La Perla Negra

Es un restaurante donde se da una vuelta más a la comida tradicional aragonesa con platos tan sorprendentes como manitas rellenas de morcilla (que no he probado porque el tema manitas no me mola demasiado pero que entre algunos de mis conocidos tiene gran éxito). Se puede pedir comida para llevar, mi tía pidió incluso algunos platos para la cena de noche vieja familiar.
El servicio es atento y amable, el precio fantástico para la calidad de la comida, y el local aun que no destaca por la decoración es acogedor y cómodo.
Esta vez fuimos durante los días de semana santa y probamos el menú de las fiestas. Yo probé una crêpe de calabacín, puerro y setas con salsa de puesto y queso de cabra muy rica, de segundo un delicioso pollo empanado en galleta Maria con una gelatina de limón y patatas fritas caseras (para chuparse los dedos) y de postre una tarta de calabaza y nueces tipo hojaldre muy muy rica también.
Vamos que la comida está muy rica y tiene su punto innovador. Volvería sin duda!

Restaurante del zaragozano Barrio de San José Alto, casi Torrero! Un bocata muy logrado con una mezcla de sabores muy especial donde las especias te llevan de paseo por cualquiera de los cuentos de Las Mil y una noches! Ay si la sufrida Scherezade lo probara… Le encantaría!

Estuve con motivo de la ruta de ternasco en este bar con este nombre tan característico. Así que a falta de poder visitarlo con posterioridad y de poder dotarlo de alguna estrella más, hablaré de las sensaciones que tuve.
El bar en sí no es el summum de la modernidad, pero no está mal. Tiene dos partes muy diferenciadas, la zona de barra y la de comedor. Me llama la atención que noté diferencias en tan poco espacio. La zona de barra me pareció algo desangelada y tenue, y la zona de comedor me pareció iluminada, ordenada, espaciosa y cómoda.
Probamos el bocadillo el cual se componía de kefta de ternasco con salsa de curry, piña, queso y cebolla deshidratada. Venía acompañada de una pequeña guarnición de patatas con salsa. El bocadillo no estaba mal, pero lo definiría como «picante». El sabor se iba hacia algo que quería ser distinto a lo habitual, y a mi no me convenció del todo, pero eso es opinión muy personal. No estaba malo, no era del todo de mi agrado, son cosas dispares. Trato correcto.
Me falta probar el resto de carta, la cual parecía tener varias posibilidades. Así que esperaré mi próxima visita para actualizar mi reseña…eso sí piratas no vi.

Restaurante de cocina de autor o aragonesa con variedad de platos, buen servicio y buena calidad.
Es poco conocido pero se come o cena bien.