Abasto Social Club

Abasto Social Club es todo lo que un espera de un teatro independiente: no deslumbra, pero funciona. Con su estética «casa de abuela» no sale que lo que se suele encontrar en estos lugares; tiene un pequeño lobby para esperar a que empiece la función, una barra con algunas opciones para comer/​tomar y dos gatos enormes que querés abrazar.
La sala es amplia, pero no hay muchas butacas, lo cual da un espacio grande para llevar a cabo la obra. El aspecto es descuidado y desprolijo: sillas distintas, paredes sin rebocar, cortinas sucias (tal vez esto haya sido un detalle intencional de la obra). Hace mucho frío en la sala, no sé si es que prenden el aire o es fresca de por sí. La acústica es impecable, se escucha bien (SÍ, FUERTE Y CLARO!) desde todas partes.
El precio de las entradas ronda dentro del promedio: 80 – 120 $. A veces uno se siente un poco estafado pagando ese precio por obras de media hora u obras no muy buenas; en particular la obra que fui a ver era muy muy larga y estuvo bastante bien. Creo que el precio fue apropiado.
No es el mejor teatro del mundo, hay mucho mejores por la ciudad, pero cumple correctamente su función. Vas a poder disfrutar de una buena (o no) obra de teatro.

Conocí este teatro hace bastante poco, aunque sabía de su existencia porque varias personas me habian recomendado el lugar como un polo cultural.
Tiene una salita bastante amigable con sillones, música y luz tenue como para entrar en una atmosfera teatral. La sala está muy buena ya que ofrece una buena disposición para ver el «escenario» (que en realidad no está elevado sino que es un recorte en el espacio) En la obra que fui a ver (se llama La vida compartida, la recomiendo!) las gradas que hacen de butacas estaban ubicadas estratégicamente como para apreciar la pieza desde distintos ángulos– lástima que no puedo contar todo lo que pasa porque sino hago spoiler de la obra– pero les aseguro que la sala permite usar muy bien sus recursos.
Otro dato: tienen un barcito con precios más que amigables, una buena idea es arrancar degustando una copa de vino en una noche fría de Buenos Aires.
El «gatón» que tienen de máscota en el teatro es bellísimo! aunque no sea muy fanático de las caricias.

Fui por primera vez hace unas semanas a ver a una amiga que participaba de un ciclo de monólogos y quedé sorprendida por lo lindo que era el lugar y por la amplia propuesta de actividades.
No sólo tienen un salón enorme donde se pueden hacer obras de todo tipo ya que es un espacio grande con gradas en frente y a los costados, sino que también brindan clases de teatro y de música.
Detalles: la entrada es divina, ambientada con muebles que parecen de los 60s. Al lado de la puerta por la que se ingresa a la sala hay un patiecito donde se puede dejar la bici bajo techo.

Abasto social club es un teatro independiente de los mejores que conozco. La atención es muy buena y la programación es súper recomendable. El espacio escénico permite diferentes puestas.

Además de ser sala teatral, Abasto Social Club es una escuela de teatro y música, con talleres de entrenamiento que funcionan durante la semana. Conozco este lugar como teatro y también como bar, ya que está bueno para pasar y tomar algo los días en que hay función.
Ahí fui a ver «El niño con los pies pintados», una puesta que aprovechaba todo el espacio del lugar, le quedaba perfecto. No hay un escenario elevado sino que los actores utilizan un sector entero del salón, en el piso, con un detrás de escena interesante formado por puertas.
Queda a la vuelta de El Kafka (
), lo que permite hacer doblete: en general las obras tienen horarios que permiten ver una, salir, cambiar de teatro e ir a ver otra. Lo hice un viernes a la noche y salió perfecto.
Los asientos son sin numerar, por lo que conviene llegar un rato antes de la función y hacer fila: si llegás último te puede tocar en los asientos de arriba de todo, contra el pasillo, y te queda una columna en el medio de la escena, cosa que no está muy buena que digamos. Las entradas son accesibles y se pueden reservar/​comprar con anticipación.