De los pocos bares del barrio que se puede seguir yendo. Es una muy buena opción para tomar unos pinchos rápidos entre semana, almorzar, tomar un café rápido. El domingo se transforma y se puede hacer un vermú fantástico por muy poca pasta. Gambas, puntillas, mejillones, navajas… a muy buen precio. Los pinchos son muy típicos y la relación calidad-precio es buena. La atención es muy cercana, de barrio, educada y a veces divertida si están en pleno debate con alguno de los habituales. En fin, que malas experiencias no vas a tener.