Alvear Palace

Quien alguna vez tuvo la suerte de ir al Alvear Palace sabe que visitó uno de los hoteles más clásicamente lujosos de la región. El «Alvear» una institución de la zona porteña de recoleta. El Titanic de los hoteles. Clásico, elegante, «chic», y que ha logrado reinventarse con el tiempo.
En primer lugar, cabe destacar que además de ofrecer lujos en su habitación, sus múltiples salones de eventos, lobby, bares, y propuestas en general, se encuentran en sintonía perfecta unos con otros.
Recientemente estuve en el lobby bar, donde abunda el piqueo y el classy after office.
Particularmente, debo admitir que los únicos puntos flojos de la noche (y por eso las cuatro estrellas) se dieron al principio de la tarde noche. Llegamos y tardaron unos 15 minutos en acomodarnos (lo que implicaba levantar una mesa ya terminada, separarla para dos grupos de personas, y dejarla en condiciones), demasiado para un lugar de esta categoría. El otro punto bajo… uno de los apoya brazos estaba roto… AGRADEZCAMOS QUE NADIE SE ENGANCHÓ EL SACO… AGRADEZCAMOS…
Luego, todo más que regio. Con la mesa viene servido un dúo de papas (tipo pringles) y frutas secas tostadas y saladas. Luego, la orden, fueron varias bebidas, un tostón de pan integral con salmón, pickles y alcaparras, acompañado de una ensalada (floja de aderezo), y un sandwich de lomo con fritas.
Para finalizar, cafés y petit fours (MUY, MUY, buenos).
Volveremos.

This hidden Art Deco gem, behind a door at the corner of the lobby of the grand Alvear Palace, is the perfect start to a romantic date night. A great selection of champagnes and beautiful canapés. We had the undivided attention of the tuxedoed bartenders.