A’ Manger

Este lugar es una joyita. Es básicamente un buffet de tapas, las cuales podés ver antes de elegir, incluso.
La cantidad es verdaderamente abrumadora así que, muy convenientemente, hay degustaciones armadas: frías o calientes, para una o para dos personas. Las porciones no son tan abundantes así que si algo dice «come uno o pican dos», realmente es para que coma solo o piquen magramente dos.
La hotelería no está muy bien: adentro tienen un rincón al costado donde podés sentarte. Es básicamente un cuadrado rojo no demasiado acogedor. La otra alternativa es que te sientes en unos banquitos acolchonados y con rueditas, en la vereda, que son muy pintorescos pero no muy cómodos.
Hasta acá le estoy poniendo 4 estrellas. Dos notas a destacar:
1) Tienen Warsteiner. Un punto más.
2) Pedí hummus y parecía un puré desabrido para bebé. Un punto menos.
Así que nada. Sigue teniendo 4 estrellas. Un lugar buenísimo con muchas cosas tentadoras.

Ohh their salads are wonderful and sandwiches are delicous, a bit on the pricey side of the spectrum but definitely enjoyable and tasty. We ate there twice during our stay in BA.

El Paraíso. Me encanta agasajar amigos haciéndoles una rica y completa picada. A Manger te permite armar una picada con los fiambres y quesos más comunes y también poner novedades que no todos conocen. Tienen mucha variedad de fiambres y de quesos, dips, pinchitos que se ven riquísimos, aceitunas en todas sus variedades: con morrón, con almendras, con jamón crudo, panes, frutos secos, de todo!
Tiene algunas mesas (pocas) para almorzar ahí y también se pueden pedir sánguches y picadas para llevar.
Los precios obviamente no son de lo más baratos, pero hay que tener en cuenta que estamos comprando calidad y variedad.

Conocí el lugar pasando por su puerta muchas veces.
Mi mujer me traía hongos de pino cada vez que pasada por ahí, pero jamás habíamos probado sus fiambres, encurtidos y demás «Delikatessen»
Hasta que por fin llegó el día, usando como excusa un partido de selección, decidimos armar una picada.
El local es algo pequeño para la gran cantidad de productos que ofrecen. Hay una gran mesa con distintas exquisiteces, en aceite y conservas que se venden al peso y como leí en otra reseña, ahí esta la trampa, al servirnos nosotros mismos no hay forma de medirse y comprar poco, ja.
Al pedir, por ejemplo, jamón crudo la oferta es muy variada, nacional, español o italiano
Los productos son de excelente calidad. El punto negativo si se quiere, es que lo cortan muy fino y hace que al servirlo se rompa.
Los precios son altos, peor al ser productos de gran calidad se compensa dando como resultado buen equilibrio en precio y calidad
No solo venden cosas saladas, también venden «cositas» dulces, frutos secos y panes
Tiene un sector para tomar café o una cerveza y comer
En resumen: es una gran esquina para perderse un rato, pecar y darse un gusto

Es tan rico este lugar que te queres comprar TODO! Incluso yo que no como aceitunas, las tienen en mil variedades. Los dips son exquisitos, el de queso crema y ciboulette tiene algo especial que lo hace mas rico que el preparado en casa. Los quesos son muy ricos. Pero ojo, no se tienten solo con lo salado, pasen por la heladera de dulces y prueben algo, todo es riquisimo, en especial el cuadrado de chocolate y frambuesa y el de ciruelas, mmm. En contra: es bastante caro…

Todos sabemos que la palabra clave de la vida es PICADA y justamente en A’ Manger se encuentra uno de los sitios más indicados para comprar todos los ingredientes que son necesarios para ésta.
Sí, en la esquina de Charcas y Malabia se encuentra este hermoso local, de esos que una vez que entras no te queres ir más. Montones de quesos, fiambres y centenares de cosas ricas para picar que se encuentran por doquier. El cuadro más bello del mundo, no se puede creer ver todos esos jamones, variedades quesos y todo lo que se les pueda ocurrir para armar la picada de los dioses.
También si gustan el local tiene mesitas para comer ahí y aparte de picadas también arman sánguches, entre otras cosas. Realmente es todo muy rico y pasar por este local es todo un placer. Quizás puede ser un poco caro, pero también hay que decir que aceptan tarjetas de crédito.

Fui un sábado al mediodía, con reserva previa. Si bien no se llenó, conviene reservar porque el lugar no es demasiado grande.
La comida IMPECABLE. Excelente calidad y cantidad. Pedimos dos tablitas (así se llaman) para tres y quedamos satisfechos.
No sólo hay picada, sino también sanguches, ensaladas, pinchos, brusquetas.
Bebida: cerveza artesanal (Antares y otro mundo) y clasica rubia.
Postre: pedí un crumble de frutos rojos pero hay brownies, cuadrados de manzana, de limón, todos acompañados con café
Voy a volver hasta haber probado toda la carta.

What a gem!!! We were walking back from visiting the city and we passed by this treasure!!! Omg! We went in right away and packed lots of food!!! And wine!!! And fresh bread and salami and cheese!!! And and and…, lots of tapas!!! Very good place and affordable. The service was very sweet, we received a bottle wine for free since we paid cash which we meant to do anyway!!! Wish I had a place like that near my house!

La primera vez que vine pensaba a ir a otro lugar, pasamos por la puerta y las cositas exhibidas en la vidriera nos tentaron demasiado. Soy muy fan de las picadas, con todos sus ingredientes y colores, y este lugar parece ser el paraíso de las picaditas. Deliciosas delicatessen, sandwiches y ensaladas increibles, hay de todo. Recomiendo el pan brioche calentito relleno con queso brie que sirven en las mesas que hay para comer ahí y las olivas rellenas con almendras envueltas en jamón crudo. Muy rico todo, no voy a parar hasta que pruebe todo o muera con mil kilos y colesterol :)

Sueño probar todo sin explotar ni engordar. Hay muchas opciones para elegir sandwiches, y todo absolutamente de todo para armar picadas. Compré una tabla armada para 5 personas y me salió $ 500, me pareció caro peeero lo valió. Comimos 4 y sobró, estaba todo rico, algunos frutos secos, quesitos varios, salame, jamón crudo, un dip de queso crema, aceitunas.
Volveré por esas trufas, sfoglias y los quesos.

Dejé de pasar por la puerta de este local cuando me avivé que cada vez que lo hacía, miraba por sus ventanales, me tentaba con algo, entraba y gastaba 200 pesos en un par de pavadas.
Tiene una variedad de fiambres, quesos y todo tipo de alimentos para picar envidiable. Juegan con los sentimientos de uno al darte las bandejitas y dejar que vos te sirvas. Después te cobran por peso. ANDÁ A MEDIRTE.
Los precios son elevados, sí. Pero es de lo más rico de la ciudad. Me comería 40 kilos de la pasta de roquefort con nuez o los salames que traen de otras ciudades especialmente.
Tiene un salón que funciona para almorzar o tomar el té, y hasta para picar algo con amigos tomando cerveza artesanal. También podés pedir picadas a domicilio que te las preparan en el día y seguramente sean lo mejor de la fiesta que armes.

Para los amantes de las picadas como yo, este lugar es como Disneylandia. Apenas entrás el aroma particular de mezcla de quesos, embutidos, aceite y aceitunas te abre el apetito y querés llevarte todo. Una mesa grande en el medio del local con varios productos en aceite genera un paisaje muy atractivo.
Boconccinos de mozarella, olivas negras y tomatitos secos, pinchos de queso parmesano envuelto en lomo crudo, trucha ahumada, aceitunas maceradas, escabeches de ajo y decenas de delicias están a la vista para servirte en unos platitos de plástico.
También, por supuesto, hay variedad de quesos, fiambres y embutidos, y distintos dips (mi preferido es el muhammara: un puré de morrones rojos y nueces, un poco picante).
Se pueden encargar tablas de picadas. Hay 22 variedades que van de tablas para 5 a tablas para 10 personas. Se encargan en el día, temprano, y se retiran a la noche. Las podés encargar por teléfono (en la web están las variedades). Son un poco caras pero valen la pena: no sólo tienen quesos y fiambres, también hay cosas más exóticas como orejones rellenos con almendras, ajíes rellenos con roquefort, trufas de roquefort y nuez, y cosas por el estilo.
Otra cosa que ofrece A manger son distintas variedades de sandwiches: alrededor de 30 opciones súper elaboradas con distintas combinaciones de productos del lugar.
Pero A manger no sólo tiene cosas para llevar: también hay un pequeño salón con algunas mesas para comer ahí mismo. Los martes hay un 20% off para las mesas de mujeres y los miércoles un 20% off para las mesas de hombres (con pago en efectivo).
Para mí, A manger es el mejor lugar de la ciudad para armarte una buena picada. Y los que atienden saben del tema y te recomiendan: si querés un queso fuerte o un salamín más duro o menos duro, ellos te van a guiar.
AMO ESTE LUGAR.

Cuando inauguré mi casa nueva armé una picada con amigas y ahí fue que decidí pasar por A Manger, una esquina que varias veces me había llamado la atención por remitirme al mercado de la Boquería de Barcelona (en versión mini, por supuesto).
Cuando llegué me explicaron cómo funcionaba: había varias cajitas de plástico descartables y yo misma las iba llenando con lo que quería. Si en una quería poner sólo dos quesitos para probar podía hacerlo. Mientras me entusiasmaba con todas las opciones, cajita tras cajita, uno de los chicos me iba dando para probar distintas tapas. Me sentía en el cielo.
Lo bueno es que no sólo te venden fiambre, sino preparaciones elaboradas: dips, aceitunas rellenas, pequeños pinchos, preparaciones árabes y mucho más. Todo de calidad.
Si vas, fijate bien las picadas pre-​armadas que venden, porque si comprás todo por separado te vas a entusiasmar (como yo!) y te va a terminar saliendo bastante más caro. Igual lo vale. A Manger lleva la típica picada a otro nivel.

Para nosotros, los humanos que no dudamos en elegir lo salado por sobre lo dulce, este lugar es clave. Más allá de los quesos, fiambres y chacinados corrientes, en A’Manger hay otros caseros o preparados por ellos. Por ejemplo, las muzzarelas frescas y quesos: hay sfoglias arrolladas con salmón ahumado o con jamón crudo y olivas ciervo, boconccinos con ciervo o trucha, arrollados con hierbas, cheddar al jerez, gorgonzola alla pana (este me encanta, con queso azul y almendra en el centro), trufas con frutos secos.
El local tiene todo a la vista, con bandejas en las que están estos quesos en aceite, los escabeches –otra de las especialidades de A’Manger, los de gírgolas y hongos de pino son geniales– y las olivas, que maceran, condimentan y rellenan. En el fondo está la heladera en la que venden los fiambres más tradicionales, y en las estanterías hay otros productos gourmet.
Hasta ahí, todo perfecto. Pero hubo una noche en la que mi encanto con A’Manger se averió. Uno de los salones funciona como bar de tapas y ahí fuimos con un grupo de amigas para comer una picada. Nos atendieron sin muchas ganas, las tablas no tenían todo lo que prometían en la carta y el precio de la cerveza era insólito: un porrón salía lo que suele costar un litro. Aprendizaje: es un buen lugar para comprar algo diferente para una picada e irse a comerlo a casa.