Elegir un gimnasio, aunque unos crean que no, es siempre una tarea difícil… hasta que encontramos«el gimnasio». Este está bastante cerca de mi casa, y me había pasado por delante bastantes veces, hasta que, en mi «dura» búsqueda, finalmente me decidí a entrar. La verdad es que el primer contacto fue estupendo. Una chica majísima que me explicó todo, pero todo lo que se hacía, el tipo de clases, etc… En mi opinión se distingue de los demás gimnasios primero porque se utilizan máquinas para hacer el pilates, y no la típica bolita(¡aunque la tengan también!), y porque se hace ejercicio igual, pero no exigiendo demasiado al cuerpo, con lo cual las agujetas, aunque al principio se las gane también, no son tan«agresivas» como suelen ser las de las primeras idas a un gimnasio normal. Antes de empezarse las clases, se hace una sesión con un monitor para evaluar nuestro estado físico(vale… esta es la parte más difícil…) y después tenemos una serie de clases a disposición, las cuales nos serán recomendadas consonante lo que pretendemos y los problemas físicos que podamos tener(mala postura en mi caso…). Las clases son de poquita gente, lo que las hace amenas, agradables, sin la sensación de estar en el «típico gimnasio», cosa que detesto… y sin los típicos tíos que te molestan y tienes que poner el mp3 a tope para seguir con lo tuyo… Encima son súper divertidas, porque hasta los monitores no son como los«normales».