Entre Libros y Pucheros

He cenado en fin de semana en dos ocasiones con el mismo grupo de amigos. Todos coincidimos en la valoración. Ambiente agradable, relajado y tranquilo. Servicio amable y atento.
Dos opciones de menú para cenar con muy buena relación calidad precio por 21 o 23 euros. Variedad de platos para elegir y todos ellos muy bien preparados, buen sabor y presentación.

Ahora va mi comentario. Es verdad que de «lo que come el grillo poquillo». Pero la verdad es que la selección de primeros platos me parecieron poco variados. De presentación y sabor buenísimos, pero me falto algún arroz u otro plato de interés. Por el contrario la gama de segundos me pareció bastante correcta.
Como dice Patricia la atención fue exquisita y al principio el ambiente muy agradable. La gente empezó ha llegar de parte tarde, y el nivel de ruido subió un poco. Comedor al completo. Y mesas de la zona de bar también.
Yo comí de primero ensalada con yemas de espárrago.
De segundo caldereta. Dios!!! Como estaba !!!
El postre decididamente buenísimo. Torrija con helado de leche merendado. Tortija calentita y helado.
Luego nos obsequiaron con los dulces rellenos de crema. Creo que dijeron pestiños. Buaaa! !!! Yo diciéndole a la camarera que no nis los habían traído, que alguien se los comió por el camino… no coló. Que pena. Snif Snif Snif

A veces encontrar menús del día resultones se vuelve misión imposible… así que cuando mi hermana me comentó que había ido a comer a este restaurante, regentado por antiguos compañeros de curro de su novio y que el menú del día estaba muy bien, quise probarlo.
El local es agradable y acogedor y sólo dan desayunos y comidas, de modo que no vayas a cenar o te darás con la puerta en las naricicas, salvo los fines de semana, que si que están abiertos por la noche.
La carta está cuidada con buenos productos de temporada que tratan con mimo en sus fogones ofreciendo una cocina de mercado, cercana y para todos los gustos.
Yo fui con mi hermana y mi prima, aprovechando que podíamos las tres ya que de normal podemos coincidir muy poco… Los primeros me parecieron muy buenos aunque a mi prima (ya verás que pronto contesta) no le molaron mucho, porque eso del verde ella opina que es cosa de las vacas… Me decanté por unas tostas de escalibada para empezar… Me llamó la atención que sirviesen las verduras por separado, ya que estoy acostumbrada a comerlas revueltas. Lo que al principio, no me acabó de cuadrar, hizo que probase cada una de las verduras por separado y pudiese concluir, con que estaban perfectamente cocinadas y en su punto justo de sal. Respecto al romescu, simplemente diré que estaba soberbio y que no quedó ni la muestra.
Después opté por un solomillo envuelto con su propio jamón con crema de manzana. El solomillo estaba muy bien cocinado, jugoso y tierno aunque la salsa me decepcionó un poquito ya que no acababa de tener el sabor que yo esperaba y me resultó demasiado insípida.
Y de postre, elegí un bizcocho de naranja y zanahoria con crema de naranja y mermelada de frutos rojos. Me pareció un postre muy acertado y aunque dulce, el contrapunto de la acidez de la crema y la mermelada, le iba genial.
Para rematar la comida, unas infusiones que acopañamos con unos sabrosos pestiños cortesía de la casa que sabían a gloría y a pedetes de angelete… ¡riquísimos!
El servicio además, fue muy atento, simpático sin restar profesionalidad a su labor…
Lo tendré en cuenta para futuras comidas por la zona.

Cocina tradicional hecha con mimo y esmero… Horario de comidas y sólo cenas en fin de semana.
Menú semanal donde incluye sugerencias y productos recién escogidos del mercado.