Sander’s Brewpub

A pleasant little find just a short walk from our hotel, Barcelona Valencia. Met and visited with the owners. They are both so pleasant and passionate about what they do. Wish them the best.

Aquí viene un ejemplo de cómo algo que pudo, no fue. O de qué rápido se carga uno mismo el potencial de su local por no saber tratar a quien le ha de llenar los bolsillos.
Llevaba más de un año buscando una excusa para venir hasta aquí, ya que lo descubrí por internet pero me pilla de todo menos cerca, pues todo parecía merecer la pena: cerveza artesana + comida hindú fusionada con sueca. ¿Era el restaurante más atractivo de toda Valencia? Parecía serlo. Evidentemente, barato no iba a salir, así que escogimos un día para empezar por probar esas cervezas artesanas preparadas por el propio dueño.
Habíamos oído que se llenaba bastante, por eso nos extrañó encontrar tanto sala como terraza vacíos cerca de las 21… igual era por ser lunes, aunque lunes de pleno verano. Pronto comenzaríamos a comprender por qué íbamos a ser los siguientes que no volverían nunca a ocupar esas sillas.
Realmente me parece una pérdida de tiempo explicar los tamaños, tipos y precios de cerveza que se nos presentaron por el propio dueño y artesano, ya que cada frase que me propongo me la imagino inmediatamente replicada por él, como ha ocurrido con las reseñas de dos de las personas que me acompañaban ese día. De ahí viene que las estrellas de mi valoración hayan caído en picado, ya que en esencia mi valoración no iba a ser negativa pues fui la única «afortunada» que degustó justo lo que había pedido y al precio que se esperaba: cinco euros por medio litro de cerveza tostada artesana, lo que está más que bien.
El primer desconcierto vino cuando a algunos que habían pedido 33 cl de cerveza de barril les sirvieron un tercio embotellado, también de cerveza propia. Pero el verdadero susto llegó con la cuenta: tercios que no habíamos pedido a 5 euros, claras a 4,25…
El redoble número uno viene cuando le pedimos al propietario si nos puede por favor desglosar los precios porque nada nos cuadra (quiero hacer hincapié en que en ningún momento nos negamos a pagar y mucho menos le regateamos el precio, de hecho, esta conversación comenzó cuando ya habíamos dejado todos nuestro dinero en el platillo) y éste inmediatamente se pone a la defensiva dando explicaciones, primero inquietantes: «te he servido para la clara una fanta entera, que cuesta 2,25» (!!!) y, finalmente, innecesarias y algo vergonzosas: «¿Tú sabes lo que cuesta un alquiler en esta zona? ¡3.500 €!». Vamos, que la próxima vez que vaya a cenar a un restaurante caro, al terminar, le montaré un pollo al camarero alegando: «¿Tú sabes lo que cobra un autónomo? ¡Esto no me lo puedo permitir!».
Como decía, ese último es el redoble número uno. El número dos lo podéis leer aquí bajo las opiniones negativas de mis compañeros de mesa. Creo que en ningún momento hemos sido irrespetuosos al expresar nuestra opinión, repito, O-​P-​I-​N-​I-​Ó-​N, que narra una experiencia real en Sander’s.
A mí la cerveza me gustó bastante, pero sinceramente prefiero gastar mi dinero en otras tantas cervecerías artesanas que, además de la elaboración, cuidan el trato a los clientes. Nótese que no he mencionado que sean más o menos baratas, porque a veces el conjunto merece la inversión. Por desgracia, no es el caso. Les deseo suerte porque, sinceramente, podría ser un sitio genial si cambiaran el chip y aprendieran de las valoraciones a las que voluntariamente hemos dedicado nuestro tiempo. Pueden leerlas sin impuesto de terraza.
*Actualización: horas después de publicar esta valoración, los dueños del Sander’s la señalaron como inapropiada. Me alegro de que Unilocal haya considerado que es una opinión personal (¡sorpresa, dueños! Unilocal consiste en eso). Sólo lo apunto aquí para que se sepa qué clase de filosofía tienen.

Pasamos por aquí porque teníamos pendiente probar esa cerveza artesana de la que ya habíamos oido hablar. Lo cierto es que los distintos tipos de brebaje que probamos nos gustaron, nos gustaron sin más.
A mi parecer no es una cerveza artesana especial o mejor que otras, y he probado muchas, así que no me gustó la excesiva diferencia de precio con respecto a otros locales. El precio es sinceramente exagerado, entiendo que está en una «buena zona», pero aún así, es muy caro.
En este momento me gustaría que esta web tubiera los emoticonos de wassap para poner esa cara ojiplática, para que vierais la cara que se me quedó cuando vi la cuenta: 6 personas, 6 consumiciones, más de 28 € .
No volveré.

No puedo reseñar la comida, porque aunque la carta nos pareció algo cara (precios además con IVA no incluido), después de esta primera experiencia cervecil, se nos pasó cualquier esperanza de volver a probar.
Hay que decir que si bien el resto de mis compañeros iba con idea fija de probar cervezas, yo maticé que no siendo yo cervecera, sólo quería una clara con limón. Nos trajo lo pedido, y me quedé un poco alucinada, positivamente hablando, de que me trajera medio vaso de cerveza y una lata de fanta para la clara (demasiada fanta para mí sola, pensé) pero bueno, no deja de ser una clara. La mezclé, la probé, y no mentiré si digo que estaba deliciosa, las cosas como son.
Mi sorpresa fue mayúscula cuando llegó la cuenta y por dicha clara me pedían ¡¡4,25 euros! ¿En serio? ¿Dónde se ha visto una clara cobrada a precio de oro? ¡¡Me quedé muerta! Lo comentamos al camarero, pensando que seguramente se trataba de algún error, pero no, no sólo no era un error sino que se puso a justificarse hablando de lo caro que es el alquiler del local en la zona, que si la cerveza que me había puesto (aunque yo no lo había pedido) era artesanal y tenía que hacerla él mismo, no sé qué de que tenía que comprar las chapas de las botellas… Vamos que yo solo escuchaba: «Bla, bla, bla… clara con limón 4,25». 2,5 euros sólo por la lata de refresco de la que además me dejé un tercio. ¿Estamos locos?
¡¡Y no he contado lo mejor! Además, la cuenta llevaba un plus de terraza pese a que dicho plus no está advertido en ningún lugar visible para que la gente sepa a lo que atenerse cuando se sienta. Adjunto la foto de la cuenta para avisar a posibles incautos.
La clara más cara del mundo, ahí lo dejo.

This was a strange but excellent find in Valencia. The combination of Swedish
and Indian food with several vegetarian options. The best part are the microbrew Swedish beers including India pale ale which was excellent on tap. Swedish meatballs with mashed potatoes also were excellent while taking a long time to prepare from scratch. The Indian food was very good if not overpriced and the lamb was mostly bone with very little meat but tasted simply divine. If you’re looking for something other than Spanish food this is certainly it. Don’t expect to get away without paying through the nose however.

Un lugar realmente curioso por la mezcla de comida sueca y paquistaní. Bueno, para ser exacto, no las mezclan estilo fusión sino que te ofrecen ambas y tú eliges.
Una noche de esas que se hace la hora de cenar sin ningún plan y te pregúntas ¿a dónde vamos? recordé que tenía en mi agenda Unilocalera este negocio pendiente de visitar. Llamamos para reservar y nos preguntaron si íbamos a querer comida sueca o paquistaní. Fue la primera, concretamente un plato de albóndigas de reno (o alce, no quedó muy claro, pero bicho con cuernos) con una generosa guarnición de puré y algo que parecía manzanas con una salsa color remolacha. Estaba realmente bueno.
Nos ofrecieron unas cervezas artesanales estupendas. Y de postre unas bolas de chocolate con coco (o algo así) excelentes. Aunque solo tomamos un plato estaba riquísimo y era muy abundante, salimos saciados.
Te quedan las ganas de volver a probar otras especialidades suecas o alguna paquistaní.
Y la atención de los dueños fue inmejorable.
Eso sí, hay que llamar antes de ir, porque no se ponen a cocinar hasta que tienen delante al cliente (filosofía de servirlo todo recién hecho) y eso origina demoras. Mejor avisar y que lo vayan preparando.

Se trata de un local muy pequeño con muy pocas mesas en el interior y una pequeña terraza. Lo que pasa es que, como lleva poco tiempo y no lo conoce mucha gente, es fácil que no esté lleno. Eso sí, dadle tiempo y ya veréis.
Como el dueño es sueco, el local supuestamente también lo es. Y digo «supuestamente» porque os podéis encontrar con una curiosa mezcla de comida sueca e hindú (la mujer del dueño es hindú y cocina muy, muy bien). Los crepes también están fenomenal.
Poca variedad pero mucha calidad.
Os recomiendo la cerveza artesanal (tienen de tres tipos distintos).
Un descubrimiento. Además, como lo tengo cerca de casa, creo que volveré a menudo.