Jalasán

El tercer restarante koreano que pruebo en Valencia, y debo decir que no está nada mal. Es el más grande los tres, ya que tiene bastantes mesas y personal, pero claro, ir en fallas puede no ser tan buena idea.
Tuvimos suerte al poder reservar, ya que todo estaba lleno, pero aquí pudimos cenar en un rincón, situado en una especie de tarima con una puerta de estilo asiático. Nada más entrar se puede ver la vespa que usan y varia decoración koreana en el mini-​hall para esperar a ser atendido.
Una vez llegamos, cogimos el menú folleto, en el que todo estaba separado por diferentes tipos. Una cosa cosa que me gustó es que tuvieran una foto en pequeño del plato, ya que una imagen vale más que mil palabras, y si es para probar cosas aleatorias, esta es una gran ayuda.
Una vez nos decidimos, llamamos al camarero (cosa rara aquí), pero como iban hasta arriba y estábamos al final parecía que se habían de nosotros, pero pedimos el cargamento como siempre para probar cuantas mas cosas mejor.
Tardaron un bastante tiempo en traer algo a la mesa, pero bueno se disculparon tras más de media hora de espera y nos invitaron a kimchi de rábano daikon, que estaba bastante fuerte pero lo tolero más que el kimchi normal, y a unos chupitos al finalizar de suchung gua (gengibre, canela y azucar moreno) que estaban muy buenos y sentaban de maravilla tras el banquete de comida.
Los platos que pedimos fueron:
— yuk ghe chang (estofado de ternara y verduras con arroz), bastante picante, un poco sosorrón, pero la carne mezclada con los fideos y arroz blanco estaban muy buenos.
— samkiopsal bokum (panceta con verdura y picante), uno de los platos que más me gustó, sabroso, tierno y picante, combinación perfecta con arroz.
— yuk whe (ternera cruda con salsa koreana) si eres fan de la carne cruda, no lo dejes escapar, parecido al tartar pero con un marinaje diferente y las tiras de pera hacían delicioso al conjunto, me gustó muchísimo
— duedhi galbi gu-​i (costillas de cerdo a la koreana) un corte de costillas transversal, con una salsa tipo miel, muy rica, un poco difícil roer la carne de los huesos, pero estaba de rechupete.
En fin, una experiencia buena que deseo repetirla cuando pase todo el jolgorio fallero para ir con más tranquilidad, y el precio ajustado, la apariencia no lo sobrecarga en absoluto.

Tuve la ocasión de visitar, muy gratamente, este coreano, hace unos pocos días. Decidimos ir tras ver la gran puntación y reseñas positivas que habían hecho otros Unilocalers de este coreano, y tras ver el adhesivo Unilocal en la puerta, no dudé en entrar.
Fuí con mi pareja y nos lanzamos a la aventura a la hora de pedir platos. decir que realmente estaban todos buenísimos, no hubo ninguno que no puntuásemos con baja nota, desde las algas del entrante, pasando por los menús, hasta los tres postre que nos pedimos, todos deliciosos.
La atención fue buenísima además de graciosa, ya que había una de las mujeres que te atendía, que habñaba muy bajito y como con vergüenza, se le veía que no hablaba del todo español, pero nos entendió y atendió fenomenalmente bien y súper amable.
Decir que el ambiente y la música de fondo, es muy agradable y acertado. Y si te fijas en los cuadros, verás que hay fotos de diferentes lugares de españa, cosa que me chocó, ya que pensaba que serían de Corea, de ahí que estuviéramos en un coreano.
Si algo he de decir para mejorar, es su aspecto un poco anticuado, pero sobretodo el tema de las cartas (fundas plastificadas, con hojas pegadas con celo y folios pegados tapando algunos menús y platos, supongo que porque han dejado de servirlos) no hacen justicia a los riquísimos platos que sirven. Veo que con muy poquita inversión, es un local que ganaría muchísima imagen.

Primer coreano que pruebo en valencia y es que mi paladar me pedía rememorar antiguos sabores ! Mi chica nunca había probado esta comida y le gustó tanto como a mí!
Tenía un mejor recuerdo del bimbibap pero creo que fue por la forma de servirlo (se suele servir en un cuenco de piedra muy caliente) lastima que en salsas picantes (si la comida coreana pica o ha de picar) no tienen demasiada variedad y no pica como lo recordaba! Por lo demás muy buen servicio y precio ok cuatro platos más dos tercios 30 €…volveremos sin duda a probar nuevos platos

Está última visita no ha sido tan grata. Con el 70% del local lleno el servicio y la cocina se colapsan. Las bebidas y los primeros llegaron pronto pero tuvimos una larga espera para los segundos. Sin poner en duda la calidad de su platos sus raciones me parecen algo caras en comparación con otros locales asiáticos .También resulta algo molesto el olor y la atmósfera de las brasas que se filtran al comedor. No le vendría mal una puesta a punto y un aumento de plantilla los fines de semana.

¡Todo buenísimo! Y muy buen servicio.
Recomiendo totalmente el kimchi, las mandu, y el plato estrella para mí: samgyeopsal!
Muy picante, pero siempre repetimos.

Me encanta la cocina coreana, de hecho uno de mis grandes descubrimientos culinarios es el gochujang: una pasta de chiles rojos fermentados.
No cabe duda que la comida de este restaurante está pa chuparse los dedos pero no quedé cien por cien contento con la experiencia. Me explico:
1) El camarero parecía mudo. No explicó nada. Eficiente pero no sirvió de mucha ayuda…
2) El menú del día es el siguiente:
1º Plato: Chin Mandu o Tang
2º Plato: Mini Bibim Bap
Guarnición a elegir entre Dak Dari Gu-​i o Duechi Galbi Gu-​i
NO incluye bebida, ni postre, ni café ni na de na. A un precio de 12 € me parece bastante tacaño.
El mayor problema, y lo que me acaba de fastidiar, es que nosotros pensábamos que la guarnición iba ser una chorrada, tipo unas algas o algo por el estilo. Y como viene todo en coreano y el camarero era mudo pues pedimos de la carta ya que con el hambre que traíamos necesitábamos algo más consistente que una miserable empanadilla, un poco de arroz y unas algas…
Qué pasa? Pues que llego a casa y me picó la curiosidad por ver que significaban esas dos «guarniciones» y ante mi sorpresa descubro que no eran «guarniciones» sino platos de carne! Si eso lo hubiera sabido, no habría pedido de la carta porque al final pedimos casi lo mismo. Me defeco en el todopoderoso.
Si se me pasa el cabreo y le doy otra oportunidad por lo menos ya sé lo que hay pero me hubiera gustado que me lo explicaran en su momento.
Bueno, para acabar positivamente y con el yinyang en armonía, he de decir que la mayoría de los platos estaban riquísimos. He comido mandu («empanadilla» coreana) mucho mejores pero el Samkiopsal Bokum (panceta salteada con verduras y picante) y el pollo a la brasa estaban de vicio. También nos dieron un chupito de no sé que (el camarero seguía mudo) como detalle de la casa: estaba bueno pero no creo que vaya a comprarme una botella mañana ni pasao…
P.D Las tres estrellas es por lo que me pasó ese día pero si se tratara tan solo de la comida, se merecen las 5 estrellas.

La comida asiática lleva muchos años en España. Recuerdo cuando mi madre decía aquello de «hoy, para cenar, chino!». Aquellos olores exóticos, el color de la salsa agridulce, rebuscar en el pollo buscando las almendras, «mamá, pide familia feliz, que no se lo que es». El glutamato hacía el resto: quedabas inexorablemente enganchado. Pero como todo, la fiebre pasa y llega un momento en que la comida asiática por repetitiva pierde su encanto. Me viene a la mente el típico rastrojo que rueda por el desierto: es aburrida. La comida japonesa nunca llegó a enamorarme tampoco.
Pero la ilusión de nuevo llegó a mi vida!!! JALASAN. Platos excitantes, raros, nuevos, ricos!!!
Es un negocio familiar regentado por un señor que aunque parezca mentira está al borde de la jubilación y supereducado. Trato exquisito.
El local nunca ha cambiado: estilo colonial, tonos en madera oscura y blancos, dos alturas dentro del local, mesas con espacio entre ellas, no caótico, me huele a algo de feng shui, pero como lo desconozco no me aventuro a asegurarlo. Fotografías artísticas por doquier realizadas por el propio dueño, que es aficionado. Me encanta la del gato!
Buscadla!
La comida: no voy a decir nombres de platos ni a recomendar ninguno. Tan solo id y pedid. Explorad! Volved a buscar las almendras!
Una pasada, de verdad. Y el precio, bien: tres platos, más vino y postre nos salió por 36 euros.
Un solo pero, son algo lentos y los postres, pocos. Pero probad la infusión digestiva!
Ya lo sabéis, hay que ir!

Uno de los mejores restaurantes Coreanos que he probado en Valencia.
Buena relación calidad-​precio. El servicio del personal es muy bueno y la decoración del restaurante es típica Coreana.

* 3.5 Stars *
My boyfriend and I needed a late night meal and decided to try Jalasan. We didn’t want to venture into the city center because there was a soccer game that night and we wanted to avoid the crowds.
Jalasan is Korean-​owned and the décor was nice and clean, borderline fancy with the white tableclothes. Our server (we later found out he was Japanese) was polite, and we ordered a bunch of dishes to try. I was actually pretty excited to try this fusion cuisine.
We ordered the galbi, spicy calamari, rice and kimchi (which are considered tapas and are separate dishes from the meal), fried dumplings, and a stir-​fried pork belly dish that we ordered later on because our first dishes were not enough. The spicy calamari was good, and in a watery sauce, not like a thick, paste-​y sauce you would see in the states or in Korea. The galbi was the best part of the meal: it was thinner than normal but very juicy and tender. And you can’t go wrong with the fried dumplings.
The pork belly dish was actually a bit odd to me. I think it was the sauce that it was sauteed with, but I wasn’t too keen on the flavor. This was mostly consumed by my still-​hungry boyfriend.
As you can imagine, the portions weren’t as big as we would have liked. I’m rounding up on stars though because we had a good experience there, and the Korean owner spoke to us briefly on our way out and expressed his happiness to see another Korean :)

Auténtico restaurante coreano, para mi es uno de los mejores sitios para ir a cenar en Valencia, donde sabes que nunca vas a salir insatisfecho. Recomiendo ensalada ‘Bibin bam’, algas secas con arroz hervido, tempura de verduras, cerdo con salsa especial y los tallarines. Pero pruebes lo que pruebes, ¡acertarás! Servicio de 10. El restaurante está decorado con las fotos que hace el dueño, Lee. ¡Todo un artista!

This restaurant was recommended to me several times, especially by the people who know that I love Asian food. This restaurant is run by a Korean family. The daughter served us well, she was very friendly and helpful, always smiling. We asked her opinion about the dishes and she told us which ones are the most typical of Korea. When we asked for the raw meat dish, she told us honest and a little embarrassed that she had never tasted that dish. She did not like raw meat ;) She told us that the calamari was very spicy, this was meant as a warning, but we saw it as a challenge … mmmm delicious spicy dish!
My other favourite was the beef that you had to roll in lettuce to eat it, this meat had a delicious BBQ flavour and was cooked perfectly. Apparently the Koreans don’t have many desserts, because there were only two desserts on the menu from Korea, the rest were international. We chose the two Korean desserts of course! This restaurant is worth repeating, they have to many dishes on there menu that I have to try!

estuvimos hace dos findes con unos amigos.
Muy buena comida coreana, los cocineros son Coreanos. no había ido nunca a un coreano, perdonar que insista tanto en esto, así que me deje aconsejar por el camarero, solo le dije que quería platos con carne de vaca o de pollo (al carbón), y alguna ensalada especial, el resultado cinco platos fabulosos (imposible recordar los nombres)
Lo único malo, los precios, pero me pareció una cocina de gran calidad y lo asumo de vez en cuando hay que permitirse pequeño lujo, sobretodo si te invitan :)

El mejor coreano que he probado hasta ahora. (no he estado en Korea, claro: D)

Qué riquísima la comida coreana. Por indicación de María Q pedí el cerdo especial y, la verdad sea dicha, fácilmente podría comer únicamente de eso todos los santos días. ¡Qué cosa más deliciosa! ¡Qué delicadeza!
Si vas a medio día, el menú está fenomenal, además de tener un precio adecuadísimo. Encima la atención es muy buena, y a los camareros no les suele importar repetir una y mil veces qué es cada cosa, si es que eres tan despistado como yo y terminas olvidándote cada dos minutos de lo que te acaban de decir.
El restaurante además, muy tranquilito, que siempre es un plus.

La semana pasada probé por primera vez la comida coreana y no pudo ser en otro sitio que en el mega-​recomendado Jalasán.
La primera impresión al comer este tipo de cocina es sorpresa. Estamos muy mal, qué digo, ¡fatal! acostumbrados a englobar toda la comida asiática en un todo, menudo error. Es cierto que la tónica dominante es buscar eso de «el sexto sabor» en la calidad, por encima de hartarnos hasta el vómito, como somos especialistas algunos en momentos de debilidad (o cuando vamos a casa de la abuela).
Tanto Manolo como yo íbamos a ciegas, así que pidió nuestro experto en kimchis y compañía, o más bien, comenzó a nombrarle al camarero una retahíla de palabras extrañas, de las que no entendíamos ni perri pero notábamos cómo él salivaba al pronunciar.
Lo primero en llegar fue el –tan esperado– kimchi, que por lo visto para ellos es como el aire que respiran. Estaba muy sabroso y con el punto picante justo, sin llegar al picante de mocos cayendo. Después vinieron el bibimbap, ensalada de arroz que llegó a mi corazón con ese sabor tan intenso e inesperado, y los espaguetis transparentes, muy ricos también y nada grasientos.
Tras estos entrantes, llegaba el momento cárnico, que es la especialidad de esta cocina. Tres variedades: cordero, panceta y costillas. El cordero venía en finas tiras, que has de disponer en unas hojas de lechuga y envolver cual rollito do-​it-​yourself; la panceta salteada con verduras; y las costillas fueron la sorpresa. Nunca había visto la carne cortada así, como a lo ancho, saliendo de una costilla pequeñita. Además, la traen sobre una piedra (con forma de tortuguita ^o^) aún chisporroteante, ¡un escándalo!
Me gustó muchísimo esa mezcla de licor dulce y té que nos sirvieron al final como digestivo, estaba muy muy rico (dejo en la foto los ingredientes) y el punto de los piñones flotantes es genial. La cuenta da un poco de susto, pero valorando lo elaborado que es todo (y que muchos de los ingredientes originales no se pueden conseguir de otra forma que importando), lo vale. Además, el sitio tiene una decoración impecable, ¡hasta los palillos para comer son de metal, como cubiertos!
El dueño es un gran aficionado a la fotografía y el propio restaurante es su sala de exposición, puedes encontrar todo tipo de retratos, paisajes e incluso posados de animales graciosos (nosotros comimos entre un lemur y unos suricatos). No pierde tiempo que dedicarle a ello y es que presencié como, cuando una familia que comía a nuestro lado fue a pagar, les dijo ¿os puedo hacer una foto?

Le tengo mucho cariño a Corea ya los coreanos desde que estuve allí de viaje por trabajo en 2010 y en parte por eso este restaurante me gusta tanto. La amabilidad en el trato es como allí, y casi que solo por eso ya merece la pena probarlo.
La comida es realmente coreana. Obviamente no tienen todos los platos que te puedes encontrar allí, porque es que eso es imposible. Pero los que tienen son fieles en presentación, ingredientes y sabor.
Mis preferidos son el bibimbap, kimbap, el cerdo en salsa especial y la ternera al carbón. Deliciosos.
Entre semana tienen menú y pedir a la carta no es caro.

Adoro este sitio.
Hace ya algunos años que soy asiduo a este restaurante de comida coreana. Tanto el dueño y su hija como los empleados son gente muy amable por no decir que por supuesto me encanta la comida.
Jalasán es un restaurante genial, muy tranquilo, con un ambiente muy silencioso y con una decoración muy particular, ya que el dueño del restaurante es fotógrafo aficionado y tiene las paredes llenas de trabajos suyos.
En cuanto a la comida voy a dejar aquí una selección de los platos que solemos pedir nosotros por si alguien novato quiere guiarse:
— bol de arroz blanco, esto lo acompañamos siempre de una ración de Algas secas.
No temáis a las algas, porque he llevado a mucha gente a cenar y es un plato super sencillo que suele gustar a todo el mundo.
— Bibim Bab: Esto es una ensalada de arroz blanco, con verduras pochadas, trocitos de setas secas y un huevo por encima. Está mucho mejor de lo que suena, os lo aseguro.
— Samkiopsal Bokum: Este plato es uno de nuestros favoritos, pero ojo es un plato picante. Es un plato de tiras de panceta con verduras en una salsa roja picante. A mi mujer no le entusiasma el picante pero no puede resistirse a este plato, así que nuestro truco es mezclar este plato con el anterior, los pedimos y le indicamos al camarero que nos los saquen a la vez para poderlos mezclar. El recipiente del Bibim bab tiene capacidad para poder mezclar bien los dos platos y queda un plato genial.
— Cerdo con salsa especial: Mi favorito sin duda, una carne que se deshace en la boca con una salsa de naranja que está espectacular.
— Tempura: unos nidos de tempura frita de verdura, muy buenos para comenzar.
— Tortillas de gamba: son unas tortillas con bamba frita, muy ricas.
— Tallarínes: Son los típicos tallarines 3 delicias, están muy buenos y vienen servidos en plato caliente con forma de vaca.
— Pollo a la brasa: Muslitos de pollo a la brasa, no se con qué están adobados pero están buenísimos.
— Entrecot: Bueno, es un entrecot a la barbacoa, suele estar muy bueno, viene acompañado de una salsa y lechuga si no recuerdo mal.
De momento creo que ya está. En mi próxima visita os dejaré fotos de cada plato.

Compartí piso con una Coreana, y puedo asegurar que la comida de Jalasan es muy auténtica! Desde su kimchi a sus estofados. Probé una plato frío de calamares con verduras al estilo kimchi, y quedé encantada. No escatiman en picante para occidentalizar la comida como hacen en otros retaurantes, lo cual se agradece! Tengo que volver para probar el plato de noodles frios y el de sopa de pasta. El servivio muy atento y rápido. Sólo faltó un poco más de oferta en cuento a bebidas. La única cerveza que sirven es Mahou y yo no soy muy de cerveza española… Probamos para postre un digestivo que es una especie de te frio de canela, que estaba bunísimo. Muy recomendable!

Antes de vivir arriba del Jalasán ya me lo descubrió mi padre (que apreciaba mucho la cocina oriental), y ahora es un vicio confesable. Tuve la suerte de hacer un viaje a Corea del Sur hace un par de años, con la única referencia de sus platos, y os digo que allí encontramos todo «tal cual», eso sí, con un kilo y medio más de picante y distribuidos en 200 minicuencos en la mesa.
El servicio es más que agradable, no se quitan la sonrisa ni un momento y el detalle de ofrecer una bebida energética a base de canela y jengibre al final del banquete, un acierto. Hay un menú a mediodía que está muy bien, aunque no incluye bebida. Mis top ten: el Bibimbap (arroz mezclado con verduras y un huevo frito en la cima), el cerdo en salsa especial y la carne a la piedra envuelta en hojas de lechuga, que allí eran otras plantas raras pero igual de buenas, por cierto. La tortilla de soja con verduras también tiene su punto y el kimchi hay que probarlo aunque sea una vez; yo no soy nada fan pero me traje dos bolsas de allí creo que sólo de verlos a ellos comerlo 24 horas al día, bueno y porque lo daban en el avión… ¡Ahhhhh kimchi hasta en el desayuno!
¡Buen provecho!

Me llevaron de la mano a este maravilloso restaurante coreano de fotos costumbristas españolas colgadas en la pared. Una atención excelsa y una comida acorde con la atención.
Aquí descubrí con lo mío con el kimchi iba a ser una relación para largo: verduras maceradas durante unos cuantos días en una especie de adobo magnífico, un poco picante, que se sirve frío ¡El kimchi es el nuevo sushi!
Precio bueno, comida buena, atención buena… combinación ganadora.

Qué puedo decir del que, para mí, es el mejor restaurante coreano de España.
Hace 15 años que conozco éste restaurante regentado por un matrimonio coreano que vino a España hace más de 25 años y que la aman tanto como a su querida Corea del Sur. Ellos son Umi y Li (lo pongo tal y como se pronuncia).
Umi a la cocina, que parece que haya descendido directamente del cielo para cocinar y Li atendiendo al público, con su delicadeza en el trato, forman un equipo perfecto. Podría contados muchas cosas interesantes sobre ellos, pero vamos al grano con Jalasán.
La relación calidad-​precio es muy buena. Os recomiendo, para los del picante, el kimchi o kimuchi, está delicioso. Luego, el Bi bimbab, el cerdo picante. y cualquiera de sus carnes al carbón, son una pasada.
La decoración es coreana a la par que sencilla. Lo que sí que podrás ver colgado de sus paredes son unas impresionantes, unas más que otras, fotografías de Lee, que reflejan su experiencia en una peculiar España.
Pero la experiencia que de verdad recomiendo es la de comer o cenar aquí.