que se rompió cuando nos tiraron la moto que estaba aparcada correctamente en aparcamiento de motos. En todos los casos las reparaciones han sido muy rápidas, siempre dentro del plazo que nos dijo Joaquín al dejarla y con un coste razonable.
Pero el culmen de mi experiencia en este local ha sido cuando hace dos semanas la llevé a restaurar. Joaquín ha hecho un trabajo impecable y la moto desde luego para recién estrenada. Desde la pintura, embellecedores, espejos, caballete e intermitentes hasta el cableado interno y las guías, la ha dejado que la veo y no me lo creo. Iré subiendo fotos del antes y el después para que todos podáis apreciar el cambio.