Si te gusta cocinar, Prato es tu lugar(me salió con versito y todo). Venden todos los adheresos que quieras, mostazas raras, salsas, especias, sales, chutneys, además de lo obvio de almacén. Si te gustan las picadas, Prato es tu parada(ya que estamos seguimos con las rimas). Quesos de todo tipo y más fiambres, aceitunas verdes, negras, rellenas con provolone o con morrones, pickles, quesitos adler… Salvo el pan, conseguís lo que quieras para armar tu tablita. Y si cocinar no es tu pasión, vení a Prato igual(sorry, acá no encontré rima). Te venden pastas(dale vago, solo tenés que poner agua a hervir y tirarlas a la olla) y también es rotisería. Lechones, matambres, ensaladas de todo tipo, salpicón de ave, tortillas, empanadas, y un enorme etcétera. Casi me olvido; hoy vi que también venden facturas. Mi-te-rio si serán ricas o no(la panadería que yo sepa no es su especialidad, desconozco si serán hechas en el lugar o «terciarizadas»). Así que puedo agregar que si querés desayunar, vení a Prato que te va a encantar. Fin de la poesía.
Josefina P.
Rating des Ortes: 5 Buenos Aires, Argentina
Como uno de los primeros almacenes de familia en Adrogué, con el pasar de los años Prato se transformó en un icono de la ciudad, en donde siempre que vas esta lleno de gente, y entre ellas siempre hay un conocido, un vecino, un amigo y un familiar. Atendido por la misma familia Prato desde su inauguración, este lugar conserva el espíritu de años anteriores, desde fiambres y vinos hasta pastas e importados, encontras las cosas mas ricas y de la mas alta calidad, sorprendiéndote siempre con sus comidas caseras o con los embutidos mas ricos que los de cualquier carnicería.
Alejandra A.
Rating des Ortes: 5 Buenos Aires, Argentina
Prato es el rincón gourmet favorito de los vecinos de Adrogué. Tiene la fábrica de pastas que provee de los ravioles que religiosamente almorzamos al menos una vez al mes con mi viejo y mis hermanos. Son tan ricos que dan ganas de aplaudir Los de pollo y verdura y los de ricota y jamón son exquisitos. También le entramos a los panzottis de mozarella y jamón. En el centro del local hay una mesa dedicada exclusivamente a las aceitunas tradicionales y las rellenas de provolone, roquefort o almendras, entre otros sabores. Las empanadas me resultan particularmente pesadas pero como todo en este lugar estás fabricadas con materias primas de primera calidad. Aquí se venden los mismos platos de la mesa familiar como la ensalada rusa, las albóndigas, el matambre relleno, el pollo al horno, el vitel thoné, la tortilla española y hasta el guiso de mondongo. Todo con su respectivo precio sellado con los números bien grandes. Los precios son altos pero la calidad no decepciona. Hay heladeras llenas de quesos de las más variadas marcas y regiones. Y por supuesto, las tan amadas patas de jamón crudo y las fiambreras cortando a toda hora mortadela, jamón cocido y matambres. Para los amantes de los sabores europeos hay fiambres españoles, italianos y alemanes. Se pueden encargar hasta ocho tipo de picadas y son para aprovechar las frutas secas y el dulce de batata en lata como cuando éramos chicos. Además, cuentan con salón de fiestas y servicio de catering. Si vas un sábado o domingo por la mañana armate de paciencia porque el local se llena de clientes esperando. Bien lo vale.