As Eiras

Antes de que se convirtiera en mesón, era un criadero de marisco, un vivero. Entraba y salía el agua de mar directamente de la ría. Con el tiempo, se amplió el puerto con un paseo y esta zona tuvieron que rellenarla para ganarle el terreno necesario al mar. Donde ahora veis coches en la foto, antes era mar.
Es una casa de piedra antigua así que consta de una única planta. En la entrada disponen de una terraza muy cómoda para beber y charlar mientras se disfruta de las vistas al paseo, la playa y a la ría. Al entrar, unas 6 mesas para la clientela y la barra. Todo tipo de vinos: tintos, blancos, Rioja, Ribera, Rías Baixas, Mencía… hay también tinto de la casa, de ese vino que te tiñe los dientes de morado. Es un vino con menor graduación alcohólica que con un poco de gaseosa bien fría, refresca mucho. Ideal para que sea el primer vino del día. Cervezas Estrella de Galicia y Mahou. Lo mejor es la oferta gastronómica ¡TODO FRESCO DE LA RÍA!
Aparte de la zona de la barra, hay un comedor. Si quieres reservar, no te pueden asegurar qué productos tendrán para ese día pero durante todas mis vacaciones de verano tenían, de pescado: merluza y raya, de carne: carne asada, jamón asado y zorza, como especialidad, las almejas a la marinera y el siempre bienvenido pulpo a feira. No hace falta añadir que también tienen pimientos de padrón, zorza con patatas o bocadillos, me quedo con los de jamón asado. Si vienes a comer a este mesón, lo mejor es que te digan qué tienen ese día porque también te puedes encontrar con nécoras, navajas u otros productos típicos de esta ría.
Al terminar y con el café, no pueden faltar los chupitos ofrecidos por la casa como crema de orujo, orujo blanco o de hierbas y el, cada vez más famoso, licor café. Deatalle, los «ynitonis» de Bombay Saphire están a 5 euros.
Cierran los lunes completo y de martes a domingo, cierran entre las 17 y las 19h.
Como anécdota, comentar que este verano, mi hija pequeña, jugando se cayó del taburete con la nuca contra la pared, Tuvimos que llevarla al hospital. Le sellaron la cabeza con puntos de pegamento y al día siguiente volvimos para una observación más seria durtante unas horas. Por suerte, todo se quedó en el susto. Ahora la marca la usan para decirles a los niños que se porten bien mientras comen o les pueden pasar lo mismo. :-)