Trufas Martínez

Cada año en Navidad me acerco a esta pequeña tiendecita de toda la vida a comprar cubanitos. Sé que lo más popular son las trufas, pero a mi tía Menchita le encantan esta especie de cigarritos de chocolate rellenos de barquillo y avellana que simplemente son un pecado mortal. Están buenísimos y los venden empaquetaditos como joyas de la corona, lo que son precisamente.
La tienda en sí es encantadora, muy pequeña y de las que te recuerdan a un capítulo de «Cuéntame» nada más pisar la puerta. La atención muy buena hasta en los momentos de cola, cuando no se puede entrar por las masas de gentes locas por comprar trufas y otras delicias.
Que yo recuerde y sepa lleva en la calle Ruzafa toda la vida y tiene mucho nombre en Valencia, y baratos los productos no son, pero exquisitos sí y eso ha de pagarse.
A mí me gusta venir en esta época del año y siempre me llevo lo mismo, los cubanitos. Quizá este año me aventure a probar algo más y os lo cuente, pero de momento una visita por sus trufas o cigarritos bien merecida la tienen.

Si eres chocolatero TIENES que venir a probar TODO lo que tienen.
Todos los años compramos trufas de viaje (son recubiertas de chocolate para q duren más) para regalar. Algún año también nos llevamos algún cubanito.
Las tabletas también está muy buenas.
En realidad está todo bueno no, lo siguiente. Eso sí, no son baratos, pero merece la pena. De vez en cuando, darse un caprichito es vital.

Trufas y bombones míticos en Valencia. Además de la tienda de la C/​Ruzafa tienen otra tienda en la C/​San Ignacio de Loyola (perpendicular a Juan Llorens — al lado del Centro de Especialidades).
Ideal para llevar un detalle cuando vas a cenar a casa de alguien, un nacimiento o simplemente cuando quieres darte un capricho porque sí

I am in heaven, that´s what I thought when I was invited to visit the small chocolate factory behind the boutique. This shop is already existing since 1931 and its third generation makes luxury artisan chocolate with the recipes of their grandparents. They have innovated with ¨chocography” chocolates with images of Valencia. That´s what I call a real eatable souvenir!
While you are there purchasing chocolates as a gift to somebody special, don´t forget to treat yourself on a truffle. I was told that Queen Sofia favorite chocolate in Spain is the Trufa from Martinez! The King prefers the Chocolate cigars (Cubanitos) .
The cubanitos, bonbons and chocolate souvenirs are good to travel with, the famous trufa has to be saved chilled so eat it right away!

Chocolateros empedernidos… ¡enmudeced! Sin palabra quedaréis cuando probéis algunas de las espectaculares (con tooooodas las letras) delicias que está chocolatería con solera alberga en su interior. No me ha dado tiempo a probarlo todo (estoy en ello, tiempo al tiempo) pero si pasáis por la puerta no dudéis en probar las trufas o los cubanitos, envueltos como pequeños puros, con delicioso barquillo, bañados en chocolate y trufa en su interior… ¿No estáis salivando?

Os pongo en situación. Tengo que preparar cena romántica en casa. Lo tengo todo pero me falta algo dulce para rematar y, mientras pensaba eso por la calle, el destino me echo una (otra) mano: Trufas Martínez.
La dificultad fue elegir entre bombones, cubanitos y otras delicias chocolateras. Al final, me fui a lo fácil y, como no, en Trufas Martínez, opté por las trufas. ¿Por algo tendrá ese nombre?, pensé.
El resultado fue que, llegados al momento dulce de la cena, no se derritió el chocolate de las bolitas en cuestión, sino nosotros al comerlas.
PD: aún no se ha demostrado científicamente que el chocolate sea sustitutivo del sexo.

Charlie prefirió la fábrica de chocolate de Willy Wonka porque no conocía Trufas Martínez.
Esta es una de las tiendas míticas de la ciudad. Desde 1931 en la céntrica calle Ruzafa, elaboran sus propios chocolates. Su producto estrella: las trufas. Aunque también son populares sus cubanitos y sus bombones artesanos.
Si quieres sorprender con regalos únicos y personalizados disponen de un servicio de chocografía, pueden plasmar cualquier lema o fotografía. Y estarán para comérselas.

La trufa es una delicatessen cuando es un hongo y una baratija cuando es la crema que rellena brazos de gitano. Enmedio están esos bombones de chocolate negro y mantequilla impregnados de cacao, habitualmente ricos y, en casos como Trufas Martínez, también delicatessen.
En el cumpleaños de un amigo, su novia trajo de allí un trufón desmesurado, servido en tulipa de chocolate, del que comimos veinte personas, sabrosísimo y contundente, una marea de chocolate desbordando el paladar.
A los pocos días acudía yo a la tienda con ganas de más, pero no me lo quise permitir: cada trufita es bien cara, y el trufón, que encargas a peso, va a 66 euros el kilo. Es algo que regalas a alguien, no a ti mismo. A eso se orienta Trufas Martínez, que exhibe en sus mostradores bonitos envoltorios y detalles de chocolate en forma de puro o de coloreadas flores.
Así que ya aprovecharé alguna ocasión para regalar el trufón y disfrutarlo. O mejor: le robaré la novia a mi amigo.