Alvear Palace Hotel

The most beautiful hotel in Buenos Aires. Luxury to the max and the ambiance is very upscale

Es lo mejor que he visto en mi vida. quizás no he vivido tanto o me falta mucho por vivir. pero me enamoré de este hotel perdidamente. acabo de estar have un par de días…y ya estoy pensando como volver.

Where oh where is the TEN STAR rating, Unilocal? This hotel not only resets all expectations, but it also includes a time machine experience to a time of more refined and gracious living.
Enter the magnificent Alvear Palace Hotel and you probably have walked into the grandest hotel you will ever experience. Opened in 1932, this hotel was designed in the Belle Époque style of grandeur for Europeans visiting Buenos Aires. Lucky for us, the hotel has somehow maintained its luxury and style though the decades.
Marble floors, gold-​gilted ceilings, mirrors, antiques, wait staff with white gloves, every language spoken– an air of grace and charmed never encountered anymore.
Our room was a simple king standard and it was perfect in every way. High ceilings, gorgeous appointments, a chandelier in pristine condition dangling over the bed that had just the softest sheets ever. 6 piece bathroom, with a Tv over the bath– which I made sure to use. «House» in spanish in a luxury hotel jet tub is sometimes just the thing… Rooms were kept in pristine condition, with little foot linens laid down at night alone with the wee little box of chocolates. I could get used to this!
I also tried the spa facilities on level –2: A river stone foot bath, a huge hot tub with stainless seating and infinity pool, a dry sauna a steam room. A few hours were lost down there…
There is also a pool, but be warned it doesn’t open until 1:00pm pretty much like everything in Argentina. There is also a lifeguard, which is somewhat creepy when you’re the only person down there!
Back up at the lobby level, there is a Champagne Lounge, a bar (try the local sparking wine in lieu of champagne), L’Orangerie, greenhouse naturally lit restaurant, and an arcade full of stores selling Rolexes and sparky baubles. And Hermes is across the street. A good time window shopping for sure!
The concierge made a few reservations for us, but we mostly used the 5 star hotel as base camp for our more modest wanderings to the museums, the cemetery, the sidewalk cafes and the abundant fine dining options that the Recoleta holds in store.
A wonderful wonderful place– I hope I have the good fortune to return one day!

En este caso voy a reseñar el evento Vinos de Lujo, celebrado en el Alvear en 2014. ¿Tiene sentido la reseña tanto tiempo después? Más que nunca, porque se trata de una feria que se lleva a cabo una vez al año, alrededor de noviembre, con lo que estoy justa para anticiparme a la de 2015.
La cosa es bastante sencilla: si te gusta el (buen) vino, si te tientan otras cosas más allá de las ofertas del chino, si tenés curiosidad por pequeñas producciones y bodegas boutique… este es definitivamente un evento que te va a deslumbrar. Por un lado, los salones y la atención del Alvear, por el otro, un sinfín de stands con tantísimas etiquetas para degustar. Y la variedad se ofrece en dos niveles, en principio por la cantidad de bodegas que participan (desde monstruos clásicos como Colomé o Catena Zapata hasta pequeñísimas como Cicchitti o Sinfin); y por la enorme cantidad de etiquetas que cada bodega participante pone a disposición para probar. Como yapa, se puede charlar no solamente con el sommelier, sino también con el enólogo y/​o el dueño de las bodegas dependiendo de la suerte.
La entrada puede parecer un poco cara en principio (el año pasado fueron $ 350 por persona, este año le anticipo una cifra cercana a $ 500), pero es hasta diría barata pensando en que los vinos participantes son de alta gama y se puede probar de todo, cuantas veces sea posible.
En mi caso, fui con mi marido y probamos muchísimos vinos que teníamos entre ceja y ceja pero que eran caros como para tirarse a comprarlos sin haberlos tomado. Y conocimos perlitas, y vinos inflados y no tan buenos, y nos llevamos muchas fotos de botellas que valíà la pena conseguir después. Fue genial.
Creo que una vez cada tanto vale la pena engalanarse, visitar la zona más paqueta de la ciudad y jugar a ser aristócrata por un día… eso sí: cuidado porque la ingesta fuerte de vinos sin nada en el estómago a las 19 hs puede provocar desastres.
¿Si recomiendo este evento? No, más bien INTIMO a los que conozco para que vayan.

Primero que nada tengo que aclarar que la reseña principal es sobre el Champagne Bar del hotel. Es un espacio íntimo, con pocas mesas, una barra y decoración Art decó (me recuerda mucho a L’Abeille cuando fue reinaugurado). Los mozos en exceso atentos sirven agua y entrada para picotear. Los tragos son con base de Champagne (rondan los $ 170) pero hay otras variantes y vinos (en botella y por copa). El menú de los miércoles es sólo sushi y hay que hacer reserva previa porque son pocos lugares.
El sushi es perfecto. Lo equiparo con el de Omakase que para mí es el mejor que he probado.
Los precios los ignoro porque fui invitada y no presté atención.
Recomiendo este lugar para una salida en pareja o de pocos amigos (tres o cuatro, como mucho). Vayan con el sueldo cobrado ya que no será barato.
Sobre el hotel en sí, mi amiga se alojaba en la suite de lujo y morí al ver que en el baño, frente a la bañadera había un televisor. Una paquetería total!
La habitación es impecable, elegante y de estilo antiguo. Todo se ve cuidado pero si no gustan de los ambientes recargados, no será para ustedes.

El Hotel Alvear es el hotel 5 estrellas más clásico de Buenos Aires. Creo que fue el primero de la ciudad y después surgieron todos los demás. En sus salones sucedieron eventos míticos ya como el casamiento de Susana Giménez con Huberto Roviralta.
Es un hotel precioso y con mucho estilo.
Su hall de entrada y sus salones son magnificos, decorados con un buen gusto exquisito.
Estuve cubriendo como prensa la gala de la Fundación Favaloro y la atención dada por los mozos y personal del Hotel fue excelente.
La calidad del cocktail que sirvieron fue magnifica y ni que hablar de los brownies que nunca comí unos tan ricos.
Es uno de los mejores hoteles de la ciudad al que recomiendo asistir ya sea para hospedarse en él, ir a algún evento si una tiene la ocasión o tomar el te o cenar en alguno de sus restaurantes.

The ambiance and presentation is above par. I felt like a princess once I walked into the high tea room. This is a great place of you want to hang out with your girlfriends, have a tea party, splurge on finger food and yummy desserts. Have your cameras ready when you dine here because the interior design is picturesque!

El Alveal Palace tiene uno de los mejores salones de té de toda la ciudad. L’ Orangerie Afternoon Tea ofrece un inmejorable menú de alta pastelería europea. El ambiente es formal pero no contracturado, como sí pasa en otros salones de té y especialmente en hoteles. La atención es correctisima y el lugar es imperdible. Suelen renovar la oferta de tortas y masas manteniendo siempre la calidad de excelencia que les merece el titulo de alta pastelería. En valor absoluto el precio es alto, pero no es nada exagerado si se tiene en cuenta el ambiente, la atención, la ubicación, la calidad. El Alvear Palace es de los pocos lugares en donde se mantiene viva la «Tea Party».

El hotel esta remodelando algunas de sus zonas y en esta oportunidad fui al restaurante La Bourgogne que esta en el hotel y me encontré que cambio el look.
La antigua alfombra ya no está: ahora se lucen los pisos originales de mármol de Carrara blanco con vetas grises, que datan de 1932, que fueron restaurados, pulidos y vitrificados.
El grill se revistió en negro y se colocaron farolas en cobre, realzando el espacio. A las paredes y columnas las revistieron con un plateado a la hoja, con estuco veneciano artesanal y vidrio.
En el bar pusieron sectores privados revestidos con madera de roble patinado en blanco, grandes sofás rojos, manteles de formato corto.
Un lugar para conocer

This is a place to remember. We went to the restaurant to celebrate my birthday but then it was late already and as we were not registered guests we asked if we could stay there to know the place and have some wine and apetizers. And of course we could! We were really well hosted and the waiter speaks English, Portuguese and Spanish. They are all so nice and the place is so beautiful, wow! We had the wine and apetizers and we have plans to come back soon.

El hotel es elegante e imponente. Está en un punto muy lindo de la ciudad, cerca de las galerías de arte y las embajadas. Las habitaciones están decoradas en estilo francés con detalles de calidad como los pisos de mármol. Para cada huésped tienen un concierge que esta atento a cualquier necesidad que puedas tener.
El desayuno es en un salón bellísimo y es súper variado y delicioso, muy delicado. El restaurant y la casa de te son de los mejores en la ciudad.

Los turistas están obligados: es el sencillamente el hotel más lujoso de la Ciudad. Bueno, lujoso en la arquitectura y en la decoración, eso no quiere decir que sea aquel donde más se derroche, ni el más caro: interesados, pasar por el Faena o por el Hyatt.
Ya por fuera te deja con la boca aierta: fuera del Palacio de Correo no hay ningún edicio de estilo francés tan grande: ocupa más de media manzana. El frente esta abierto hacia la calle con una galería que te invita entrar sí o sí a contemplar los maravillosos mármoles y bronces, y a pasearte por uno y otra joyería.
Hay quienes gustan de ir a tomar el te a la famosa L’Orangerie: los más ratones nos conformamos con entrar y mirar. Total, es gratis, ¿no? Entrar y mirar los botones vestidos de smoking frabicados en italia (que te miran de reojo a ver que no hagas mala letra), mirar las gigantes arañas de bronce colgando de las bobedas y los enormes frescos enmarcados en marmol.
El Alvear Hotel es una belleza, una coronación majestuosa para la avenida homónima.

Una experiencia de casi otro mundo, es pasar una tarde como una reina en el té servido por el restaurant L’Orangerie en el bellísimo y sofisticado Hotel Alvear.
Fui con mi mamá en una tarde de invierno y nos sentimos tan mimadas que casi nos hecharon del lugar porque nos quedamos un bueeen rato por allá.
No es barato, pero vale mucho la pena. Aunque mi consejo es que tengas pasión por tés de la tarde para que pagues lo que cobran y salgas sin quejarte de lo que fue en su totalidad la experiencia. Y es por eso que creo que vale la pena: yo soy amante de meriendas y todo lo que sea más afrancesado, además la experiencia es lo que realmente vale acá.
Hay varios panes, facturas, flores comestibles si te bancás, jugos, porción de frutas, etc. Todo muy rico, digno de un hotel como lo es Alvear y que por alguna razón está donde está y es conocido como es.
Es tan, pero tan lindo todo que te sentís en una película de época. Es una salida típica para amigas, o salida madre y hija. No da para llevar hombres que no sean delicados lo suficiente para entender todo lo que pasa cuando uno entra allá. Posta.

Con un grupo de amigas teníamos ganas hace tiempo de ir a tomar el te al Alvear, al salón L´Orangerie. Aprovechamos la llegada de una de ellas del exterior y usamos su visita como excusa para ir. Uno necesita una excusa para ir ya que no es del todo barato. Hay dos opciones en cuanto a precio, uno mas económico por lo que figura en la carta, y otro que por unos pesos más te permite tomar todo lo que quieras del salón. Amerita pagar un poco más y tener acceso ilimitado a todas las delicias de ese maravilloso lugar. Desde frutas hasta distintos panes, jugos, yogures, huevos revueltos, muffins, variedad de panes… la lista es interminable. Todo de excelente calidad y con una atención increíble, no te dejan ni agacharte a enchufar el teléfono, ellos hacen TODO por vos. Es como estar en una película de María Antonieta, porque podés comer en el salón o en un jardín de invierno divino, lleno de plantas y jarrones todo muy rococó. Por supuesto que quiero volver todos los días de mi vida, así que si podés ir no te lo pierdas por nada del mundo.