Troppo Bene

Es definitivo: esta tienda es un paraíso. ¡El paraíso de los compradores compulsivos!
Y la verdad es que resistirse a una tienda cuyos productos, además de ser bonitos y de buena calidad, cuestan como máximo diez euros no es tarea fácil.
Yo puedo decir que me enamoré de una de las mini-​faldas negras que vi nada más entrar (¡toma, la primera en la frente!). Pero es que después fui siguiendo con la mirada todos los rincones de la amplia y luminosa tienda uno a uno, y me enamoraba de todo lo que veía. ¡Fuera lo que fuese! ¡Madre mía, cómo me gustó aquella camiseta larga de escote palabra de honor, volantes y estampado de tigre! ¡Quién pillara esa torerita de color anaranjado tan elegante y que tanta pinta de calentita tenía! ¡Cómo resistirme a esos hermosos zapatos dorados de cuña! ¿Y qué me decís del resto de camisas, blusas, cinturones anchos (¡mmmm, mira que me encantan, eh!) o demás complementos en vitrinas de cristal, como relojes, pendientes y colgantes?
Encima, por si la gran cantidad y variedad de artículos, sumados a su atractivo y modernidad (¡y precios, por favor!,) no fueran suficientes como para hacernos sentir ganas de llevarnos la tienda entera, los dependientes, muy inteligentes ellos, se han dedicado a vestir a cada uno de los maniquíes con varias de estas prendas a la vez, para que una se enamore del conjunto completo, sabiendo que sólo le saldrá a diez euros por trapito.
De todos modos, yo fui fuerte y responsable, y al final terminé llevándome tan sólo ese hermoso par de zapatos dorados de cuña. ¡Hasta la próxima, hermosa camiseta de volantes atigrada! ¡Volveremos a vernos!
Porque volveré, desde luego. Uno entra en esta tienda, y una voz interior ya le hace saber que va a volver. Indudablemente. Tiene un misterioso imán. Un imán provocado por la alta belleza y calidad de sus artículos.
Y recordad, compradores compulsivos: ¡todo, todito, todo, a diez euros! Bueno, todo no: alguna cosa había que valía nueve, u ocho, o siete… En fin.
Por cierto, más que «compradores», debería decir «compradoras», puesto que la tienda está mayormente dedicada a la moda para mujer. De caballero hay muy poquito.