This is my favorite Korean restaurant in Valencia. It is also my favorite restaurant out of all kinds! LOL It is really authentic(I could say as I had a Korean roommate before and had Korean food so many times while I lived in Asia. LOL). Plus the owners(a Korean couple) are the cook and the waitress. It is like a family business. The restaurant is quite small but nice and comfortable. It was always packed every time I went. I would recommend to call and make a reservation before you go. That’s what I did. There are some dishes that if you want to order you have to order it before you arrive or when you call to make a reservation, because they need time to prepare. And this is what I like, because it means that they prepare them fresh. You can look for the menu in their website to see which one that you have to order before hands. But if you don’t order them before hands, there are many more dishes that you can just order when you get there. Service was really friendly! I highly recommend this place. Please check my pictures for the recommended dishes. But they’re all good!!!
Manolo L.
Rating des Ortes: 5 Valencia
¡Añong haseyó! Bienvenidos a Corea. El restaurante Yuk Mi es un restaurante familiar como cualquier restaurante en el mismo Seúl(se lo dice el menda que se ha paseado por esos lares). Me encanta. Fui hace unos años con un evento, pero no hace mucho que volví con los amigos y esta vez fue con conocimiento de causa. Gunmandu o Chinmandu(una especie de empanadillas con masa de pasta al vapor o a la plancha). El bibimbab es como el que hacen las madres. A mi me gusta echarle un poquito de salsa picante hasta que coja colorcete colorado. Los tallarines de boniato son de otro mundo. Los platos de pasta de arroz están muy buenos, y son muy auténticos, pero en este caso va más por gustos(hay mucha gente a la que no le gusta por el picante o la textura). Pídele a la dueña que te cocine la ternera con champiñones(te lo cocina en tu mesa). Los platos estrella son, desde mi punto de vista, el cerdo y el pollo. El sabor que le ponen a los platos, es tan rico, que no te deja impasible. Para acompañar, una botellita de Soju(licor de arroz) mezclada con cerveza. Pídele al dueño que te enseñe a hacer«Somec». Todo me gusta. El precio, un poco alto para lo que estamos acostumbrados a pagar en España, pero es que traer los ingredientes desde la mismísima Corea, pues tiene sus gastos. Fan de este sitio ¡Gamsahamnidá!(gracias)
Lilu A.
Rating des Ortes: 5 Valencia
todo bueniiiiiisimo, y l pareja k lo llrva muy majos, ella se llama Jan(como solo) recomendable 100%
Luis P.
Rating des Ortes: 4 Valencia
Anoche nos fuimos mi pareja y yo a cenar a ese sitio y hemos ido la primera vez para probar. Es que no apeteciamos hacer la cena en casa porque estabamos cansados de mucho trabajo. Local pequeño(7 mesas), limpio, no tiene nada que ver con los pseudo restaurantes orientales llenos de colores y farolitos. Es un bar de barrio de toda la vida con el añadido de algunos motivos asiáticos decorando sus paredes. Está regentado por un matrimonio mayor, ella atendiendo la pequeña sala y su marido en la cocina a los fogones. Nos pregunta si conocíamos algo del tipo de cocina y si nos gusta el picante, algo presente en muchos platos. Al decirle a las dos preguntas que no, amablemente nos propone tomar tres platos al centro para iniciarnos en los sabores de aquel país. Para dos personas ha sido suficiente. Muy buen trato y muy atentos. Muy familiar. Excelente comida Coreana. Es un local pequeño. Un poco caro, pero hay que tener en cuenta que hay productos importados. Mejor si reservas a una hora determinada antes de ir. Comida picante pero muy buena. Recomiendo pedi un postre: el yogur con nueces y miel estaba buenísima.
Jose S.
Rating des Ortes: 4 Valencia
Otro restaurante koreano más en que la dueña también es koreana, bastante amable que te explica cada plato. Una cosa que me sorprendió de este local es que tiene muchos platos que hay que pedirlos con antelación, con lo seguramente la siguiente vez los pida antes de ir para poder degustarlos. El restaurante se sitúa en el barrio de Patraix, cerca de otros bares, pero la zona es bastante residencial y tranquila, y para aparcar no está muy difícil. No es un restaurante muy grande ni presuntuoso, con mesas para dos y cuatro personas. El sitio admite reservas, suele llenarse el fin de semana, con lo que es recomendable que reserves si planeas ir viernes o sábado. De tipos de cerveza no es que tengan mucha variedad, solo dos marcas comunes, pero bueno no de cerveza comenos. Es de agradecer que ya hayan palillos en la mesa y no haya que pedirlos(quien quiera que los use), soja y el recipiente para servirla. La dueña como ya he dicho es muy atenta, adelantándose y preguntando sobre los gustos de cada uno para sugerir posibles platos. Ahora lo importante, hay platos picantes que puedes pedirlos con picante o no, la elección es tuya. De entrantes pedimos unos Bindetok(tortilla típica coreana de soja y verdura), ni fu ni fa, estaban buenas pero no me sorprendieron. Luego seguimos con un Bulgogui(Ternera a la plancha con salsa especial), que viene crudo en la mesa con un hornillo de gas para cocinarlo en el momento, con puerros, champiñones y más verduras. La dueña se encarga de enchufar el fuego y cocinarlo en el momento en la mesa si no quieres preocuparte de ello, para luego apagarlo y comerlo en el mismo sitio. La verdad que con arroz la mezcla es perfecta, muy sabrosa la carne y el conjunto con la salsa y las verduras. Para finalizar pedimos Yukgue Chang(Sopa de estofado picante de ternera y verduras), la verdad que estaba bastante picante(si no te gusta muy picante, abstente de pedirlo), con tallarines(no lleva arroz). Se puede apreciar los trozos y semillas de las guindillas, además de los otros ingredientes. Para mi gusto el picante se comía los demás sabores de la carne y las verduras, pero es un plato interesante de probar. Lo dicho, volveré para pedir los platos por encargo.
María P.
Rating des Ortes: 5 Valencia
Nunca antes había probado la cocina coreana y la semana pasada no sólo me estrené, sino que comí en dos coreanos distintos y, lo siento por el archiamado Jalasán, pero éste fue mi campeón. Lo primero porque está en mi barrio y esto, mezclando el orgullo tonto que tenemos los de Patraix con la sorpresa de que uno de los(¡sólo!) tres restaurantes coreanos que hay en toda Valencia se encuentre a 5 minutos de mi casa y me entere ahora, me parece la bomba. El espacio es alargado, pero mucho más espacioso de lo que parece a simple vista –de hecho, a nuestra derecha había un grupo cumpleañero de unas 15 personas cenando sin estrecheces. Lo que más llama la atención desde el exterior es que prácticamente están ensambladas dos puertas: la del restaurante en sí(más iluminada de noche) y la de la consulta de Kim, el marido, que además de cocinero es especialista en medicina oriental(¡qué partidazo!). Enseguida nos recibió la mujer, con su delantal rosa de conejitos. Por favor, qué AMOR de mujer. A pesar de que, al haber comido sólo 2 días antes coreano, ya sabía más o menos por dónde iban los tiros de mis favoritos(aún quedando TANTO por probar), algunas cosas eran distintas respecto al otro restaurante, y otras directamente no teníamos ni puñetera idea de qué eran, así que nos asesoró con paciencia y medida: «no pidáis eeeso, que será demasiado para dos». Finalmente fueron cuatro los platos ganadores: — Kimchi(cómo no), quién diría que la col fermentada era una delicia; aunque ésta muchísimo más picante que la otra que había probado, y también más grande y más parecido a una ensalada. — Bibim Bap(por el momento, mi plato favorito), una ensalada de arroz(en este también algún tallarín por ahí), verdura y champiñones con un huevo frito encima y una salsa de sésamo cuya mezcla es un sabor indescriptible. Hay que probarlo antes de morir. Además, la dueña aquí te lo prepara ella misma, remeneando los ingredientes con amor y un poco más y haciéndote el avioncito. — Kun Mandu, empanadillas de pollo a la plancha, con salsa de soja. Al principio su sabor me recordó inquietantemente a los muslitos de cangrejo fritos, vicio inconfesable de mi niñez. — Pollo al sésamo, éste nos lo recomendó ella, porque el resto de platos de carne(especialidad coreana) son como una locura que te asan en tu misma mesa con una plancha. Presentación muy de buffet chino, con salteado de verduras; sabor totalmente diferente. Entre plato y plato, la mujer-amor estuvo pendiente todo el rato y, sin llegar a la pesadez de una madre, nos trató como tal: explicaba cada plato con cariño, recalcando que cada ingrediente es fresco y cocinado en casa –puedes comprobarlo sin problema a través del ventanal de cocina-, nos preguntaba cómo lo llevábamos, etc. También el propio Kim salió de la cocina una vez y nos deseó buen provecho, qué gente tan maja y educada, oyes. Una de las cosas que más me gusta de este tipo de comida es que, si pides en la justa medida, acabas satisfecho pero sin sentirte empachado. Así que para finiquitar nuestro banquete pedimos dos modalidades líquidas: por un lado, teníamos mucha curiosidad por probar sus infusiones, pedimos un té de pomelo con miel y otro de ginseng; por otra, queríamos saber qué mágico elixir se escondía en esas enormes barricas de cristal que se ven en la barra, ¡es licor de ginseng! Lo más parecido a estar comiendo pipas y de repente chupar el palo. Adictivo sin embargo. En fin, que nos fuimos de allí más contentas que unas pascuas, yo especialmente porque ¡era la primera vez en la vida que sobrevivía a una cena entera usando sólo palillos!(y sin clavarlos en plan lanza, eh) Para los que todavía no conozcan esta cocina, almas tristes como yo misma hace tan sólo unos días, recomiendo absolutamente que vengan a este restaurante como punto de partida; es impresionante cómo, cenando entre papeles de pared con inscripciones ilegibles, te sientes tan como en casa.
PACO C.
Rating des Ortes: 4 Valencia
Os presento un restaurante coreano, pero de verdad. Olvidaos de restaurantes-ficción asiáticos en los que, pruebes lo que pruebes, todo sabe igual. Aquí, el padre de la familia que lo regenta es el que cocina al momento y al estilo casero de Corea(podéis ir a la cocina y lo veis) lo que pidáis. Entre el grupo de amigos que hemos ido en más de una ocasión conocemos este lugar como el Kim. Desconozco si el citado patriarca se llama así, pero ese nombre suena a la versión Paco o Pepe o Manolo de allí. ¿Que cómo lo conocí? Gracias a una amiga que trabaja cerca y fue allí a comer. Y es que, no sólo podéis ir a cenar y pedir y arriesgar y probar y deleitaros, y, y, y… con lo que queráis de la carta, sino que tiene un menú para comer al mediodía por nueve euros. Todo está buenísimo y, respecto al picante, cocinado al gusto. El trato es muy oriental, en el sentido de agasajador. Quizás, por poner una minimísima pega, la decoración del sitio sea más de un bar español que coreano, ya que los detalles asiáticos son más bien escasos, pero, ¿a qué hemos venido aquí? A comer. Pues ya está. Un primer y último por cierto, el cocinero-patriarca es acupuntor. Así que, si os apetece, podéis salir del local totalmente en paz, tanto estomacal, como física y mental.
Quelo R.
Rating des Ortes: 5 Valencia
Me llevó mi amigo Pablo y no se trata de descubrir que en los barrios tienes también de todo, sino que a veces tienes incluso tienes locales que no tienes en el centro. Este es el caso de este restaurante coreano. Reflejo de cómo son los coreanos, muy nacionalistas y orgullosos de sí mismos, está decorado con motivos que recuerdan a este país, pero sin caer en lo kitsch. Por su fachada no dirías que te vas a encontrar una delicia para el paladar como lo fue. Pero la gran su gran baza es la cocina. A pesar de su cercanía de China y Japón, su gastronomía, o al menos la versión de ella que nos llega a Occidente, muy poco tiene que ver con éstas. Ya sabéis, a los coreanos les gustan las cosas muy picantes y utilizan muy a menudo la fermentación como una forma de preparar sobre todo las verduras. Los responsables son un matrimonio mayor, parco en palabras, pero no por ello menos atentos con el cliente. Ella en la cocina y él… viendo el fútbol, afición creciente en aquel lejano país. Torció el gesto, pero muy profesional, a requerimiento de su mujer que vino expresamente para cocinar para nosotros una costillas espectaculares. La cuenta fue cuantiosa, pero hay que tener en cuenta que no es una versión «fast food» de su cocina. Se lo toman en serio.